¿Puedo contarle a mi esposa sobre mi siembra, si compartimos la misma visión?

Te sugiero que no se lo cuentes a nadie. He oído a muchas personas decir: “Mi esposo y yo, o mi esposa y yo, compartimos todo”. Entonces pasan a compartir el divorcio. Puesto que en la siembra Dios es tu socio y no yo o el MSIA, sino Dios, mantenlo entre tú y Dios. Yo no le cuento a nadie hasta que no recibo aquello por lo cual sembré. Y cuando se cumple, digo: “Esto es lo que hicimos”. De esa forma no hay manera de que alguien le envíe negatividad, lo interrumpa síquicamente o lo eche a perder, porque ya está hecho. Yo siembro permanentemente. Tengo varias semillas por ahí, pero tampoco más de las que puedo manejar. Recuerda, que no es este cuerpo y tampoco el tuyo lo que nos recompensa. Es entre tú y Dios, y tu cercanía a Dios, y es aquí donde los ejercicios espirituales cobran real importancia. Igual de importante es la fe que pones en aquello que quieres atraer, al verte recibiéndolo, al saber que lo vas a obtener. Si tienes dudas, éstas entrarán en la semilla y podrían llegarte cosas negativas. Es por esto que digo, no se lo cuentes a nadie.

Mi esposa y yo tenemos un negocio en el que trabajamos los dos, y para el cual queremos sembrar juntos, porque juntos hacemos todo lo relacionado con el negocio. ¿Es esta una situación diferente?

No, no lo es. Ambos pueden sembrar por el negocio, pero no se cuenten entre sí las cosas específicas por las cuales están sembrando. Si ambos dicen: “OK. Sembremos por salud, riqueza, felicidad y abundancia, y más trabajo,” pueden meditar en eso individualmente. Luego, mandan separadamente su dinero para la siembra. Si tu esposa te pregunta: “¿Por qué cosa sembraste?”, contéstale: “Querida, cuando se cumpla te lo mostraré”. Verás, esto es entre tú y Dios; y no entre tú, tu socio aquí y Dios. Cuando siembras, Dios es tu único socio.

¿Cómo puedo sembrar para recibir un aumento de sueldo?

Si quieres un aumento de sueldo de mil dólares, escríbelo en un papel y en la mañana, cuando te despiertes, di: “Estoy recibiendo un aumento de sueldo de mil dólares y Dios es mi socio en esto”. Te compenetras con ese sentimiento y esa sensación y luego, lo sueltas. Puedes repetirlo durante dos o más días. Entonces cuando lo tengas bien claro dentro de ti, lo dejas ir. En ese punto está en manos de la Divinidad. Y al soltarlo di: “Dios, está en tus manos. Si lo obtengo, es porque me lo concediste. Y si no, esta siembra te pertenece.”

Conozco a una persona que hizo eso y la despidieron de su trabajo. Entonces, cruzó al frente, a otra empresa, y allí la contrataron para el mismo puesto, con un sueldo superior y mejores condiciones de trabajo. También conoció allí a la mujer con la que más adelante contraería matrimonio.

Quiero atraer mucho dinero, pero no tengo mucho. ¿Qué debo hacer?

Es poco práctico sembrar diez dólares cuando lo que quieres es un millón de dólares. Probablemente tu poder no sea suficiente para atraer el millón de dólares. Normalmente el retorno es 10 ó 100 veces más de lo que siembras. De modo que empieza por lo que tienes, aunque no sea mucho, y anda construyendo poco a poco.

Si se trata de una meta gigantesca ¿debo sembrar por la meta completa o por cada paso hasta alcanzarla?

¿Para qué pedir un molde de pan si puedes pedir la panadería completa? Y un molde de pan está compuesto de muchas rebanadas.

¿Cómo hago para sembrar por cosas que no son materiales y que no tienen un precio establecido?

Digamos que siembras por una relación mejor. Visualiza la escena ideal en esa relación. Luego, cierra los ojos y ve hacia adentro y pregúntate en silencio: “¿Qué valor tiene esto para mí?” y espontáneamente en tu interior surgirá una cifra. Ya cuentas con un valor de referencia para ti. A continuación, te preguntas: “¿Cuánto tengo que sembrar para manifestar mi escena ideal?” Obtendrás en tu interior otra cifra. Siembra la cifra por el valor que le adjudicaste a una relación mejor.

¿Qué pasa si siembro por algo, como una relación, por ejemplo, que no es para mis más altos fines?

No se te concede. Al cabo de un tiempo (entre 3 y 6 semanas) puedes decir: “Gracias Dios mío por la relación que tengo contigo”, porque tal vez de eso se trataba la relación. Y Dios te responde. “No quiero que tengas a nadie más. Quiero que me tengas a mí nada más.” Bueno, en tu caso, yo me conformaría con eso. Y no cabe duda, porque Dios es todas las cosas, incluyendo las cosas que no son.

¿Por cuántas cosas puedo sembrar al mismo tiempo?

Puedes sembrar por todas las cosas que seas capaz de manejar en la conciencia. Y debes sembrar por cada una separadamente. Por ejemplo, si quieres venir a la conferencia en Julio, ir a Jamaica un mes después, y al mes siguiente volar a Illinois, debes hacer una siembra separada por cada una de las tres cosas. No las pongas todas juntas en una misma siembra, porque si una no resulta, va a bloquear a las demás. Siembras, entonces, por cada una de ellas como cosas totalmente independientes.

Si Dios es mi socio, ¿podría yo simplemente sembrar y dejar que Él decidiera qué me conviene?

No, porque Dios te dice: “Dame un mapa detallado de lo que quieres.” Lo que tú tienes que hacer entonces, es proporcionárselo.

¿Es la ley de la siembra superior a la del diezmo?

Sembrar no es una ley. Dado que la siembra se hace en cooperación con el ser superior, si solo siembras, puede que el ser básico se sienta desplazado. Por lo tanto, como dije antes: Da el diezmo por el ser básico, siembra por el ser superior, compártelo a través del ser consciente y conviértete en fuente de abundancia para todas aquellos que están en tu entorno”. Y si alguien dice: “Ay, Dios mío, mi hijo necesita ir al dentista. Necesito cien dólares”, contéstale: “Aquí están tus cien dólares, no tienes que devolvérmelos. Lleva a tu hijo al dentista y no te preocupes más por eso para que puedas hacer tu propia siembra como corresponde.”

En relación a mi imán del dinero, ¿funcionaría si dejo el 10 por ciento como imán de dinero y uso el 90 por ciento para sembrar?

Puedes sembrar y dar el diezmo con el imán de dinero. Yo sembraría, sin embargo, porque de esa manera estaría incrementando mi pozo, mi retorno, y me estaría quedando con el 10 por ciento. Cuando pagas el diezmo con tu imán de dinero estás dando el diezmo al imán de la iglesia. Pero cuando siembras, no necesariamente siembras al imán de la iglesia. Estás sembrando a Dios.

¿Si sembráramos en grupo, concentrándonos en una misma cosa, se amplificaría la siembra?

Sí. Pero si alguien siembra duda, ¿adivina qué? La duda también se amplifica. Es por eso que siempre les repito que vuelvan a conectar su poder con la gloria de Dios. Eso crea una convicción dentro de uno, que es dinámica. Verán, yo amo esto. Lo he hecho durante años y antes no quería compartirlo con nadie porque pensaba: “Si lo comparto, podrían quitármelo”. Así que sembré para poder compartirlo. Y hace como un año empecé a sentir que estaba bien para mí compartirlo.

¿Puedo enseñarle a mis hijos a sembrar?

Seguro que sí. Cuando les des su mesada, hazlos sembrar de ella. Sembrar también enseña a manejarse bien con el dinero. Los niños empiezan a decidir: “No quiero sembrar dinero para dulces. Quiero ahorrarlo y sembrar por ese gran regalo de Navidad”. Así aprenden a ahorrar y a prepararse, a la vez que practican diferir en el tiempo, haciendo un sacrificio para obtener algo de mayor valor.

Oí decir que si tienes alguna duda o pensamientos negativos, la siembra se vuelve negativa. A raíz de eso me entró miedo de sembrar.

Si tienes dudas, estas pueden cancelar la siembra. En consecuencia, puede que no obtengas lo que quieres y que sientas que botaste tu dinero, lo que a su vez te impedirá seguir sembrando, ya que pensarás que no funciona. Tal vez digas: “No voy a volver a sembrar, porque lo hago negativamente”. La solución está en crecer, en aprender a ser maduro y a manejarlo responsablemente. No hay otra forma de hacerlo que no sea haciéndolo con entrega total.

¿Qué hacer con esa parte humana que duda?

En el MSIA decimos que hay que enfocarse en lo positivo que no es lo mismo que pensar positivamente. Si se tratara del pensamiento positivo, bastaría un solo pensamiento negativo para que “¡puf!” el pensar positivo desapareciera. Pero cuando nos enfocamos en lo positivo, ello nos permite tener pensamientos negativos a lo largo del proceso, sin que éstos nos desvíen. Es vital que al momento de la siembra tengas claro el objeto de tu siembra. Eso es tener un enfoque positivo. Es importante que en ese momento no existan dudas, porque la duda cancela la siembra y crea plagas en tu cosecha. Esa es la razón de que algunas personas no sepan cómo hacer funcionar la siembra. Están demasiado ocupados en enfocarse en las dudas que tienen. Luego, una vez que hayas sembrado, si aparecen dudas, no hay problema. Simplemente déjalas ir. Pero, no te enfoques en tus dudas ni te dejes controlar por ellas, porque alterarán la claridad de tu visión interna y del enfoque positivo en lo que quieres. Sería como tomar una semilla de trigo, enterrarla y regarla. Si a los dos días la desentierras para ver como está creciendo, la dañas. Una vez que la sembraste la dejas que germine, y cuando esta dé frutos, podrás gozar de la cosecha. Es muy importante que recojas la cosecha de tu siembra o corres el riesgo de dejar de recibir de la abundancia, ya que lo que estarás recogiendo en la cosecha son nuevas semillas que sembrar para una cosecha futura. Si siembras trigo y este germina y no lo cosechas, el próximo año no tendrás una cosecha. Por lo tanto, debes cosechar lo que siembras. Personalmente, yo no pongo nada de negatividad en mi siembra. Sencillamente no lo hago. Tú tienes que descubrir por ti mismo cómo no hacerlo. En realidad, tú mismo debes averiguar cómo funciona el proceso completo. Yo sólo comparto contigo algunos de sus principios. Y esto funciona de tantas maneras que no habría forma de que yo pudiera decírtelas todas, ya que involucra el plan del sendero kármico de la vida de cada individuo.

Si siembro por algo y luego cambio de idea o digo: “No es eso”, o si no se cumple ¿sigue activa la semilla?

Sí, pero si dudas de que puedas recibirlo, olvídalo y comienza con una semilla enteramente nueva. Cambia de trigo a alfalfa. No intentes una segunda siembra de trigo, ya que la habrás envenenado con tus propios pensamientos y sentimientos negativos.

¿Cómo se conecta sembrar con la fe?

Cuando siembras por algo, actúas como si ya lo hubieses recibido, lo cual crea el espacio para que ello se manifieste. Es una forma de “fe activa”. En la Biblia se relata la historia de una mujer que se acercó a Jesús y le tocó la túnica, y esa fue una acción de siembra. Ella dijo: “Si toco su túnica, sanaré”. No dijo: “Toqué su túnica y ahora estoy sana”. Ella lo dijo antes de que sucediera, como un acto de fe, y en eso consiste el proceso de sembrar. El principio establece que vas a obtener un retorno de diez a cien veces lo que siembras. Una vez que lo recibes, das el diezmo a la iglesia, que equivale a decir: “Se cumplió. Te doy las gracias, Señor, por la cosecha.” Entonces, vuelves a sembrar. Tu diezmo no es una siembra. La siembra es algo diferente dentro de ti, ya que con ella construyes la fortaleza de tu propia fe y de tus convicciones.

¿Puedo sembrar por la salud de otra persona?

Por supuesto. Lo haces de la misma forma en que siembras por cualquier cosa. Visualizas su buena salud, ves a la persona con vitalidad, en todo su esplendor, y siempre lo haces por el bien mayor de todos los involucrados. Mandas el dinero, que pueden ser cinco centavos, y de pronto, las uñas de la persona comienzan a enderezarse. Entonces descubres que no enviaste dinero suficiente. Como la buena salud es un intangible, siembras el monto que sientes interiormente. El enfoque no es necesariamente racional. Más bien es un pensamiento irracional, en el que dices: “Esta cantidad lo logrará.” Luego, esperas de tres a seis semanas. A las tres semanas algo debiera comenzar a moverse. Si no pasa nada, significa que no has dado lo suficiente, por lo tanto, envías una siembra adicional. En este caso, el segundo envío forma parte de la siembra original, ya que en principio, lo que diste no fue suficiente. Si quieres algo realmente grande, lo que puedes hacer es sembrar una cantidad fija todos los meses durante doce meses, hasta que alcance un desarrollo determinado y se manifieste. Pero puede que llegue junto a algo más. La abundancia se presenta de formas muy diversas. Son tantas las maneras en que esto puede funcionar, que no las conozco todas. Pero sí sé que funciona de acuerdo a ti. Me interesa mucho que lo intentes y que lo sometas a prueba. Y si funciona, cuéntanos, ya que así iremos averiguando cómo vivir mejor esta vida.

¿Puedo hablar sobre la cosa por la que he sembrado, sin decir que he sembrado por ella?

Yo no jugaría con eso, sino que lo mantendría como algo muy sagrado.

¿Puedo anotar aquello por lo cual estoy sembrando?

Claro que sí. De hecho, mi recomendación es que lo escribas para que lo revises durante una semana al menos. Sería bueno que lo revisases dos o tres veces durante la mañana, hasta que estuviera integrado en ti y no necesitarás volver a revisarlo.

¿Importa si doy el dinero primero y después lo anoto?

Manda el dinero primero, porque de esa manera te comprometes a hacerlo. Si lo escribes primero, es posible que nunca logres una imagen perfecta de lo que quieres. Dirás: “La verdad es que no me parece perfecta. La seguiré puliendo”. Anda y envía tu siembra con una idea general de lo que quieres, porque Dios es capaz de leer la intención que hay en el corazón y conseguírtelo en un par de horas.

Escuché a alguien hablar sobre la siembra corporativa. ¿Existe eso? Y si es así, ¿se hace de la misma manera que una siembra normal?

Las siembras son hechas por individuos, mientras que la siembra corporativa la hace una compañía. Si la compañía tiene un solo dueño, entonces a esa persona le corresponde decidir por lo que va a sembrar a nombre de la empresa. El monto se paga de los fondos de la empresa. Sin embargo, si la empresa es dirigida por más de una persona, o por un directorio, entonces se recomienda que el grupo de personas en consenso decida por lo que van a sembrar. La siembra no debiera ser discutida con nadie fuera del grupo. Como alternativa, los dueños en grupo pueden nominar a uno de ellos para hacer la siembra a nombre de la compañía, una vez que hayan discutido y estén claros en relación a las metas y objetivos de la compañía.

¿Funciona la siembra corporativa?

Algunos directores de compañías que han sembrado han informado haber tenido experiencias exitosas. Una compañía comprobó que su siembra había tenido un retorno del 100 a 1, al investigar por qué su flujo de caja había mejorado. Constataron que, desde que sembraron, habían recibido tres entradas cuantiosas de dinero inesperadas. Otra compañía reportó que sus negocios habían aumentado como nunca, y que desde que los directores sembraban, los empleados estaban cada día más positivos.

Si mi esposa y yo nos ponemos de acuerdo en algo, ¿podemos sembrar en conjunto?

No. Ese proceso es distinto al de la siembra corporativa, a menos que tú y tu esposa sean dueños de una compañía. Recuerda: en una siembra corporativa es la empresa la que siembra, porque tiene una identidad legal separada. Aunque un matrimonio sea una sociedad, como matrimonio no tienen una identidad propia y, por lo tanto, la siembra se hace individualmente.