Traducción: Magaly Sánchez Ballesteros

Haga click aquí para ver las fotos de David Sand — el Domingo de Pascua con John Morton.

Eran las 5:55 a.m. cuando mi amiga Julie Lurie y yo enfilamos hacia la playa de Santa Monica con el propósito de acondicionar y preparar un lugar para nuestra familia espiritual y para que los Viajeros pudieran acompañarnos a celebrar la mañana de Pascua. Es este uno de esos días sagrados en que abrimos nuestros corazones al amor y compartimos el espíritu de quienes somos en la presencia de lo divino con nuestra comunidad.

Llegamos justo a tiempo para encontrarnos con las personas que traían montones de mesas y sillas para preparar el acontecimiento. Julie y yo pedimos la Luz en el medio del lugar designado para nuestra celebración y luego continuamos descargando el vehículo. Uno de los voluntarios del equipo, Ted Drake, se nos unió y agradecimos su alegría y el que hubiera llegado temprano. No pasó mucho tiempo hasta que apareciera el resto del equipo y una vez más pedimos la Luz y se nos asignaron las tareas.

Era mágico ver la Luz y al equipo trabajando, al irse transformando nuestro espacio en un Paraíso de Pascua. Los festivos colores pastel de la ocasión, verde, amarillo, rosado y azul estaban por todas partes; había baldes con arena y coloridos molinetes en cada una de las mesas, junto con adornadas cestas con regalos entretenidos y sorpresas también. La alfombra roja se desplegaba para darle la bienvenida a toda la comunidad que nos iba a acompañar.

Cerca de las 9:00 todos nos comenzamos a acercar, ya que la mayoría tomaba sus lugares sobre confortables frazadas, sillas playeras, o en mesas de picnic. Nuestros anfitriones, Mark y Julie Lurie, nos reunieron y nos dieron una cordial bienvenida. Mark pidió la Luz para todos nosotros, y Julie lo secundó con una poética presentación de John Morton.

John nos dijo que íbamos a comenzar las festividades con una bendición de un bebé. Cuando nos hubimos conectado con ese lugar sagrado del santuario como bienvenida a Armenie Skates, una bella alma nueva en el planeta, John comenzó la bendición.

Seguido, escuchamos algunas bellas voces cantando una canción. La familia Bright cantó una poderosa y harmoniosa canción a capella. También escuchamos a una pareja de nuestra familia de ángeles, Ariel Downs y Chace Beech.

John, esa mañana habló sobre la Resurrección y sobre muchos de los eventos que ocurrieron en aquellos tiempos, incluyendo la crucifixión. Se refirió a los diferentes puntos de vista y versiones de cómo habían sucedido los hechos y como nos había afectado los acontecimientos históricos de la vida sencilla y solitaria de aquel que dio todo para que pudiéramos estar aquí hoy, haciendo lo que hacemos, y estar agradecidos por las experiencias de nuestra vida y por tenernos unos a otros. Amarnos los unos a los otros, ha sido la lección clave este fin de semana.

Yo experimentaba sin lugar a dudas la presencia del Espíritu Santo en mi corazón, y su presencia llenaba el aire alrededor nuestro. Después de la charla de John, nos entremezclamos para compartir y asolearnos en la Luz de la alegría que nos rodeaba, especialmente por la presencia de tantos niños. Había allí algo para cada uno de nosotros.

El conejo de Pascua se divisó a la distancia y los chiquillos corrieron a su encuentro. Es una escena para atesorar en la memoria el alborozo en el rostro de cada niño. El Conejo de Pascua y su asistente, el Conejo Ángel, les pidieron a los niños que saltaran como un conejo, y los niños así lo hicieron, cada uno en su propia bolsa de conejo. Fue la cosa más tierna y también más graciosa de ver. También había una mesa en la que se hacían coronas de flores silvestres. Otras mesas estaban atiborradas de una variedad de pasteles frescos, dulces y golosinas horneadas, donadas por el Urth Caffé junto a su delicioso café y té.

Hoy hubo mucho agradecimiento, alegría e incontable amor y risas en ese lugar. Yo sólo estuve presente en cada momento, amando cada momento y a cada persona con la que me encontraba, compartiendo la presencia que hay en mi que vive en todos y cada uno de nosotros, individual y colectivamente. ¡Gracias! John Morton, por compartir tu mensaje de amor con nosotros este fin de semana.