Por Alicia Landa

Me tomó mucho trabajo preparar la Sexta Reunión de Comunidades Latinas para la Conferencia del Cristo. Comencé en Abril y no paré hasta el 1o. De Julio, dia de la reunión.

No estaba segura de lo que venía, pero estaba lista a sorpresas. La primera fue que nuestro bienamado Viajero John Morton llegó justo a tiempo para invocar la Luz y hacernos conscientes de las muchas bendiciones que estan presentes cuando nos abrimos a recibirlas. Sus palabras resonaron con renovada fuerza en mi corazón. John nos habló de Viviendo en la Gracias en Colombia previsto para Enero del próximo año. El estremeció a la audiencia con su claro apoyo a que el retiro se haga realidad, ya que no habrá un retiro VELG en Asilomar. John hizo un poderoso llamado a la acción y el grupo de participantes pareció decidido a tomarlo en serio.

Luego vieno una hermosa canción en Portugués compuesta  especialmente para nosotros y cantada por Matthew VaFossan, quien estaba con su perro guía Akiles,  recostado a sus pies.  Tan pronto como Matt comenzó a cantar sentī que se me llenaban los ojos se lágrimas. Al escribir estas líneas me doy cuenta que él nos estaba preparando el corazón para lo que seguía.

El próximo en dirigirse al grupo fue Nathaniel Sharatt, quien expresó su gratitud lor la invitación y nos habló de su experiencia de vivir cerca de J-R y compartir sorprendentes momentos con él. Nos dijo que al envejecer J-R mostró cada vez más la grandeza de su divinidad. Noté que varias personas estaban muy emocionadas y lloraban. A estas alturas todos los corazones estaban abiertos y esas lágrimas se tornaron más adelante en alegría, risas y entusiasmo.

Para mí la reunión fue un ejercicio en soltar y fluir con lo que estaba presente. Al fin se me hizo claro que mi papel había sido preparar el espacio para el trabajo del Espíritu, que no necesariamente era lo que yo tenía en mente. Mi ego quería resultados tangibles. Me sentí humilde al ver lo que estaba sucediendo. Lo que era unquestionable era la energía de entusiasmo y amor presentes. Supe que era algo más allá de lo que mi mente podía comprender. Me rendí, me abrí incondicionalmente al amor presente y me ofrecí a lo que sea que el Espíritu me pida para tener otra reunión como esta el próximo año, para los más altos fines de todos.

Gracias J-R por lo que nos has dado y por enseñarme una vez más que servir es poner mi ego de lado y dejar que el Espíritu haga su trabajo. Dejar que el amor me guíe es la clave.

Agradezco a todos los que compartieron su amor y su Luz, ya sea hablando de sus países y sus proyectos de servicio o con su sola presencia. Cada uno trajo un tesoro ùnico y todos unidos formamos un calidoscopio maravilloso de Luz y de amor. Gracias.

Alicia Landa, DSS