Los momentos de gozo están disponibles siempre, aunque parezca que la situación en este nivel físico no nos permitiera acceder a ellos.
Hace unos meses decidí salir de Venezuela, mi país, y aunque las razones por la que salgo están ligadas a situaciones dolorosas y preocupantes, he mantenido el entusiasmo de vivir algo nuevo, afortunadamente con visa de trabajo y con la oportunidad conocer este país maravilloso (E.E.U.U.) que nos recibe y entender este cambio como una manera de crecer, aprender, expandirme profesionalmente y mantener la energía y la jovialidad que tanto apoya, para no dejarme atrapar por el miedo, la nostalgia, la desesperanza y las creencias limitantes, con respecto a la edad, la cultura, o cualquier otra creencia que me desconecte del espíritu.
En lo transitado en esta nueva situación de vida, he descubierto verdaderos tesoros, como la vida simple, la austeridad en paz, fluir y hacer lo que está presente, la adaptación, la necesidad de hacerlo bien, de hacer lo correcto, el desapego, el agradecimiento y la mayor bendición… estar ejercitando la confianza en Dios constantemente y tener de aliados para este ejercicio a los Viajeros y mi Ministerio.
Es una bendición recurrir a diario a las enseñanzas, en cada momento, ante cualquier duda, ante cualquier tentación que me lleva al temor por el futuro, es un ejercicio de «reconexión extrema y constante«, es tal el desafío, que me mantiene en un estado de ejercicio espiritual permanente, lloro de gozo y sigo y sigo y sigo… y siempre hay más.
Claro que aparecen las dudas, claro que es desafiante y es por eso que es bendito y enorme este momento para poner en práctica las enseñanzas, es glorioso, y por eso que agradezco tanto tener las herramientas para atravesar esta experiencia en mi vida.
Hay días, en que se me parece a cualquier otro ejercicio, como los bailarines que hacen barras a diario, los cantantes que vocalizan constantemente, los deportistas que entrenan aunque no tengan competencias ni presentaciones, por la única necesidad de estar a tono, listos, en forma…. estar en forma en el espíritu, es mi mayor bendición, es hacer lo necesario para estar disponible para Dios y los Viajeros, estar en forma para el servicio y entender lo que está completo. Es un entrenamiento completo. Entiendo ahora por qué recibí y atendí la llamada a formarme como guerrera espiritual, es un entrenamiento para abrirme a recibir la Gracia. Cada desafío, es una gran bendición.
Baruch Bashan.
Elba Escobar
Desafiios y ventajas del poder hacer lo que otros quisieran hacer pero no lo
Hacen. Cada persona al final crea su propio destino y me encanto tu forma maravillosa de llevarnos a descubrir contigo tu proceso.
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