Por: Maria Liliana Rios Tapiero
Casi siempre las personas queremos que los cambios, metas, o situaciones se solucionen como un chasquido de dedos, o sea, para “ya”. Oímos hablar acerca de que las cosas se te dan cuando alineas tu voluntad, o cuando somos conscientes de que el tiempo nuestro no es el de la fuente Divina, o para lo que representa esa luz, o un Ser Superior.
La verdad es que entendemos estos conceptos, pero no hay apropiación de ellos, y esto hace que repitamos lo mismo muchas veces y no obtenemos lo que queremos.
La vida se ha manifestado para aprender justamente lo que alguna vez hablé o pensé que nunca me pasaría, y esto ocurre en algunas ocasiones por tomarnos como propio las creencias de nuestros padres o personas que nos educaron, o el entorno en que pasaron nuestros primeros años de vida. Hoy decidí que las cosas pueden ser diferentes y me arriesgué a cambiar algunas creencias familiares tomadas como ciertas. Y… ¡esto sí que es un gran trabajo!, porque de todas maneras todos los días, tengo que estar lidiando con ello… mi familia y sus creencias, algunas creencias que he estado trabajando y me siento más fuerte al respecto.
Pensar que tengo más capacidad que los demás es como sentirse superior, creer tener la razón en todo. Esto lo pude observar porque mi realidad me mostraba, en las mayoría de mis relaciones, choques con las demás personas, porque quería imponer lo que yo creía como única opción, entonces empecé poco a poco a vencer este orgullo, y ahora puedo decir que, con esto, paso a paso no sólo estoy trabajando únicamente el orgullo, sino también, muchas otras áreas, como la aceptación, la comprensión, la obsesión por algunas cosas que no funcionaban en mi vida y especialmente el respeto y el amor hacia los demás.
Soy de las personas que están convencidas de algo que dice John Roger, y es que “cuando te enfocas en algo tu corazón va hacia allá, al igual que el universo conspira para que lo consigas”, entonces empecé a:
- Entender y aceptar que algo estaba mal en mi y que tenía que superarlo
- Tener conciencia que debía hacer las cosas diferentes a como las estaba haciendo, puesto que obtendría los mismo resultados, entonces practiqué lo que nunca había hecho, como aceptar equivocarme y manifestárselo a las demás personas cuando era necesario; me decidí a tener una mente abierta a las opiniones de los demás, decidí que las cosas no son como uno las piensa sino como uno las cree, y que realmente son la percepción propia, entonces cada vez que pensaba algo con respecto a una situación me decía “es mi percepción, pueden ser diferentes en realidad.”
- Dedicarme más tiempo a sentirme y conocerme, puesto que una de las creencias familiares era que necesariamente se debía estar dedicada a realizar alguna actividad que produzca dinero, y que solo podía descansar el día domingo, ya que los demás días eran para producir y no sentarse a pensar, porque se perdía mucho tiempo y ya eras vago.
Debido a lo anterior empecé a hacer cosas que me motivan, que me hacen sentir vital, enérgica, aprendí a dedicarme tiempo, a escuchar música, a tirarme en el pasto, a consentirme comiendo algo que quisiera, así en ese momento no aportara a mi dieta solo por sentirme consentida; a ver una película en un día de la semana a darme gusticos en un momento determinado. Debido a este tiempo conocí en mí la habilidad para espiarme, es decir, a ver las situaciones desde afuera para valorarlas y hacer cambios si era necesario.
- Medir los cambios: Una medición de mi cambio fue entender que al principio de todo aprendizaje las situaciones de choques y desacuerdos eran cada vez menores, por ejemplo si discutía 5 veces al día por imponer mi razón ahora ya no discutía sino dos veces.
En el caso de la obsesión, por ejemplo, ya no pienso tanto tiempo en lo mismo, sino a veces, ya las cosas van poco a poco cambiando hasta que paulatinamente ya no están ahí, ya no hacen parte de mí, ahora puedo distraerme haciendo otras cosas, en mi caso esta situación aportó a mi vida mucha paciencia porque siempre me exigía las cosas rápido, como que creía que si no hacían rápido no eran suficientes.
- Confiar en ti mismo: Saber que vas a lograr lo que te propongas, que cuando más te conoces, tus relaciones se vuelven más fáciles, más llevaderas ya no existen los enfrentamientos, ni choques, te comunicas de una forma asertiva, manifiesta tu opinión sin herirte ni herir a los demás.
