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Nuevo Amanecer

Enséñame a Entender

 

Por John Roger

Publicado originalmente en el Periódico del Novimiento en mayo de 1980

Traducido por Sonia Salas


La gente me dice: “Enséñame a entender”, y yo les contesto: “Entiende las enseñanzas”. Me preguntan: “¿Cómo hago eso?”, y la respuesta es: “Entiende las enseñanzas de la mejor manera que puedas, en todo momento, dondequiera que te encuentres”. La manera  de entender las enseñanzas es aplicarte para entenderlas. Puede que descubras que para hacer esto tienes que despertar de tu sueño. Verás, aunque andes caminando por ahí físicamente, puede que estés durmiendo. Así que, despierta de ese sueño, de ese trance, de tu auto-hipnosis y de tu inconsciencia.

A menudo, sucede que cuando estás con gente y el interés del grupo es despertar espiritualmente a una realidad superior, podrías escuchar algo que se dice y eso encender algo dentro de ti. En ese momento, tal vez sientas la presión de tu corazón agitarse, abrirse y expandirse dentro de ti…, y percibas cómo la energía del Espíritu se mueve dentro de ti. Esa energía suele sentirse poco familiar y, a veces, hasta incómoda porque tiene esa cualidad de liberar explosivamente limitaciones que se tenían. Y, entonces, por nerviosismo, puede que trates de disipar esa energía intentando recuperar sensaciones más familiares.

Puedes disipar la energía conversando, moviéndote, gritando, teniendo sexo, comiendo, bebiendo y drogándote. Debes saber que cuando te involucras en ese tipo de distracciones, estás eligiendo eso en lugar de quedarte con la energía del Espíritu y experimentarla tal como es.

Muy a menudo, veo a personas que están justo en la cúspide de una revelación y se la pierden hablando por nerviosismo. Cuando estés percibiendo que la energía del Espíritu se mueve dentro de ti, experimentala al máximo. No hables acerca de ella, no te distraigas, aunque sea incómodo para ti. Cuando sientas ese despertar interno, anda tras él. No es necesario que seas capaz de describirlo. No tienes que identificarlo. No tienes que saber qué es. No tienes que saber qué estás sintiendo al respecto. Simplemente déjalo que se te revele solo, sin prejuicios de si es bueno o malo, o alguna otra cosa.

 

Demasiado seguido, te adelantas  mucho tratando de SABER cómo va a ser tu experiencia. No tienes que SABER; puedes simplemente estar presente con tu realidad y dejarla ocurrir a su propio ritmo. A veces, cuando las personas van a escucharme hablar, le comentan a un amigo: “Iré a escuchar hablar a John-Roger”.

El amigo le pregunta: “¿De qué va a hablar?”.

  • No lo sé.
  • ¿Entonces para qué vas?
  • Voy a ir a ver de qué va a hablar.
  • Si no sabes de qué va a hablar, no veo para qué vas.

Si miras esa conversación desde otro punto de vista, podrías preguntarte por qué alguien me escucharía hablar si ya supiera de qué voy hablar. Si ya SABES algo, no necesitas oírlo de nuevo. En los seminarios, a menudo hablo acerca de cosas que ya sabes, pero has olvidado o dejado de lado de alguna manera, entonces ya no están presentes para ti en tu vida. Pero en el momento en que esas cosas se te explican, dices: “Yo ya lo sabía”.

Con frecuencia, explico lo que está sucediendo en el momento en que el seminario se está dando. Y dado que estás experimentando el mismo momento de la realidad que yo, cuando explico lo que está sucediendo, reconoces esa realidad dentro de ti y captas la verdad de mis palabras. Ahora bien, más tarde puedes irte y con tu mente dudar de lo que dije.

A través de esto, puedes intentar validarlo al ponerlo en duda, pero ésa es una aproximación al revés. No validas muchas cosas al dudarlas. Dudándolas las destruyes. Puede que digas: “Pero quiero ponerlo a prueba”. ¿Quién eres tú para poner a prueba? Puede que no hayas superado una prueba en mucho tiempo. Dices: “Bueno, pero quiero evaluarlo”. ¿Con qué? ¿Qué herramientas tienes para la evaluación? ¿Lo sabes? Tal vez simplemente quieras juzgarlo. Eso es fácil. No requiere de ninguna herramienta. Puedes simplemente decir: “¡ESO NO SIRVE PARA NADA!”.

Si algo no sirve para nada, ¿cómo puede estar presente? Si está presente, ¿cómo puede no ser bueno para nada. La Biblia dice que había oscuridad, y que entonces Dios creó el Cielo y la Tierra y que cuando  terminó, miró hacia abajo y dijo que era bueno. Si Dios dice que algo está bueno -toda la creación es buena-, ¿cómo puedes  mirar alguna parte de eso y decir que está mal?

 

Tal vez digas que nunca escuchaste que haya sido bueno. Y puede que estés siempre tan ocupado en tu mente, con tus opiniones y tus juicios, que nunca  te das la oportunidad de escuchar la voz de Dios. Sin embargo, dices: “Cuando Dios me hable, yo escucharé”.

Trata de de quedarte en silencio y de sintonizarte con ese lugar interno en donde Dios está hablando.

  • ¿Dónde está ese lugar?
  • Dentro de ti.
  • Es que mi mente no me deja tranquilo.
  • ¿Por qué no la dejas tranquila tú?
  • ¿Quieres decir que puedo dejar a mi mente tranquila?
  • Es tuya; tú la puedes dejar tranquila.
  • ¡¿Es mía?! Sí. Es mi ansiedad. Simplemente no puedo superar mis ansiedades.
  • Es tu mente la que crea tus ansiedades.
  • Bueno, pero es así como me siento.
  • Tú eliges esos sentimientos
  • Puedes sentir lo que quieras. ¿Para qué sentir eso?
  • ¿Quieres decir que yo estoy eligiendo todo esto?
  • ¡Correcto!
  • ¿Yo estoy haciendo esto?
  • ¡Correcto!
  • ¿Yo solo?
  • ¡Gracias a Dios! ¿A quién puedo culpar?
  • ¿Por qué culpar a nadie? ¿Por qué calificarlo de malo? ¿Por qué no decir que no sabes lo que está sucediendo?
  • Tengo que SABERLO. ¿Cómo podría reconocer que no sé? ¿Qué pensaría la gente de mí?
  • Pruébalo y ve.
  • Está bien. “No sé….”. No sucedió nada.
  • ¿Quieres decir que está bien no saber?
  • A menudo, es saludable no saber.
  • ¿Y qué si siento que tengo que saber?
  • Eso se llama PARANOIA.

Paranoia es preocuparse demasiado, excesivamente. Los que expresan paranoia están demasiado preocupados por lo que las otras personas piensan, qué están haciendo, qué sentimientos tienen, se preocupan de que ellos me pueden “pillar”, de qué estarán pensando que está sucediendo, etc. A la larga, si estás expresando paranoia, puedes comenzar a pensar que la gente te está persiguiendo, y ésas son malas noticias. O tal vez las malas noticias sean que ellos no te están persiguiendo y que ni siquiera saben que existes.

Parte del patrón paranoico que creas en tu vida es “editar” lo que le cuentas a la gente, en un intento por controlar y manipular sus pensamientos acerca de ti. En lugar de simplemente vivir en el momento presente y amar tu vida, intentas “programar” tu vida. Engañas a la gente conscientemente y a propósito. No les dices toda la verdad. Y luego quieres que ellos funcionen como si aquello fuera la verdad completa. Les cuentas una parte, pero no toda la situación. Y te justificas pensando que te estás salvando del “fastidio” de tener que lidiar con sus reacciones a la verdad completa. Eso es juicio, amigos míos. Como sea que lo miren, es juicio.

Si les cuentas toda la verdad y ellos te “fastidian”, adivina ¿qué? Ganarás en fortaleza. Y crearás confianza.  Confiarás más en ti mismo y los demás confiarán más en ti.  A veces, puedes darle la espalda a la verdad o a la verdad completa porque no estás seguro de poder manejar el resultado final. Pero el resultado final va a ser el resultado final y tú serás capaz de manejar eso, tal como  manejas tu vida hoy. Hay veces en que manejas las cosas bien y otras no tan bien. Y estás aquí. En ocasiones, en mis varias vidas, he manejado situaciones arrastrándome a través del lodo y la basura. Y hay veces en que he manejado mis vidas magníficamente.

Y estoy aquí. Por cierto, podría mirar hacia atrás y considerarlo todo malo, y estoy aquí.  O puedo mirar hacia atrás y considerarlo todo magnífico, y estoy aquí. Y no fue ni malo ni magnífico. Puede haber cosas que no me gustaría hacer de nuevo, pero estaría dispuesto a repetir cualquier cosa, si eso fuera lo que hay que hacer.

En cuanto puedes simplemente hacer las cosas que se te presentan, las cosas que debes hacer -sin hacer nada a nivel de pensamientos o sentimientos, o de ninguna consideración o interés en lo que podrías sacar de ello, o en lo que mereces o lo que podrían pensar los vecinos- estás empezando a vivir en la libertad de tu propia conciencia.

Cuando puedes vivir la vida en el momento en que sucede, sin esperar que nada en particular ocurra, simplemente estando abierto al presente, estás viviendo en el Espíritu y te encuentras experimentando un inmenso gozo y libertad.

En ese momento del AHORA, empiezas a conocerte a ti mismo y es el inicio de tu conocimiento de Dios.

John-Roger, DCE

 

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