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Nuevo Amanecer

Servirte a Ti Mismo y a Otros es un Ejercicio Espiritual


Servirte a ti mismo y a otros es un ejercicio espiritual. El servicio es la consciencia más alta en el planeta porque incluye ser amoroso. Todo el amor no  necesariamente se incluye en servir, pero el amor usualmente es la piedra angular del servicio. Así que si una persona deja de amar, también deja de servir, y entra en el método mecánico del hacer. Ya no están sirviendo, se están esclavizando. Cuando regresa el amor, entonces reaparece el servicio. John-Roger D.S.S.


Una de mis grandes romances es servir con una disposición amable, para poder estar verdaderamente presente en mi corazón al estar participando. Es divertido permitir que mis dones y talentos se expresen libremente, y dejar que la vida me sorprenda y me deleite.

Un motivo por el cual me siento increíblemente en casa en el MSIA es porque está edificado sobre los cimientos del servicio y el amor. A menudo pienso que el MSIA fue hecho de medida para mí, porque es compatible con quién soy interiormente y cómo trabaja el Espíritu a través de mí. Me encantan las muchas historias de amor que escuché acerca de cómo J-R mágicamente creó un espacio para que compartamos nuestros dones, talentos y habilidades unos con otros, en unión con Dios. Él es nuestro ejemplo brillante de servicio y amor manifestados majestuosamente.

Recientemente encontré esta cita excepcional de J-R que dice: Servirte a ti mismo y a otros es un ejercicio espiritual. Hay tantas recompensas disponibles en el servicio que me ponen en contacto con la verdad de quién soy. Cuando en verdad sirvo desde mi corazón, estoy más consciente de mi Alma y me enfoco en el amor como una consciencia viviente.

Una de mis experiencias favoritas en este planeta es estar enamorada. Cuando participo en el Espíritu del servicio, traigo presente esa cualidad de “estar enamorada” en lo que estoy haciendo y es una práctica maravillosa. Hallo que estoy más en contacto con lo que está teniendo lugar dentro de mí. Estoy más presente, cálida, abierta y conectada con el flujo del Espíritu en mi vida.

Cuando me mudé a Prana en diciembre de 2009, mi corazón se expandió y encendió con la energía del Servicio. Servía como voluntaria en todo momento que tenía libre. Estaba en el Consejo de Ministros, servía como asistente en talleres, trabajaba en la cocina, apoyaba el jardín de Windermere, iba a trabajar en Arrowhead, escuchaba a mis compañeros residentes y cualquier otra cosa que fuera una llamada a participar.

Para mí otro aspecto de gozar del servicio es encontrar un equilibrio. Prana es un lugar activo y hay una tentación de dejarse atraer por el caos del hacer constantemente y perder el corazón del servicio. Mi amor por el servicio es grande y he hallado que es un desafío para mí ser egoísta y darme cuenta de que cuidar de mí misma es una clave para el servicio. Transformar la manera en que veía al servicio me convoca a avanzar y encontrar maneras de jugar con ser y hacer en armonía con mi propio  ritmo natural. Aún estoy trabajando en ello y disfrutando esta danza.

Estoy aprendiendo que el servicio está disponible en todo nivel, lo cual me incluye, y que cuando me nutro, estoy sirviendo de una manera mayor, porque doy de lo que rebasa. He notado que cuando entro en una actitud de agobio, agotamiento e irritación pura y simple, es hora de tomarme el tiempo para estar conmigo misma y conectarme con el Espíritu dentro de mí.

Para mí servir es una de las mejores maneras de estar despejada porque tengo toda mi energía enfocada en Dios como Dios y eso es todo para lo cual tengo lugar. Estoy agradecida por este espacio en donde recibo una abundancia de oportunidades de ser un instrumento a través del cual se expresa el Espíritu. Hallo que cuando sirvo con un corazón abierto, paso más tiempo en el amor que alejada de él; así que parece imperativo para mí continuar en esta dirección que me transforma en una regalo para dar y recibir.

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