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Nuevo Amanecer

La Comunicación Amorosa

2 de Septiembre, 2016

Este artículo de John Roger, DCE, fue publicado por primera vez en el “Movement Newspaper”, en 1986 (Volumen 11, No. 9)


Cuando nos comunicamos con otros, tenemos la responsabilidad de entregarles la información de modo que ellos la entiendan desde su perspectiva. Comunicarnos con la gente involucra una responsabilidad que a veces es difícil. Implica pedirles que te repitan la información para estar seguro de que la recibieron. Eso completa el ciclo de la comunicación. Lo que sea que ellos decidan hacer con la información es su decisión. Independientemente de eso, el que tú se la hayas entregado claramente y que ellos te la hayan repetido claramente, completa el ciclo de la comunicación.

Le debemos responsabilidad y confiabilidad al proceso de la comunicación. Si no aceptamos esa responsabilidad, es mejor guardar silencio. Al verbalizar, perdemos un montón de energía personal. Así que, si a esa información le agregamos negatividad, perderemos aún más de nuestra energía. Mientras más mal hablemos de alguien o de algo, más hondo nos hundiremos.

A la inversa, mientras más digamos cosas agradables acerca de otros y lo pongamos en un contexto positivo, más nos elevaremos a nosotros mismos (sin importar si los mencionados se elevan o no). Tu comunicación con los demás se torna en una responsabilidad importante para contigo mismo. El servicio a ti mismo puede empezar a nivel verbal.

A menudo, en las relaciones no creamos un espacio para la comunicación segura. Es importante tomarnos el tiempo, dentro de nosotros mismos, para crear un ambiente que le permita a los demás expresar cualquier cosa sin que nosotros se la tengamos que sacar en cara negativamente. Si conversar entre nosotros no nos parece bien, ¿qué derecho tenemos de estar juntos? Crea el espacio para que tus hijos recurran a ti y para que tu cónyuge o pareja se comuniquen contigo. Si eres un jefe, crea el espacio para que tus empleados puedan recurrir a ti con la queja más insignificante sin que tú te irrites con ellos por compartirla. Tienes derecho a crear un espacio a salvo y debes desarrollar la habilidad para hacerlo. Desarrollar la habilidad para comunicarse desde un espacio a salvo significa que debes conseguir que se produzcan las situaciones que te ayuden a crearlo.

Tenemos que comunicarnos efectivamente con nosotros mismos. Eso significa poner en movimiento, dentro de nosotros, una comunicación en la que por cada pensamiento consigamos un sentimiento que coincida con él. Y que podamos actuar físicamente en relación con ambos. O si nos surge un sentimiento, conseguir un pensamiento que coincida con el sentimiento y que podamos completarlo físicamente. Si no podemos completarlo físicamente, simplemente lo dejamos de lado. A veces, nos surge una idea nueva que parece extraña y para ti no encaja en ninguna parte, pero tres días más tarde te surge otra idea que sí encaja.

Haz que esté bien comunicarte con todas las partes de ti mismo. No consideres algunas partes de ti mismo como malas y tampoco las desestimes. En lugar de eso, transfórmalas y transfiérelas a un lugar que sea el adecuado para ellas. En vez de tener que lidiar con una parte que falta, ¿por qué no completar el rompecabezas y acometerlo como un todo? De manera que si una pieza se ve oscura en la imagen, no la juzgues negativamente. En el rompecabezas, puede que sea la parte del cielo que está oscuro a medianoche. Encaja allí y allí está bien.

Esas manchas oscuras pueden representar tu adversidad y ¡que Dios bendiga tu adversidad! Ella te fortalecerá de una manera increíble.

Entonces, cuando surjan las verdaderas aflicciones, ya habrás sido puesto a prueba a través de tus propias aflicciones y errores. Eso te exigirá que te pongas de pie muchas veces, y que se lo comuniques a otros para ayudarle a este planeta. Puede comenzar con nosotros.

Debemos tratar el espacio amoroso de los demás con muchísimo cuidado. Mantengámoslos a salvo siendo tiernos, amorosos y sin abusar de ellos. Puede que ese lugar en los demás no sea tan fuerte como tú piensas que debería ser. Enciende la luz de tu amor por tus semejantes para que se sientan a salvo de comunicarte cualquier cosa.

Baruch Bashan

John-Roger

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