Tienda
LANGUAGE

Nuevo Amanecer

Pregúntale al Viajero: Preguntas y Respuestas con John-Roger


Translated by Nadia Balderas, 5/1/2017

Reviewed by Nora Valenzuela, 5/2/2017

Por John-Roger, DCE

21 de abril de 2017


Temas: Responsabilidad, Dr. John-Roger, Hábitos, Karma, Decisiones, Espiritual

Publicado por primera vez en el New Day Herald, septiembre de 1990


P: ¿Qué significa «ser espiritual»?

John-Roger: Ser espiritual es la intención con la cual haces las cosas. Así que, podrías caminar por una alcantarilla con tu intención clara, y caminar por la alcantarilla estaría bien. Si llamas a la puerta de alguien y caminas por la casa diciendo: «¿Hay alguien en casa?», estaría bien si tu intención fuera clara. La intención es lo que hace que la acción esté bien, y hay un lugar dentro de ti donde siempre conoces tu intención.

 

P: Me quiero ir a otra ciudad y conseguir otro trabajo, pero no quiero crear karma haciendo eso. ¿Cómo puedo abordar esta mudanza y cambio de trabajo?

John-Roger: Hay dos maneras de ver los cambios. Una de ellas es: «Dejo esto porque esto no es bueno», y la otra es: «Me voy de esto porque voy a un lugar mejor». Si vas a un lugar mejor, ésa es una afirmación positiva. Si estás dejando esto porque no es bueno, va a seguirte por el resto de tu vida, porque hay algo que no terminaste para que fuera bueno. El Espíritu en ti te hará responsable de lo que haces. Debes equilibrar tus propias cosas kármicas que pones en movimiento.

 

Digamos, por ejemplo, que estás pensando en mudarte de Santa Bárbara a Los Ángeles. Tal vez sea hora de salir de Santa Bárbara, y tal vez no sea hora de mudarse a L.A., pero puede seguir siendo un buen cambio de lugar porque ha llegado simplemente el momento de irte de Santa Bárbara. Podrías vivir en cuarenta ciudades diferentes, por lo que Los Ángeles sería una de estas cuarenta. Puede ser una buena opción, como no serlo. Te mudas a L.A., y averiguas si es una buena elección. Si no es una buena opción, siempre puedes cambiarla y mudarte de nuevo, pero no tienes que llamarla un error. La llamas una experiencia. La diferencia está en cómo la miras.

P: Tengo el problema de pensar que soy indigno. Entiendo, por lo que dices, que si estamos hartos ​​de algo dejaremos de hacerlo. Creo que estoy harto de sentirme indigno, pero este sentimiento sigue aquí. ¿Qué puedo hacer con él?

John-Roger: Permíteme darte un ejemplo. ¿Sabes por qué no vivo donde nieva? Estoy harto de la nieve y el clima frío. Me encanta la nieve, pero no me gusta vivir en ella. Cuando te hartas de tu problema, colocas algo más en tu mente. Cuando te hartes de la indignidad en tu mente, comenzarás a poner la dignidad en tu mente en su lugar.

 

P: Estoy trabajando para cambiar algunos malos hábitos, pero sigo retrocediendo, y luego me condeno. Condenarme me parece casi peor que los malos hábitos.

John-Roger: Entiende que el retroceder a viejos hábitos es una elección. Jamás vas a algún sitio que no hayas mirado antes, al que luego elijes ir. A pesar de que pueda ser una decisión por deslizamiento, caíste en ella porque no decidiste nada, sigues habiendo elegido eso. Escogiste deslizarte hacia ese resultado. Esto no es necesariamente bueno o malo. Lo principal, ahora que estás allí, es ¿qué vas a hacer? Si dices: «Voy a levantarme y salir de allí», ésa es información. Eso es lo que yo haría: levantarme y salir de allí. Pero mientras salgo, también permitiría que mi mente y mis emociones salieran conmigo. No dejaría que me condenaran por cómo me metí en ello.

 

No entiendo por qué cuando las cosas están mal, la gente se condena para empeorarlas. Es como si te estuvieras muriendo de hambre y alguien le trajera algo de comida, y dijeras: «No, gracias. Me voy a morir de hambre», en lugar de decir: «Gracias por la comida». Hay personas que en lugar de celebrar la abundancia, se preocupan por la hambruna. Eso es como condenarte. No tienes que condenarte porque la fiesta ya ha sido preparada para ti, y ya has sido invitado.

 

P: Me parece que hay mucha maldad en el mundo en este momento, pero no veo que el Viajero hable mucho de eso. ¿Podrías hablar de cómo defines la maldad?

John-Roger: Mi definición de maldad es bastante simple. Es culpar a otros de cosas que son responsabilidad de uno. En lugar de simplemente rendir cuentas, que es la manifestación de la gracia, se lo pasas a otro y culpas a los demás. Deberías haberte puesto de pie y decir: «Esto es mío. Yo lo hice. Me olvidé con quién lo hice, pero es mío”. En ese momento, de pecador te conviertes en santo. Te quedas atascado en el «pecado» cuando dices: «No es mi culpa, porque yo nunca lo habría hecho si no me hubieran hecho esto antes a mí. Me convencieron, me engañaron, o me mintieron». En vez de hacerte cargo de tu propia vida, tratas de echarle la culpa a otro. Y eso es maldad. Ya pecamos, no dimos en el blanco y no llegamos a la gloria de Dios, y ahora estamos añadiéndole la maldad, culpando.

 

Y lo empeoramos cuando nos creemos dueños de la verdad: «No creo que a esa persona se le deba permitir salirse con la suya con lo que hizo». Lo que haya hecho no es asunto nuestro. El jurado y el verdugo de ellos son ellos mismos. Ahora o más adelante. Tenemos que dejar en claro que Dios no puede ser sustituido. No puedes sustituir a Dios porque Dios es insustituible. Tú cosechas lo que siembras.


 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2014 Movimiento del Sendero Interno del Alma