Las energías divina femenina y divina masculina son una en Cristo. Sabemos que el amor lo es todo, y que todo lo que necesitamos es amor, y aunque vivir esas ideas requiere práctica y compromiso, paradójicamente, no se basa en el tiempo. Está disponible aquí y ahora. El acto de vivir el amor o vivir amando, existe tanto en el nivel ordinario del día a día como en el trascendente. En Cristo vivimos en ambos mundos.