John-Roger, John Morton y los postulantes a doctores de la Facultad de Ciencia Espiritual del Seminario Teológico para la Paz, conmovieron nuestros corazones mientras entraban al Salón del Hotel Sheraton Universal, cubiertos de insignias para la ceremonia de Graduación. Avanzaban por el pasillo del salón en un coro gozoso que entonaba: «no es en nuestro nombre, Señor, sino a la gloria de tu nombre.»
En su humor y estilo inimitables, el Dr. Paul Kaye, DSS, nos dio la bienvenida a la ceremonia de este año. Apuntó que este era el decimotercer año de las clases de la Maestría y Doctorado, y que contaba con más 1300 graduados, quienes experimentaban los cambios en su vida y las transformaciones interiores durante estos años.
Los 22 postulantes al grado de Magíster conformaron el primer grupo a quienes se les entregó su diploma, recibiendo grandes abrazos del Dr. John Morton, Director Espiritual del Seminario y del Dr. John-Roger, Fundador y Consejero Espiritual del mismo. Los numerosos seguidores, familiares y amigos dieron un generoso aplauso a la clase de MCE (Maestría en Ciencia Espiritual) del 2006.
Paul Kaye retomó el micrófono para reconocer a los facilitadores de la MCE por su trabajo en las clases. Luego, presentó a la Dra. Liz Bixby-Garver, Decana de PTS, quién describió el significado de las togas, las mucetas y los birretes doctorales.
El otorgamiento de los grados de DCE (Doctores en Ciencia Espiritual) comenzó con el graduando Mike Feeney, quien recibió su muceta y el diploma doctoral. Mike se graduó a pesar de que padece la enfermedad de Lou Gehrig y está confinado a una silla de ruedas. Ovaciones de pie para este caballero, la emoción de su cara era indescriptible. Entonces, cada uno de los postulantes al grado de DCE se arrodillaron y uno por uno recibieron su muceta doctoral de manos de John Morton, seguido por el diploma y un abrazo de John-Roger, además de muchos aplausos. Los graduados doctorales de este año son: María Elena Agolia, Stella Estevez, Lili Goodman Freitas, Isabel Fruman, Katherine Moyer, Brooke Perfora, Susan Shyne, Valerie Simons, Robbie Uniacke O’Toole, etc. Nunca deja de asombrarme el hecho de que ritos y tradiciones antiguos tales como las graduaciones puedan despertar todavía una respuesta emocional tan profunda, conectando el pasado y construyendo una base para nuestro futuro.
El Dr. Kaye entonces agradeció a los facilitadores, los asistentes y los lectores de las clases de DCE, y dio un agradecimiento muy especial por el buen trabajo de los facilitadores voluntarios que han estado guiando las clases de DCE durante los años anteriores: Dra. Liz Bixby-Garver, Dra. Pauli Sanderson, Dra. Deborah Martinez, Dra. Rachael Jayne, Dr. David Bransky, y Peter Bort (también Christine y Jim Linchan, en ausencia).
A continuación se invitó a John Morton a dirigiera la palabra, y su mensaje giró en torno a honrarnos a nosotros mismos, a pesar de las formalidades institucionales o de los honores en el mundo. Recalcó la oportunidad de estar consciente del estado divino e instó a los nuevos graduados a que tuvieran una vida sana, rica y feliz para poder así retomar el liderazgo. De una manera fuerte, amorosa, profunda y eterna, John oró por una bendición para cada uno y para todos nosotros, para que tomemos conciencia del paraíso que tenemos entre nosotros.
Baruch Bashan (Las Bendiciones Ya Existen) fue su última frase.
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