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Nuevo Amanecer

Cómo Tener un Matrimonio Exitoso

La mayoría de las personas diría que un matrimonio exitoso se basa en el amor incondicional, sin embargo, la verdad es que por lo general la gente no se casa por amor incondicional sino por amor condicionado. Se condicionan el uno al otro, incluyendo amarse mutuamente sin condiciones, basados en condiciones. Con frecuencia piden que la otra persona llene ese espacio vacío, solitario y de inseguridad que hay dentro de ellos, y la persona sencillamente no sabe cómo hacerlo.

Nadie sabe cómo colmar a otro a pesar de lo que digan las canciones y las películas románticas. En verdad, pocos saben cómo llenarse a sí mismos.
En lugar de intentar ser incondicionalmente amoroso el cien por ciento del tiempo y exigirle a tu compañero que esté en un estado similar, “o-de-lo-contrario..”., yo sugiero que cada uno asuma la experiencia que existe en el momento. Por “asumir” quiero decir que acepten lo que esté sucediendo, sin juicios, sin culpas y sin ningún ultimátum.

Si hay algo en el comportamiento de tu pareja que te molesta, puedes cambiar tu enfoque en vez de alterarte. Hacerlo requiere de compromiso y disciplina interna. En realidad, para que el matrimonio tenga éxito exige un compromiso de amar al cien por ciento: un compromiso, no necesariamente lograrlo. En otras palabras, si tu compañero a veces muestra un comportamiento poco amoroso, no lo golpees con un “¡Pero tú te comprometiste al cien por ciento!”

Compromiso realmente quiere decir que ambos optan por el cien por ciento de ser amorosos. No esperen perfección porque tal vez ella no sea posible, y la paradoja es que tú la sigues buscando. Lo que podrías lograr es excelencia, y la excelencia en el amor da como resultado una plenitud casi total.

Lo que puede eliminar el casi y producir una verdadera plenitud es el otro elemento necesario para una relación exitosa: Aceptación total de la otra persona. Aceptar todos los atributos positivos es fácil. ¿Pero qué tal aceptar todas las debilidades humanas, sin juicio, sin resentimiento y sin desilusión? (A propósito, los juicios son un intento por conseguir que la gente piense que eres perfecto. Cuando alguien es perfecto, eso implica que la persona tiene derecho a juzgar. Sin embargo, en realidad, en un estado de perfección no existe el juicio porque puedes ver que en verdad todo es perfecto.)

En cualquier situación tienes que ir más allá de las palabras, al corazón, porque si no escuchas al corazón, no hay palabra que sirva. Una vez que estés en el corazón (el tuyo y el de tu ser amado), podrás dar y recibir, elevar y ser elevado. Si ustedes no son mutuamente amorosos ni se cuidan uno al otro, realmente no vale la pena estar juntos.

Juntos podrán enfrentar mucha basura y muchos desacuerdos, siempre y cuando ambos estén comprometidos a enfrentar y atravesar la basura juntos. Mientras más lo hagan los dos, más rápido la atravesarán, hasta que al final ese basurero será parte del pasado: Un marco de referencia histórica para ustedes y para otros.

Para hacer que tu matrimonio funcione, primero ve adentro de ti y crea un espacio a salvo y seguro para cada uno de ustedes.
La seguridad y la salvaguarda son productos que van acompañados de grandes dosis de los siguientes ingredientes: compasión, aceptación, humor y una ración doble de amor.
Para que tu matrimonio funcione, tienes que continuar casándote cada día también. De hecho se podría hablar de un “casamiento” como una acción permanente de sostenerse y cuidarse mutuamente.

Conozco a dos personas que están muy enamoradas. Después de observarlos por tres años he visto que su amor es más alegre y jocoso que antes. ¿Por qué? Porque están en un “casamiento”. Mantienen la relación viva mediante actos de aceptación y de sostenimiento. He aquí el ejemplo de algo que les sucedió recientemente.

Un día mientras iban en el automóvil, él sintió que la esposa estaba apartada. No se trataba de algo que ella hubiera dicho o hecho, pero cuando estás profundamente enamorado experimentas a la otra persona, con frecuencia puedes intuir algo sin que haya indicaciones obvias. Él preguntó: “¿Te pasa algo?” Ella contestó: “No, sólo estoy callada”.

Cuando estacionaron el auto, él todavía sentía la separación. Nuevamente preguntó: “¿Estás segura de que todo está bien?” Ella dijo: “Sí, sólo necesito estar sola un rato”.
La reacción inicial de él fue de disgusto, de tensión y de todos los demás botones de dolor emocional. Después de todo, habían planeado ir al cine, comer pizza y pasar un día maravilloso juntos. Sin embargo, ella estaba distante.

Él estaba consciente de que sus emociones empezaban a crecer, pero eligió no darle energía a esos sentimientos ni a esos pensamientos. Sólo replicó: “¿Cuánto tiempo quieres estar sola?” La respuesta fue: “Unos 15 ó 20 minutos”. Él dijo: “Está bien, la película comienza en 30 minutos. Te encuentro frente al teatro en 20 minutos”. Y la dejó en el automóvil.
La mujer permaneció allí sola, consigo misma. No comprendía lo que le ocurría, pero no lo juzgaba. Sencillamente se dio permiso para estar con sus pensamientos, sus sentimientos y lo que sea que a orara. Se sentó allí disfrutando simplemente de ser, un hermoso regalo.

Mientras el esposo caminaba, atravesó momentos de rechazo, de rabia y aislamiento. Luego se distrajo de esas emociones observando a la gente que miraba vitrinas y comenzó a disfrutar del hecho de estar solo. Finalmente se encontró frente a una floreria y pensó: “¡Qué diablos! Si ella necesita estar sola, yo por mi parte me estoy divirtiendo y estoy loco por ella, así que la voy a sorprender con ores”.

Y eso hizo. Le compró tres rosas: Una blanca, otra amarilla y otra morada y logró acomodarlas en el bolsillo de atrás para que ella no las notara a primera vista.
Después de hacer lo necesario para equilibrarse, ella lo esperaba frente al teatro. Ahora estaba lista para estar con él y lo abrazó. Sintió que algo salía del bolsillo. Descubrir el amoroso regalo les permitió a ambos reír y disfrutar mientras entraban al teatro: ahora su relación se había enriquecido. Casualmente me contaron que la película era terrible, pero ellos se rieron todo el tiempo y la pasaron muy bien.

Ese es un ejemplo vivo de personas que eligen una expresión positiva en el amor en medio de la tentación negativa. Eligieron ir en pos del amor y no del malestar emocional.
No tienes que descargar tu disgusto en tu pareja. Qué tal decir: “Me casé contigo y puedes continuar siendo tal como eres, si eso es lo que deseas, porque por mi parte no te pido que cambies. Si me disgusto cuando hagas algo, ambos lo sabremos y me hago responsable de amarte a través de mi disgusto”.

Con el tiempo tu disgusto podría cambiar a diversión y aceptación de los condicionamientos bastante humanos de tu ser amado. (Cambiar de actitud es una gran clave para lograr relaciones constructivas, amorosas y duraderas). Cuando muestras esa clase de amor incondicional, ese apoyo seguro puede animar a tu pareja a cambiar el hábito simplemente gracias a la comprensión amorosa. No bajo presión. Y aun cuando el otro no cambie, tú sigues experimentando amor porque has elegido el amor.

 

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