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Nuevo Amanecer

¿Es Eso Todo lo Que Hay?

 

Articulo anteriormente publicado en Rod & Staff, Edición de Otoño de 1986, Volumen IV.

«Si deseas saber cómo estás, determina si eres amoroso, alegre y entusiasta respecto de tu vida.» – John-Roger

Generalmente llega un momento en la vida del adulto durante el cual se cuestiona el valor de su existencia. Hace años se grabó una canción cuyo estribillo decía: “¿Es eso todo lo que hay?” Según recuerdo, la conclusión de la canción era que, en efecto, eso era todo. ¿Que era “eso” a lo que se refería la canción? Cualquier cosa en la que hubieras centrado tu vida, desde el matrimonio hasta el dinero, desde la ropa hasta la profesión. Hay un dicho: “ten cuidado con lo que deseas, pues es posible que lo consigas”.

Para aquellos que consiguen todo lo que desean, la idea de que “eso sería todo” posiblemente traerá consigo una gran desilusión, con frecuencia dando origen a la pregunta de la canción: “¿Es eso todo lo que hay?” Cuando centras tu vida en metas, objetos, relaciones terrenales y /o adquisiciones, eres como el sabueso que persigue al conejo. Pero en este caso, el conejo se detiene y el sabueso lo atrapa y al momento de comerlo se da cuenta de que es solo un pedazo de metal. Muchos de nosotros, en diferentes momentos, nos hemos sentido como el sabueso que esperaba mucho más.

No estoy diciendo que no debamos atender estos asuntos. Estoy a favor de que la gente viva en la abundancia, que disfrute de matrimonios felices, de carreras exitosas, y de todo lo que pueda lograrse con integridad. Es cuando la gente se apega a sus objetivos y dedica toda su energía al mundo finito, manifestando codicia o lujuria, que podrían limitar su experiencia de lo que realmente son.

La expresión “así en la tierra como en el cielo” es la verdadera libertad; es la habilidad de tener el pastel y comerlo tambien. Es de anotar, sin embargo, que dice “como en el cielo”. Esto significa que es necesario primero tenerlo en el cielo. Para tenerlo en el cielo, debemos encontrar la manera de llegar allá. El cielo no necesariamente es un lugar en el firmamento a donde vamos cuando morimos. De ser así, no lo podríamos tener “en la tierra”, ¿verdad? El cielo puede ser otra palabra para denotar al Espíritu, a Dios, el amor, la bondad y el perdón. El cielo puede ser un lugar en nuestro interior que evoca el cariño, la gentileza y la consideración por todos los seres humanos bajo cualquier circunstancia.

Algunas personas hacen crueldades toda la semana, van a la iglesia el domingo, oran y piden perdón, y despues, convencidos de que se les han borrado sus culpas, van y hacen cosas negativas nuevamente. Este no es el cielo o el Espíritu al que me refiero. No necesariamente se encuentra en una iglesia, una sinagoga o un templo. Me refiero al Espíritu que habita al interior de cada ser humano todo el tiempo, siete días a la semana, 24 horas al día. Es la energía que te permite despertar en la mañana. Es la esencia que te mantiene, que inhala tu siguiente respiración, que te lo dice dentro cuando sabes que existe algo mejor para tu vida.

Esta esencia es la energía divina en tu interior. En la medida en que despiertas a esta energía, se hace más asequible para tu uso. A medida que la usas, tu despiertas aun más a ella. ¿Cuanto de ella existe? Un suministro infinito. Por consiguiente, tiene sentido participar en un proceso de constante despertar. A veces este despertar al Espíritu ocurre de manera sutil, y en otros casos más obviamente. Si tu deseas saber cómo estás, determina si eres amoroso, alegre y entusiasta respecto de tu vida. Sí, todo esto está disponible para ti ahora, “así en la tierra como en el cielo”.

Baruch Bashan

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