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Nuevo Amanecer

Tu Verdadera Naturaleza

 

Este artículo de John Morton se publicó en el periódico New Day Herald, en la edición de febrero de 2007.

“Nos movemos en esa naturaleza que llamamos Alma o Espíritu de Dios. Existen muchos nombres para ella. También la podemos llamar alegría, amor y paz, porque esas son las cualidades por las cuales la conocemos”. – John Morton


Tu verdadera naturaleza no es negativa, de modo que cuando experimentas negatividad, ella no se siente bien, no funciona y como que arruina las cosas. Está diseñada así a propósito, con ese fin, todo eso es parte de la perfección de Dios. Es una manera de que sepas: “Yo no soy esto, esto no soy yo, esto no se siente bien, esto no funciona”. La negatividad esta haciendo muy bien su labor. Cuando te identificas con la negatividad es cuando realmente tienes un problema. Cuando empiezas a pensar que eres la negatividad, que la negatividad eres tú, eso tiende a complicar las cosas. Pero si tienes claro que la negatividad es lo que es y tú sabes quién eres, te das cuenta de que la negatividad no tiene mucho que ver contigo. Puede que te llegue o afecte, pero realmente no te cambia, porque lo que tú eres es inmutable, y no te vuelves negativo por el hecho de que lidies con ella.

Nos movemos en esa naturaleza que llamamos Alma o Espíritu de Dios. Existen muchos nombres para ella. También la podemos llamar alegría, amor y paz, porque esas son las cualidades por las cuales la conocemos. Así que cuando sentimos alegría, esa es una forma de saber que estamos moviéndonos en el Espíritu.

A veces, eso se identifica erróneamente porque la gente se emociona y se alborota e involucra sus emociones en lo que está sucediendo; luego, cuando sus emociones cambian, de algún modo tienen lo positivo asociado con eso y no es así. Es solo que tus emociones cambiaron y se te olvidó que le Espíritu es eterno, constante, inalterable e incorruptible.

El mero hecho de saber esto te dice que estas viendo la negatividad o moviéndote en ella, pero que no eres tú realmente, así que no debes tomarlo a lo personal. Puedes decir: “Esto duele”, “No se siente bien”, “No me gusta”, “Estoy frustrado”, “Estoy enojado”, y eso no cambia el hecho de que tú no seas eso. Solo estás atrapado en eso, pero no tienes ni siquiera que dejarte atrapar por eso. En vez, podrías reírte un poco de ti mismo y simplemente tomar asiento, porque si te quedas allí lo suficiente, el clima va a cambiar de todas maneras. La negatividad pasará. Y esa es una de las grandes ideas: “Esto también va a pasar”.

Así que, si eres paciente, va a cambiar. “Bueno,”-dirás- “pero me morí de eso”. Es que te estás identificando con el cuerpo nuevamente y eso también se remedia. En el Espíritu, a la gente que se identifica con el cuerpo se les dice: “Tú no eres tu cuerpo. Mira, eso de allá es tu cuerpo; tú estás aquí. Y ahora ha llegado el momento de avanzar. No tendrás que seguir ocupándote de ese cuerpo, ya cumplió su propósito. No tomes lo que sucede en el plano físico como algo personal, no durará”.

Es solo un viaje y este llegará a su fin. Si eres listo, disfrutarás del paseo, la pasarás bien y harás algunas cosas que son importantes para ti. Eso te proporcionará las experiencias que te despertarán, te nutrirán, te fortalecerán. De eso se trata. Si te equivocas, simplemente regresa al amor. Encuentra la forma de amar lo que esté presente. Enseñamos esto porque queremos que recurras a la fuente de esa naturaleza. Y una vez que te conectas con el amor, este te llena y se desborda. Te conviertes en amor, el que se convierte en tu naturaleza y en la forma en que ves y te relacionas con las cosas.

Mientras más lo practicas, más adaptas la naturaleza inferior al amor. Una de las grandes tareas que tienes aquí es cambiar tu naturaleza al amor, al Espíritu para espiritualizar lo material. Pero esto es un desafío porque nos cubrimos con un velo, un filtro, un karma que nos permite olvidar, por eso, los que ya son fuertes espiritualmente escogen esto. Los otros se dejan llevar por sus instintos, lo que se convierte en algo como una naturaleza reactiva. En psicología, se conoce como condicionamiento de estímulo-respuesta: yo agito una bandera roja frente a mí y tú atacas, en vez de darte cuenta de que no eres un toro. Tú eres más que eso, puedes trascender a esa naturaleza inferior y dejar de actuar de acuerdo a ella, que responde reactivamente por instinto. Comienzas a circunvalar la naturaleza inferior.

¿Y qué pasa si no sabemos si estamos siendo amorosos o simplemente tontos? Yo no me preocuparía por eso. Si eres un tonto feliz, estás en buen pie. Mucha gente no lo logra. Son tontos estúpidos, tontos amargados, tontos enojados. Ser un tonto feliz es amarte a ti mismo, porque tú eres el que siempre estará presente, así que más vale comenzar por eso y hacerlo funcionar: “Me amo a mi mismo”. Si puedes hacerlo sistemáticamente, habrás superado muchas cosas solo con eso. De hecho, amarte a ti mismo tiende a transferirse, de modo que estarás amando a los demás.

Y cuando no ames algo o a alguien pensando que está “allá afuera”, eso está señalando lo que no te gusta de ti mismo. Incluso algo tan pequeño como un mosquito. Si te enojas y odias al mosquito, eso te está mostrando tu naturaleza pequeña y que necesitas aprender a lidiar con eso, aunque sea una irritación. Y nadie está exento de que lo pique un mosquito. Si te pasa a ti, te saldrá una pequeña roncha y te va a dar comezón porque eso es lo que sucede cuando te pica un mosquito. Si te enojas por eso y decides que tu vida no sirve para nada, eso es algo que tú le añadiste a la situación.

Hay una serie de cosas básicas que John-Roger estableció en los comienzos y de una manera muy enfática. Una es que “Todo proviene de Dios”. Eso cubre mucho terreno; es todo, sin excepción. Otra es que “Dios ama a toda Su creación”, lo que ciertamente te incluye a ti. Significa que eres amado y que todo y todos con los que tratas son amados también. Así que Dios pone la pauta e indica la dirección. Y si quieres llegar a Dios, eso es lo que Dios esta haciendo aquí: amando a la creación.

Cuando realmente entiendes eso, te liberas en la creación y no te quedas atrapado en ella, así que debes moverte en tu Espíritu. Moverte en tu Espíritu significa trascender todo nivel negativo, todo aspecto de la negatividad, de modo que no pueda retenerte y deje de tener autoridad sobre ti. Eso es la gloria. Eso es liberarse de “la rueda de los ochenta y cuatro”, del ciclo de reencarnación. Tu tiempo aquí no es largo. Debes marcharte a otra parte, distinta de este mundo porque este mundo ya no puede sostenerte; lo has superado.

A veces la gente desarrolla una actitud parecida a esto: “Seguro que debo haber fallado mucho; me siento perdido y abandonado, porque no entiendo las cosas que estoy haciendo. Estoy confundido. Luego, me miro a mi mismo y llego a la conclusión de que realmente soy un estúpido porque me olvidé de las cosas que pensé que sabía y termino causándome problemas aquí”. Sin embargo, y también lo decía J-R: “Ningún Alma se perderá”, así que no te preocupes por eso. No puedes perderte, volverás a casa. Ese es tu destino. Dios lo ordenó y así es. Por eso, no te alteres pensando en las cosas que has hecho y lo que ha pasado; estás libre de eso por ser quien eres.

Y hay más. Se conoce como: “Limpiemos”, porque tú eres un creador responsable. De modo que si te has juzgado y has hecho cosas en las que quedaste atrapado, existe un proceso para dejar ir todo eso y de ese modo dejes de juzgar y de estar atrapado en el karma de tus acciones pasadas. Quedamos atrapados en nuestras acciones del pasado porque no hemos aprendido lo que necesitamos aprender. Eso es todo. Así que si aprendes lo que necesitas aprender, te liberaras de eso, si así lo eliges. “¿Quieres decir que lo puedo soltar?”. Sí, si efectivamente lo dejas ir, porque ya sabes lo que necesitas saber acerca de eso. “Pero”, -quizás digas- “aun me mortifica. Me hace sentir de verdad mal. Realmente no lo puedo soltar, estoy apegado a eso”. Está bien; obviamente hay algo allí que no has aprendido y que necesitas aprender. Anda, aprende lo que haya que aprender. La manera en que mejor funciona es que si vas a hacer algo y te vas a involucrar en eso, que te involucres por entero. Hazlo con todo tu cuerpo, toda tu mente y toda tu Alma. Métete en eso y obtén todo lo que puedas de la experiencia hasta que te sientas completo. No te reprimas. Hazlo y eso realmente funcionará para ti.

Existe un par de cosas que hay que tomar en cuenta durante el proceso y que J-R nos ha dicho, tales como: “No te lastimes ni lastimes a los demás”. Este es un consejo muy práctico, porque si en algún momento piensas que hacer daño o hacerte daño es lo que se supone debes hacer, no viniste aquí para lastimar o ser lastimado. Eso no te incumbe, así que no te involucres en eso.

J-R también nos enseñó una buena manera de hacerlo: “Cuídate y, cuando tengas la oportunidad, cuida a los demás”. Eso te mantendrá avanzando en la dirección correcta. Luego, recuerda que todo lo que te rodea, todo en tu vida y todo lo que tiene que ver contigo está allí con el fin de que lo uses para elevarte, aprender y crecer. Todo está diseñado de esa manera, es un diseño perfecto. Cuando te riges por eso, tu vida se llena de gracia. Andas silbando, cantando, la pasas bien, disfrutas de todos y de todo. Si esa es tu conducta, puede que te acusen de ser un soberano tonto, un estúpido, de no estar en contacto con lo que está sucediendo, por aquellos que son tontos, estúpidos y que no están en contacto con lo que está sucediendo. Saben que están a punto de perderte y tratan de aferrarse a ti. Los listos simplemente están divirtiéndose tanto como pueden. No se convierte en irresponsabilidad; se convierte en: “Hago lo que necesito hacer. Estoy descubriendo que esto es realmente básico, realmente elemental. Son cosas como respirar, no desordenar y limpiar lo que ensucio. Después de hacer eso, parece que queda bastante tiempo para hacer lo que quiero”.

Es asombroso comprobar que cuando realmente vemos cómo funciona la vida, o cómo no lo hace, todo está diseñado de una manera absolutamente brillante. Es posible que lo olvidemos y seamos fieles a cosas que verdaderamente no nos sirven, como condicionamientos que adquirimos en algún momento. Nacimos con algunos de esos condicionamientos. Llegamos al mundo y hay un patrón que se establece como nuestra personalidad, nuestro carácter y con el cual nos identificamos, y cómo hemos sido criados. Pero cuando despertamos, nos damos cuenta de que “yo no soy ninguno de esos condicionamientos. No son quién soy yo. No son la verdad sobre quién yo soy”.

La forma en que yo lo veo, es que esas cosas son solo circunstancias, escenarios, hechos en mi vida. No niego ninguno de esos hechos, solo los dejo ir. Eso fue entonces y esto es ahora. En este momento, yo soy una conciencia completamente libre. Puedo hacer cualquier cosa. Pero no hago cualquier cosa porque estoy aprendiendo que mis decisiones marcan una diferencia, que existen decisiones mejores y decisiones peores, así que las decisiones que estoy tomando son las que compruebo que funcionan de la manera más óptima. Y a veces no sé qué es lo que va a funcionar de la mejor manera, por lo que lanzo una moneda al aire o tomo asiento y sé que por el hecho de haber opciones, eso no significa que yo deba optar por alguna.

A veces, la mejor opción es no hacer nada. Cuando logras llegar a ese punto puede invadirte una sensación de alegría, de amor, de paz que se expande dentro de ti. Esa energía no cambia, no desaparece. Es como el viento bajo tus alas. Así que, cuando estés con ella, ¡ve! Permite que te lleve. Déjate llevar por la alegría, disfrútala. Úsala como una forma de relacionarte con las cosas porque es la energía de la sabiduría, es la energía de las verdades. Cuando lo que quieres es alegría, cuando la sientes boyante dentro de ti, te sientes ligero, cómodo, libre. Y también tiene claridad, de modo que te permitirá ver lo que está sucediendo.

Baruch Bashan.

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