Publisher: 1982-01-01 00:00:00
Published Date: January 1, 1982
Source: Book
ISBN:
Copyright: © 1982,1995, 2002 Peace Theological Seminary & College of Philosophy®
Este bello libro es una guía completa para llegar al Alma, describe con sencillez la verdadera esencia dentro de cada uno de nosotros. ¿Cómo encarna el Alma y qué rol desempeña en nuestra vida cotidiana? De contenido iluminador, esta joya de libro facilita en el lector una comprensión más profunda, de quienes de verdad somos, como Almas.
“La razón de la existencia del Alma es que experimente todo lo que pueda en todos los niveles posibles para que la conciencia que tiene de su propia naturaleza divina crezca.” – John-Roger
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El CAMINO
de un ALMA
JOHN- ROGER
El CAMINO de un ALMA
JOHN-ROGER
MANDEVILLE PRESS
Los Angeles, California
Copyright © 1982,1995, 2002 Peace Theological Seminary & College of Philosophy®
3500 West Adams Blvd.
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mático y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.
Publicado originalmente en inglés por Baraka Books
Primera Edición en español,1982
Segunda Edición en español,1995
Tercera Edición en español, 2002 por Mandeville Press
Responsable de edición: Jesús Becerra Flores
Diseño de la portada: David Sand, Shelley Noble, Margalit Ward
Traducción al castellano de: Selene Soler-Schoettler
Colaboración de: Jesús Becerra, Erica Sevilla y Alicia Portillo
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3500 West Adams Blvd., Los Angeles CA 90018, EE.UU.
www.mandevillepress.org www.msia.org
Dirección eléctronica: alma@msia.org
ISBN: 0-914829-78-5
Depósito legal
ÍNDICE
Capítulo I
Comienza el Viaje
1
Capítulo II
Las Reglas durante el Trayecto
19
Capítulo III
Aprender las lecciones y regresar al hogar
45
Capítulo IV
Lograr que sea un viaje placentero
57
Capítulo V
Planeando viajes Futuros
73
Capítulo VI
Conocer tus responsabilidades
81
1
COMIENZA el VIAJE
En el principio del tiempo Dios estaba en todos lados, en un estado de pureza absoluta y en esta pureza había un vacío sin conciencia específica. En esencia, Dios no se conocía a sí mismo, en conciencia, en su grandeza. Por eso Dios llevó a cabo la creación. Creó universos, en los que se manifestaron la materia sólida (o lo que llamamos planetas) y la materia menos sólida (lo que llamamos espacio). Todo esto es Dios en sus diferentes manifestaciones. Dios trazó el plan de que cada una de estas partes del todo conocería a las demás a través de la experiencia. Es por eso que el alma, que es más directamente la chispa de Dios, evolucionó y tuvo oportunidad de tener la experiencia de todos los
niveles, capas, planos, reinos de experiencia y de ser. El alma puede habitar cualquier forma que desee. Su trabajo, su razón de ser, es tener la experiencia de todo lo que pueda, en todos los niveles que le sea posible, de tal suerte que pueda darse mayor cuenta de su naturaleza divina. El alma que haya expe-rimentado todo, será Dios, será una con Dios. La expe-riencia de Dios es incomprensiblemente grande y compleja; el alma, por ende, requiere invertir gran cantidad de tiempo en patrones evolutivos mientras atraviesa los planos de la experiencia y adquiere el conocimiento de su naturaleza divina.
Déjame ilustrarte esta idea, relatándote la historia de un alma que decidió dejar el cielo. Un día que estaba un tanto aburrida se dijo: “Y ahora serás una roca”. Y se transformó en una roca. Sin embargo, se metió en un problema, porque se encontró un poco aislada; no había ninguna otra roca a su alrededor y no se podía mover por sí misma. No obstante, se sentía feliz, porque la naturaleza del alma es alegre. La roca era más pesada que cualquier otra cosa a su alrededor y comenzó a hundirse en lugares cada vez más densos, hasta que llegó a un lugar llamado “Tierra”. Aterrizó, sacudiéndose un poco, y exclamó: “Ah, realmente soy una roca”. Después no sabía qué hacer y dijo: “Creo que aprenderé a tener paciencia”. Se quedó allí durante mucho tiempo. Y con el correr de miles de años la erosión la pulverizó. Entonces dijo: “Qué interesante, soy mucho más libre ahora”. No era tan libre, porque entonces se percató de que el suelo la había absorbido; y después, un árbol. Era un poco mejor que ser roca; por lo menos podía mecerse al sol y gozar de la brisa, así que se sintió muy bien. Pensó: “¡Qué fabuloso! La verdad es que estoy teniendo una experiencia fabulosa. Creo que he aprendido a tener paciencia siendo una roca. Ahora creo que voy a aprender lo que es el crecimiento gradual”. Así que formó parte del árbol durante mucho tiempo, hasta que un día decidió ser una de sus frutas. La fruta maduró; cayó al suelo y se pudrió. Apareció un gusano que se comió lo que quedaba; al poco tiempo el gusano desarrolló alas y descubrió que podía volar.Y el alma dijo: “¡Qué lindo! He aprendido la paciencia y el crecimiento gradual; ahora sólo tengo que aprender a elevarme”.
Así que comenzó a volar, pero mientras volaba apareció un pájaro y se la tragó. El alma dijo: “¡Qué bien!, ahora soy más grande y puedo volar mucho más alto”. Al poco tiempo vino un animal y se tragó al pájaro. El animal no podía volar, pero podía correr muy velozmente. Entonces el alma dijo: “Creo que aprenderé a desplazarme sobre la Tierra”. Descubrió que el nuevo cuerpo era fuerte y vivió mucho tiempo en él. Eventualmente, el cuerpo dejó la Tierra y el alma
descubrió que tenía una nueva forma: la humana. A través de muchas vidas como ser humano descubrió que tenía mayor libertad de acción, aunque ahora no podía volar, en este cuerpo físico. Se dio cuenta de su propia realidad: de que siempre fue un alma y que había tenido múltiples experiencias. Se dio cuenta que había tenido la experiencia de todas esas cosas, pero jamás había llegado a ser una de ellas; en realidad siempre había sido lo que era: un alma, una parte de Dios.
Descubrió que la fuerza del alma es mucho mayor que la fuerza física que tiene una bestia feroz y aprendió que su verdadero yo tenía más majestuosidad que el monarca terrenal más poderoso.
Descubrió que su reino no está, ni es de la Tierra. Después de muchas vidas se dijo: “No pertenezco aquí”, y abandonó el cuerpo físico y se movilizó directamente hacia el Reino del Alma, su hogar. Se le dio una bienvenida real; entró con alteza y se sentó en el trono, porque era la reina y soberana de su dominio. Esa es una alegoría acerca de la evolución de un alma.
En realidad, la evolución del alma es más compleja, pero el cuento presenta su esencia. Dentro de nuestro universo existen cinco planos, realidades, reinos o niveles, que se llaman planos inferiores o planos negativos, no en el sentido de maldad, sino negativo como el polo de una batería, que tiene un polo negativo y otro positivo; juntos crean la descarga energética. En forma similar, los planos de existencia tienen polos positivos y negativos.
Los negativos son los siguientes:
El plano etéreo-relacionado con el nivel inconsciente del ser humano
El plano mental-relacionado con la mente del ser humano
El plano causal-relacionado con el nivel emocional del ser humano
El nivel astral-relacionado con la imaginación del ser humano
El plano físico-relacionado con la sustancia material de la experiencia del ser humano.
El plano físico es el más denso de todos. El alma, expresándose a través de varias formas, puede encarnar en cualquiera de esos planos, en cualquier punto de su jornada.
La experiencia del alma en cualquiera de los planos negativos (a excepción del plano físico) es más restringida, pues sólo se limita al plano particular en que se encuentre en ese momento. A través de la forma humana en el plano físico la toma de conciencia del alma es multidimensional y tiene la oportunidad muy especial de tener la experiencia de todos los planos negativos simultáneamente.
A través de la forma humana el alma no sólo puede tener la experiencia de todos los planos negativos, puede además tener la experiencia directa de los planos positivos que existen más allá de los negativos. El plano del alma es el primero de los planos positivos. Este es el primer nivel en el cual el alma es consciente de su verdadera naturaleza, de su yo en un estado de pureza total, de su unidad con Dios. Hay también muchos otros planos superiores de espíritu puro más arriba del plano del alma. Todos están involucrados en la mayor y más consciente realización del alma y del Espíritu y de Dios, hasta que el alma, eventualmente, disuelve su individualidad dentro de una mayor unidad con el Dios supremo de todas las cosas. Estos planos de espíritu puro realmente desafían toda explicación con el vocabulario físico. Es necesario tener la experiencia de los mismos para poder comprenderlos. No existen palabras: sólo puede decirse que sí existen y que todos tienen el potencial y todos tienen la herencia de conocerlos algún día directamente y tener una experiencia directa y consciente de los mismos.
El alma tiene su hogar en el plano del alma. De ese plano proviene. En muchos sentidos el alma es una extraña en los planos inferiores. Dentro de ella existen siempre la intención y el impulso de volver a su hogar, de retornar al plano positivo del espíritu. El alma se encarna en los planos inferiores o negativos para obtener la experiencia de las otras partes de Dios. En su viaje descendente hacia los planos inferiores adquiere la forma o “cuerpo” de cada plano, etéreo,
mental, causal y físico. Cada cuerpo es más pesado y más denso que el anterior. El cuerpo físico es el último cuerpo que se adquiere, y es el más denso. La forma física brinda varios ámbitos de conciencia: un inconsciente (donde se acumula la memoria, donde los sueños pueden originarse, donde muchos patrones de conducta se transforman en hábitos automáticos); una mente (usada para grabar eventos y traer a relucir información); emociones (donde se genera y se almacena energía para usarse según se instruya) e imaginación (expresiones que pueden ser positivas o negativas, que pueden enaltecer u obstaculizar nuestras experiencias). Al adquirir estos distintos aspectos, que son reflejos de
los planos negativos, el alma se mantiene como el único aspecto positivo entre todos los negativos (de nuevo no de maldad, sino negativo). El alma se transforma en la parte más débil del cuerpo físico, porque su trabajo es
tener la experiencia de los planos inferiores a través de la forma física.
El cuerpo físico cuenta también con un yo consciente (el que se levanta en la mañana, conduce el automóvil para ir a trabajar, lee el periódico, estudia reportes financieros, habla con amigos, etc.); el yo básico (que controla las funciones del cuerpo y lo dirige mediante hábitos bien aprendidos, y que es muy parecido a un niño o niña de cuatro o cinco años, que impone sus deseos sobre el yo consciente); y el yo superior (que hace las veces de guardián) que dirige al yo consciente hacia aquellas experiencias que serán para su bien mayor puesto que tiene conocimineto del destino de la vida de la forma físca y trata de cumplirlo.
El yo consciente es el capitán del barco y puede ignorar o dejar de lado lo que el yo básico y el yo superior digan. El yo superior actúa en el interés del progreso del alma y su evolución dirige la conciencia humana hacia esas experiencias que necesita para su educación. El yo básico actúa principalmente para preservar el cuerpo. Resiste cualquier cosa que pueda dañarlo, lastimarlo o destruirlo. El yo consciente es la parte más susceptible a quedar atrapada en las ilusiones de la imaginación, la mente, las emociones y el glamur del mundo físico, al crear situaciones que demoren la evolución del alma.
Si una conciencia humana se impone a otra (causando daño, dolor o lastima a través de actos físicos, patrones de pensamientos, expresión verbal, deshonestidad, fraude financiero, manipulación emocional o cualquier otra forma) se le hará responsable por ello, y se le dará oportunidad de aclarar su acto y lograr de nuevo el equilibrio.
Nadie tiene derecho de lastimar o dañar a otra persona o cosa de ninguna manera. Si esto sucede, el acto debe equilibrarse; es la ley de causa y efecto. Si causas desequilibrio, el efecto será que el desequilibrio retornará a ti. Al ser el creador, tienes que corregir la situación. Esto, en esencia, es el proceso del karma.
Es una acción justa y honesta. Y la creación de situaciones kármicas instituye la reencarnación.
Como ser humano, el alma comienza por encarnar sobre el plano físico, dentro de la forma física. Si esa forma pudiera pasarse la vida en perfecto equilibrio con todo, creando sólo paz, amor y armonía, podría completar su proceso y liberarse de estos planos, y ganarse la oportunidad de continuar su evolución sobre los planos superiores. Pero cuando el alma encarna dentro de la forma física no tiene mucha experiencia sobre lo que es este mundo. La conciencia ve todo lo aparente—las ilusiones, las atracciones del mundo, los placeres—y con seguridad se distraerá. Todo es parte del aprendizaje. El alma, entonces, atraviesa su plan de vida, seguramente creando desequilibrios. Cuando llega el momento en el que el cuerpo muere habrán muchas situaciones kármicas que no han sido resueltas, que nunca se equilibraron. El alma, en otro tiempo, se reincorporará de nuevo sobre el plano físico para poder pagar sus deudas, corregir los errores y lograr balance y armonía. Pero si la conciencia queda atrapada de nuevo en las ilusiones, terminará por crear más situaciones kármicas, por lo que tendrá que volver a reincorporarce para volver a intentar lograr el equilibrio, y así sucesivamente.
En algún momento la conciencia tendrá la comprensión de este proceso; aprenderá a ser una creadora responsable y aprenderá a poner valor e interés sobre las cosas que, por naturaleza, son positivas y espirituales, en lugar de sobre el aspecto material de este mundo. De esta manera la conciencia empieza a evolucionar hacia Dios, completando el karma del pasado y teniendo la libertad de no acumular más, liberándose así de este mundo. Es la herencia de todos:
conocer la naturaleza divina, tener la experiencia de la perfección del alma en toda su libertad y alegría.
El alma es, de por sí, positiva y negativa al mismo tiempo; sus patrones energéticos están completos,tal como lo está su creador. Pero cuando decide venir al mundo físico tiende más hacia una de dos polaridades: masculina y femenina. Puede decir: “Esta vez entraré al mundo como un hombre”. El yo superior en nosotros, que trabaja con el alma, irá al almacén de seres básicos y tomará uno que podrá atraer un cuerpo que tenga la forma correcta. El yo básico empezará a crear un cuerpo masculino. El alma entrará al cuerpo al momento de nacer como varón, y sus ciclos energéticos continuarán dentro de sí misma, completos, porque el alma es perfecta y completa.
Pero la polaridad del cuerpo podrá tener necesidad de equilibrarse con la polaridad opuesta, y entonces buscará pareja, un compañero o compañera, alguien con quien intercambiar energía y sentirse completo. El sexo masculino expresa principalmente la polaridad positiva; el femenino expresa la negativa. Cuando el hombre y la mujer tienen relaciones sexuales la energía se intercambia; en esencia se carga la batería. La gente que trabaja con energías espirituales altas reconoce que el alma es completa, y ese reconocimiento es su “alma gemela”.
Cuando reconoces que el alma es perfecta y completa, has encontrado a tu alma gemela. El alma no busca un compañero: ya es perfecta. Los niveles inferiores de conciencia son los que buscan un compañero; buscan completarse de alguna forma.
Cuando reconoces que estás completo no necesitarás los límites de este mundo. Y eso es lo que a menudo se conoce como autorealización. ¡Es la libertad!
Todas las almas fueron creadas al mismo tiempo. En el tiempo de Dios han existido siempre, pero eligieron diferentes ocasiones para encarnar sobre el planeta y adquirir sus experiencias. Por eso no todas las almas son iguales en su progresión y desarrollo, aunque todas son iguales en la más elevada realidad. Los lapsos de tiempo entre encarnaciones (o reincorporaciones, ya que se encarna en el planeta sólo una vez; tus siguientas vidas en este planeta son reincorporaciones), también pueden variar. No existe un tiempo promedio entre encarnaciones. Aunque todas las almas fueron creadas simultáneamente, una puede haber tenido más experiencias físicas que otra. Una persona puede estar viviendo su vida número quince, mientras que otra ya va en la número ciento noventa y cinco.
Esto implica una diferencia considerable en la conciencia del espíritu de cada quien y en la expresión individual.
Durante los millones de años de este planeta han habido muchas razas humanas. Cada raza implica una experiencia diferente, una conciencia diferente. Todo es una “unidad” espiritualmente, pero hay una conciencia específica dentro de cada raza. No puedes adquirir la experiencia de conocer todo lo que es Dios en todo su dominio si no encarnas en todas las razas. Puede que en una vida encarnes como un indio y aprendas bien y no necesites regresar a esa conciencia. Puede que regreses en otra vida, seas negro o marrón o blanco o amarillo, y aprendas todo y nunca tengas que volver a esas conciencias. Sería muy raro que se pudieran completar todas las experiencias en una sola vida.
Cuando vuelves a este planeta para cumplir todos los niveles del karma, se hace difícil cumplir todos los requisitos en una sola vida.
Antes de encarnar sobre este planeta te encuentras conscientemente sobre otro plano; estás viviendo otra existencia. Y por la razón que tú gustes, llega el momento de que encarnes sobre el plano físico. Toma en cuenta que la naturaleza del alma es tener la experiencia de todos los niveles y condiciones de Dios. Por lo tanto, la experiencia en la Tierra es parte de la evolución del alma dentro de la gran conciencia de Dios. Antes de reincorporarte físicamente te reúnes con los consejeros o maestros Kármicos, también llamado el consejo kármico, para planear tu vida sobre el planeta dentro de amplios grados de posibilidad y probabilidad. En el momento de llevar a cabo el plan eliges tus padres, tus talentos y habilidades y todas las cosas que, tanto tú como el consejo kármico deciden que estimularán tu desarrollo espiritual. También eliges las situaciones que te acercarán a las personas que te darán oportunidad de completar deudas kármicas de existencias pasadas.
La naturaleza del alma es encarnar dentro de los planos físicos y tener experiencias; pero la operación del karma—la creación y el desprendimiento del mismo—es loque perpetúa la reincorporación física. Muchas personas han vivido cientos de vidas sobre la Tierra, y todavía están tratando de comprender qué es el karma, para poder liberarse de él y de la rueda de la reencarnación; darse cuenta de que su el alma es libre; trascender este plano o reino y conocer los planos superiores.
Antes de la encarnación/reincorporación tienes libre albedrío y puedes ejercerlo; después de encarnar tienes libertad de elección. Antes de encarnar estableces muchas posibilidades; después de encarnar eliges qué posibilidades deseas adoptar. Es muy complicado establecer todas las variables que puedes elegir y usar en la vida; tan complicado que una computadora sería insuficiente para emular lo que hacen los maestros del consejo kármico, que saben hasta el más mínimo detalle de lo que te ha pasado en todas tus existencias. Se sientan contigo, con el alma de tus padres y familiares en potencia y así los patrones de existencia se bosquejan a lo largo de muchas generaciones.
Hay un grupo metafísico que afirma que un lapso de encarnación dura ciento cuarenta y cuatro años. Dicho grupo ha establecido la generalización de que vivirás en el planeta cien años; luego—después de tu muerte física — vivirás aproximadamente cuarenta y cuatro años en otro plano antes de volver a reincorporarte en la Tierra. El ciclo sí dura aproximadamente ciento cuarenta y cuatro años, pero dentro de ese ciclo puedes liberarte mucho antes; puedes resolver tu karma con mayor rapidez. Pero por lo general las reacciones kármicas que pones en movimiento tendrán efecto durante unos ciento cuarenta y cuatro años.
Dentro de tus patrones kármicos, por ejemplo, los consejeros pueden establecer situaciones en las cuales practiques la paciencia. En una vida anterior tal vez hayas sido muy impaciente con la gente, y lo demostraste cortándoles la cabeza. Debido al acto que hiciste, tendrás que enfrentar situaciones en las que no necesariamente perderás la cabeza físicamente, pero “perderás la cabeza” de otra forma; quizás a través de emociones o enojo. La acción puede ser simbólica más que física. Enfrentarás estas situaciones para aprender a tener paciencia. Puede que la persona que ponga en movimiento este trabajo haya sido, en una vida pasada, la que recibió tu acción. Quizás sea tu padre en esta
vida. Antes de reincorporarte aceptas la acción y las condiciones, porque es justo que él tenga la posibilidad de equilibrar la acción.
En situaciones de este tipo es posible que, cuando un bebé encarna, el padre vea al hijo y tenga el recuerdo de una vida pasada (muchas veces a nivel no consciente) y mate al bebé. Eso ha sucedido. Sin embargo no ocurre porque el padre le dará al bebé la oportunidad de equilibrar y completar un acto. El tiene que permitirlo. Estas oportunidades son tan perfectas. Si alguna vez haces algo que afecte a otra persona y pretendes que nadie se enterará, que “te saldrás con la tuya”, piénsalo bien. No te estás salvando de nada. El alma recuerda todo, y se hace responsable de todo, de manera justa y perfecta.
La encarnación no es negativa, como muchos creen. Es una filosofía positiva y progresista: si no lo haces hoy, tendrás otra oportunidad. ¿Qué podría ser mejor? Todos estamos trabajando para darnos cuenta de nuestra conciencia interna, buscando primero el reino de Dios dentro de nosotros, y luego buscando a Dios en la realidad exterior.Y todos queremos llegar al cielo. Pero si te dijeran que has de morir en sólo dos semanas, probablemente dirías: “¡Ay, Dios, no! No quiero morirme. Quiero quedarme en esta miseria”. Y con esa actitud lo lograrás, ahora o más tarde. Debes ser extremadamente cuidadoso de cómo te presentas las cosas porque como eres un creador y tienes la esencia divina dentro de ti, lo que hayas de crear te retornará. Serás responsable como autor de la creación: te regresará.
Lo interesante es que dentro del Movimiento del sendero interno del alma (MSIA), a través de sus enseñanzas, puedes romper con la rueda de la encarnación. Existen técnicas especiales que conocen los estudiantes del MSIA que están buscando esta expe-riencia de superación conscientemente y con valentía. Puede llegar a ser difícil, porque muchas veces la gente medita, hace ejercicios espirituales, hace contemplación, trabaja para superarse a sí misma cinco
minutos al día, y las otras veintitrés horas y 55 minutos permanece sujeta al cautiverio de este planeta Tierra. La tentación de enfocarce en lo negativo de este nivel es muy fuerte. Sin embargo con el apoyo interno que proviene de hacer ejercicios espirituales y otras practicas espirituales las personas están poniendo su enfoque en regresar al hogar con Dios.
2
Las REGLAS DURANTE el TRAYECTO –
Cada uno de nosotros es una extensión de Dios y, como tal, tenemos ciertos atributos en común con Dios. Uno es el poder de crear. Parte de nuestra experiencia en el plano físico es llegar a crear consciente y esponsablemente, y crear cosas que sean positivas por naturaleza.
El ser humano crea con sus emociones, pensamientos, palabras y acciones.
Puede crear miseria, dolor, venganza, etc., o crear felicidad, armonía, confianza y júbilo. Todos elegimos este tipo de opciones varias veces al día.
Lo que tienes en la mente, que llamas tus “deseos”, lo que sueñas y creas en tu imaginación, se transforma en realidad en algún momento, en algún ámbito. Es prudente por lo menos, tener cuidado de las imágenes que creas y a las que le pones energía. Ya que vas a ponerle energía a algún deseo o expectativa irracionalcuando menos, pónsela a algo que realmente quieras. ¿La conciencia de Dios? ¿Los planos superiores, la conciencia del alma? ¿Cómo es un alma?
Podría ser como un globo violeta, o blanco o dorado. O como un maestro, como la imagen de Jesús o Buda o Krisna. A medida que traes esa imagen frente a ti, tal vez se comience a borrar la energía de los pensamientos menos elevados que hayas creado (los deseos del automóvil nuevo, la estupenda vida sexual, el dinero, etc.). Puedes eliminar los deseos inferiores mediante la reprogramación, y comenzar a aspirar a ideales más elevados. Tus mecanismos de éxito te atraerán hacia el ideal. Puedes asumir que lo vas a alcanzar, porque si eso es lo que mantienes presente, lo alcanzarás.
La Biblia dice: “Cual es el pensamiento de un hombre en su corazón, tal es él”. Eso expresa mucha verdad cuando se lo percibe mediante la conciencia mística. Funciona de las dos maneras, la positiva y la negativa. Puedes decir: “Lo que más temo en la vida me ha sucedido” eso tiene absoluto sentido . Porque lo que más temes es en lo que más piensas. Le das energía. Te regodeas en ello y piensas: “¿Qué sucedería si…?”, y creas lo que tienes, y sucede. Tú lo creas. Tú lo haces aparecer. Y luego dices: “¿Por qué a mí, Señor?” Y si logras que se comunique contigo, el Señor puede que conteste: “¿Por qué no? Lo creaste, eres el responsable”.
Lo mejor que puedes hacer es respirar profundamente, ponerle una etiqueta que diga “esto es una experiencia, una lección” y seguir adelante.
En realidad no hay mucho más que puedas hacer. Aprende todo lo que puedas de cada experiencia y sigue adelante.
Veamos una situación en particular.
Supongamos que una de las situaciones que hiciste realidad kármicamente, con el fin de resolverla, es dejarte envolver demasiado emocionalmente con aquellos que amas. Cuando amas a alguien quisieras respirar el aire por él, ayudarlo a digerir la comida, y asegurarte que el corazón le late perfectamente y que la sangre le circula por todos los lugares que debe. A menudo vemos este tipo de amor en el amor de las madres y los padres por sus hijos. Quieren que todo les sea tan perfecto que tratan de protegerlos de la vida misma. No puede ser así. No importa cuánto ames a alguien y cuánto trates de controlar su vida, simplemente no puede ser así. Y entonces sientes que esa persona no está viviendo la vida de la manera que te gustaría, y te sientes herida y rechazada.
El rechazo es algo de lo que todos podemos prescindir. ¿Qué pasa cuando te sientes rechazada? Te internas en tus pensamientos y comienzas a internarte de retroceso en modelos emocionales o emotivos. No intelectualizas; tal vez te parezca que lo haces, pero no es así. Tomas la mente y agregas emociones a los pensamientos. Ensucias el pensamiento y entras en círculos viciosos. Emites pensamientos de dolor, frustración y amargura, y los vuelves a atraer hacia ti a través del estómago. Es el momento de sentirse víctima: “¡Pobre de mí! Realmente me doy lástima. Nadie entiende. Me hieren. No hacen lo que quiero que hagan, lo que necesito que hagan”. Estos pensamientos salen ya cargados emocinolmente regresan a ti y te golpean en el estómago. Sientes que te quedas sin energía cuando percibes el rechazo. Puede ser que empujes el sentimiento de rechazo hacia el centro creador de vida, y cuando los que amas se te acercan y te hacen el amor les dices: “¡De ninguna manera! Y ahora, ¿qué tal te sientes tú cuando alguien te rechaza?” Y les dices que no, creando una situación kármica.
La situación kármica se produce a partir de la deshonestidad y la mentira que acompañan la acción, no necesariamente a partir de la acción en sí misma. Una forma de hacerlo honestamente podría ser diciendo:
—Mira, hoy dijiste algo que me ofendió, y realmente me sentí rechazada y enojada. Así que me va a resultar muy difícil hacer el amor contigo y sentirme bien haciéndolo—.Tu compañero probablemente dirá:
—¿Qué te dije que te hizo sentir herida?
—Hiciste un comentario sobre mi exceso de peso.
Y tal vez tu compañero diga:
—Mi amor, era una broma. Estaba bromeando.
No quise herirte con ella. Pero la verdad es que yo he estado aumentando de peso últimamente, así que tal vez podríamos comenzar a cuidar lo que comemos un poco.
Esto es ser honesto; esto es comunicación. Esto es aclarar las cosas. Estas cosas son muy importantes. Si te comunicas honestamente y mantienes las cosas claras con las personas con las que vives y trabajas, probablemente no estarás creando mucho karma. Creas karma cuando permites que se acumulen los pequeños dolores, resentimientos, injusticias (como tú las percibes) e irritaciones.
Muchas veces la gente se reúne en un matrimonio o una familia para ayudarse entre sí a trabajar situaciones kármicas. Es interesante saber que cada uno de nosotros tiene karma únicamente consigo mismo, no necesariamente con otra gente.
La otra gente se envuelve en la situación solamente para darte a ti la oportunidad de manejar tu karma. En situaciones familiares el karma se complica tanto que a menudo se dice que las familias comparten el karma. Por ejemplo, podría suceder que una joven pareja se case, y que ella (antes de casarse) hubiera acumulado deudas de tarjetas de crédito considerables en varias tiendas. Antes del matrimonio el hombre no estaba implicado en esa acción. Después del matrimonio, él es responsable de esas cuentas. Ahora él comparte el karma financiero de ella y la ley puede obligarlo a pagar.
Ese es un ejemplo obvio. La mayoría son más sutiles. Mucha gente parece tener relativamente pocos problemas antes de casarse, pero una vez que se casa aparecen muchos problemas y situaciones difíciles durante un tiempo. Luego todo se tranquiliza y parece volver a la normalidad. Ambos conyuges necesitan cierto tiempo para ajustarse al nuevo karma, a las nuevas situaciones kármicas. Una vez que lo hacen, todo vuelve a calmarse. La familia aprende a trabajar
junta y a apoyarse en los momentos problemáticos. Si aprenden bien a resolver juntos, pueden trabajar karma más rápidamente, porque tienen más amor de apoyo.
Habrá momentos en tu vida en los cuales aparecerán más situaciones kármicas que manejar que en otros. Esto pude ser verdad. Cada vida tiene ciclos, y cambios que aparecen con los ciclos. Cuando llega el momento de cambios grandes, parece que hubiera más situaciones por manejar. En otros momentos las cosas parecen más tranquilas, pasan con facilidad, sin complicaciones aparentes. Ambas situaciones pueden ser correctas, apropiadas y normales.
Es importante aprender a aceptar y a trabajar lo que suceda, sin ocuparse demasiado de juicios o recriminaciones. Con la aceptación todo es más fácil, porque aceptar es no resistir, es dejar que las cosas pasen y decir: “Gracias, Señor, por otro día magnífico”. Cuando logras hacerlo, es mucho más fácil liberarse de karma. Es importante recordar que no tienes que estar de acuerdo con algo para aceptarlo. Se puede no estar de acuerdo con la situacion y aún así aceptar que así es.
Manejar situaciones kármicas es como jugar a la payana 1. Tienes las manos llenas de piedritas las esparces y decides qué juego quieres jugar. Puedes jugar el que quieras, pero debes recogerlas. Puedes recogerlas de una en una, y eso es lo más fácil. Casi todos pueden jugar a recoger de una en una, aunque lleve tiempo recogerlas todas. Pero nunca trates de recogerlas todas juntas hasta que hayas aprendido a recogerlas de en una, luego de a dos, luego de a tres, etc. Una vez que hayas aprendido todos los movimientos fáciles, sigue adelante con los más complicados, como ponerlos en la canasta.
1. En inglés este juego se llama “jacks”. De difícil traducción uniforme. En algunas regiones de habla hispana se le conoce como “matatena”; en otras por el fonema “yecs” que es el vocablo inglés castellanizado. Payana es el término incorporado al castellano, y se usa en Chile, Argentina y Uruguay.
Usas una destreza un poquito diferente que te permite mejorar un poco más. Cuando la hayas dominado, puedes entonces dirigirte a otra, como “brincar la cerca” y aprendes a dominar esa.
Los juegos de los niños pueden ser una lección para nosotros. La vida se parece mucho a un juego. Es para siempre, pero podemos transformarla en un juego. Si caes en el cuadro equivocado, vas a la cárcel y allí te quedas hasta que consigues cien dólares. Cuando sales, regresas al principio y comienzas el proceso de nuevo. Pero el secreto es saber cuándo terminar el juego; entonces lo guardas y sigues haciendo otra cosa. El secreto es no dejarse envolver tanto por el juego que termines creyendo que eres el juego. No eres el juego. Eres mucho más que el juego. Eres mucho más que tu situación kármica actual. Eres mucho más que la personalidad que expresas en esta vida. Este es un juego que juegas hasta que lo des por terminado. Luego lo dejas ir, lo liberas, dejas de jugar y se libera el karma.
Siempre que vivas en cualquiera de los planos inferiores negativas tendrás algo de de karma. Si no tuvieras karma dejarías estos planos inferiores para establecerte en los del alma, o más arriba. Pero aunque tengas karma aquí puedes mantener tu casa en orden, cumpliendo tus responsabilidades tan pronto como aparezcan en escena. Cuando ocurra algo que realmente te perturbe levántate instantáneamente y suéltalo. Si es con alguna otra persona habla con ella y aclara la situación. Si es algo que te concierne a ti trabaja contigo para cambiarlo y equilibrarlo, para que estés feliz y cómodo contigo mismo. Si se refiere al trabajo habla con tu jefe y aclara la situación, o búscate otro trabajo. Si aprendes
de lo que te perturba te liberarás de ello. Si no aprendes la experiencia volverá una y otra vez, brindándote otra oportunidad.
Los problemas son buenos porque cada vez que logras conquistarlos o superarlos, aumentan tu sabiduría y tu conocimiento. Cada vez que superas algo, creces. Los problemas te dan fuerza para seguir avanzando. La Tierra es un salón de clases, y todos somos estudiantes. Las experiencias que aparecen en tu camino son tus lecciones. Por eso cada persona con quien te cruzas es tu maestro. Si puedes mantener esto presente mientras llevas a cabo tus actividades cotidianas, podrías hacer cambios tremendos y aumentar tu conciencia con rapidez. Sigues creciendo y progresando a través de cada experiencia para así graduarte, porque si fallas tendrás que repetir el curso. Y si es lo que se requiere, también está bien.
El karma se crea de muchas formas y a través de un sinnúmero de situaciones. Básicamente cualquier acción, emoción, pensamiento o palabra que se emita de una manera que promueva desequilibrio puede crear karma. Si te enojas mucho y golpeas a tu hijo o hija, esto te puede acarrear una situación kármica. Más tarde puede que te encuentres pidiendo disculpas, lo cual aclara el karma, pero si el niño o la niña ha hecho algo que no debiera, “el castigo” puede
ser la forma de ayudarlo a darse cuenta de su error y hacérselo comprender. Si lo castigas con amor, y no en un rapto de enojo, no creas karma ni sentirás necesidad de pedirle disculpas. Sólo estás ayudándole a aprender.
Gran parte de ello está relacionado con la actitud. En la actitud estriba toda la diferencia. Podrás atraer muchas situaciones kármicas mediante el mal uso de tu naturaleza emocional. Puede que concluyas que si esto es verdad, tendrás karma por el resto de tu vida. Tal vez sea cierto, pero los días continuarán pasando, trabajes o no en despejar tu karma, así que sería mejor que trabajases. Si sientes enojo, odio, o si deseas venganza, si te sientes culpable o con alguna otra emoción negativa, creas karma. Te lo atraes y te aferras y serás responsable por él.
El alma es perfecta, la personalidad es imperfecta. Pero considerando que el alma ha tomado la responsabilidad de tener la experiencia del plano físico con una conciencia y personalidad particular, se reincorporará otra vez en un cuerpo nuevo para terminar con las situaciones kármicas acumuladas por la conciencia, la personalidad. La personalidad, usualmente, trae karma consigo mediante la complacencia. Cuando te enojas y pierdes el control, cuando tienes un rapto emocional (te sales de tus casillas o pierdes los estribos como decimos comúnmente), cuando te desequilibras tanto que no puedes controlar las lágrimas, los gemidos, cuando te emborrachas de tal forma que no te acuerdas de nada, cuando estás de tal forma bajo la influencia de las drogas que pierdes el control, estás atrayendo karma. La culpa que probablemente sentirás debido a estos excesos producirá karma más que ningún otro factor.
Si le eres infiel a tu esposa, eso puede atraer una situación kármica, pero puede ser relativamente fácil de aclarar y equilibrar. Pero si te sientes culpable, encerrarás ese karma dentro de ti durante toda la vida, o mucho más. Si tienes un hijo y lo das en adopción, éste podría ser una acto correcto que no produzca karma. Pero si sientes que no deberías haberlo hecho, si te sientes culpable, haces que se convierta en karma. Si quedas embarazada y decides abortar, esa decisión y la situación pueden estar libres de karma. Pero si te sientes culpable y te da remordimiento, si te castigas a ti misma, podrías producir una situación kármica. En realidad, esto es, en gran parte, cuestión de actitud.
Existen muchas experiencias en este plano. Muchas no son inherentemente “buenas” o “malas”, pero la actitud con la cual se llevan a cabo puede crear un juicio de valor que si es “malo” podría crear culpa, lo que a su vez creará karma. Es muy importante observar la actitud y mantenerla lo más neutral posible.
La idea del karma, su creación y cumplimiento, es increíblemente compleja. Hay un sinúmero de planos y niveles sobre los cuales se crea y se cumple el karma. Si los multiplicas por las situaciones, relaciones y actitudes que crean y cumplen el karma, obtienes como resultado lo que parece ser un sinnúmero de posibilidades. Y tienes que aprender a reconocer y traspasarlas todas.
Muchas veces las situaciones kármicas son tanto creadas como cumplidas en una sola vida. Piensa en la situación en la cual un hombre se casa con una mujer de la cual está enamorado. El cree que es la mejor mujer del mundo: le da todo, la trata como una princesa; y luego se entera de que ella le es infiel. Su infidelidad le causa tremendo dolor y pena, y el matrimonio termina en divorcio. Algunos años más tarde ella se vuelve a casar y está muy enamorada de su nuevo marido; cree que es el hombre más perfecto de la Tierra, y luego se entera de que él le es infiel. Ella tiene la oportunidad de tener en carne propia la misma experiencia que una vez provocó en otro. En su primer matrimonio ella fue la causa; en el segundo, el efecto. ¡Qué suerte tiene! Puede equilibrar el karma en esta vida. Si no se equilibra esta vez, se hará en una próxima vida. Nada se pasa por alto.
Si tú, a través de mentiras y deshonestidad, causas que alguien vaya injustamente a prisión, puede ser que te encuentres en cierto momento, en el futuro, en prisión por un crimen que no cometiste. Si aceptas lo que está pasando y aprendes todo lo que puedes de la experiencia, habrás equilibrado y despejado la deuda kármica. Pero si te dedicas a expresar odio, rencor y venganza, perpetuarás tu karma y tendrás que sufrirlo una y otra vez, hasta que aprendas a ponerte en equilibrio con la situación. Puede ser que no se repita la misma situación. Podría ser que no llegues a estar en “prisión” físicamente. A lo mejor te encontrarás “atrapado” en un trabajo que no soportes, sin poder,
por alguna razón, cambiarlo. Podría ser que te encuentres atrapado en una situación familiar o en un matrimonio. Hay muchas formas de estar preso.
Cuando empiezas a comprender lo que es el karma, es interesante saber que algunas acciones que parecen malas pueden ser actos de cumplimiento de karma, y por ende, justos y apropiados dentro de ese marco de referencia. Por ejemplo: en una vida pasada una madre abandonó a su hijo y lo dejó en manos de personas que no lo cuidaron bien. Debido a que la madre rehusó aceptar y manejar su responsabilidad para con el niño, éste creció sin amor, abusado, vejado, llevando una vida infeliz, con mucha amargura. El niño se reincorpora en otra vida, crece y tiene un hijo (que podría ser su madre de la vida anterior). Podría no sentir amor por ese hijo y abandonarlo, dándole la posibilidad de tener la misma experiencia y aprender cómo es y cómo se sienten el abandono y el desamor. Las personas que observan esta situación podrán juzgar a la madre, cuando en realidad se está cumpliendo el karma y se está dando oportunidad a la otra conciencia de liberarse del karma creado en una vida anterior. Así que, a menos que puedas leer los archivos kármicos y ver lo que hay en el corazón de cada uno, es mejor no juzgar las acciones que parecen
crueles o inusuales. Puede ser un acto de cumplimiento de deudas kármicas.
Algunas veces una situación cuyo propósito es cumplir y despejar karma puede parecer muy similar a una situación que crea más karma. Pero hay una diferencia: si tienes la experiencia de una situación que te choca y te desagrada y estás en duda de lo que está sucediendo, tal vez aún estés creciendo y movilizándote en tu camino espiritual. La mejor forma de determinarlo es buscar en tu fuero interno ese pequeño sentimiento de alegría, aún a través de las penas, dolor y angustia. Si hay una parte tuya que dice: “Está todo bien, porque estoy aprendiendo y creciendo”, entonces es probable que estés despejando situaciones kármicas. Puede haber otras situaciones en las que te encuentres mal, molesto, y sabrás que no estás aprendiendo ni creciendo.
En esos momentos no estás disolviendo ni despejando karma; sólo estásatravesando situaciones que has promovido y, probablemente, agregues al problema original el juicio de estar perturbado y molesto contigo mismo por haber creado esa situación. Ya llegarás a manejarla. Aunque estés involucrado en una situación que no sea de despejar karma, no te juzgues ni te menosprecies. Atraviesa la situación, dala por terminada lo más rápidamente posible, y sigue
adelante. No mires hacia atrás porque no sirve para nada. No te agobies con culpas ni remordimientos, que tendrás que manejar después. Sólo déjalo ir.
Cuando una situación es una disolución kármica manifestándose dentro de tu irritación nerviosa, percibirás calma. Dentro de todo el desequilibrio, sentirás equilibrio. No es un contrasentido, aunque lo parezca.
Es una descripción de lo que está pasando simultáneamente en dos niveles de tu conciencia. Un nivel está gritando y vociferando, y el otro nivel está diciendo: “Anda, sácatelo de encima y sigue tu camino. Dejaste
que se acumulara y ahora te toca despejarlo. Pon todo en su debido lugar mientras tengas oportunidad; termínalo, para que puedas proseguir”.
Es muy importante despejar el ambiente con frecuencia, especialmente si has dejado que las irritacionesymalentendidosseacumularanentuconciencia. Debes sentirte libre para poder alcanzar y entrar a los planos espirituales y llegar a la conciencia de Dios. No puedes restringirte por el resentimiento que sentiste por la forma en que te trató tu jefe hace un año y medio, o la semana pasada. No puedes restringirte por lo que te dijo tu marido sobre el vestido que te hiciste. Estas cosas tienen que aclararse y equilibrarse. Lo puedes hacer de dos maneras:
1) puedes ir a la persona con quien tuviste el malentendido y hablarle, decirle cómo te sentiste, comunicarte honesta y abiertamente y despejar el panorama; o
2) puedes dejarlo ir completamente de tu conciencia, no ponerle más energía, no preocuparte más, borrarlo de tu conciencia.
Cualquiera de las dos formas funcionará. Una actitud que ayuda mucho es darse cuenta que la gente está haciendo lo mejor que puede todo el tiempo, considerando en donde se encuentran en su progreso.
Si tu jefe te grita tal vez no tengas que tomarlo personalmente, quizás tuvo una discusión con su mujer la noche anterior y ella lo echó de la casa. Tal vez tú le recuerdes un momento difícil de su pasado, y alguna parte de su conciencia está esperando que se repita. Quizás tú y él tengan una relación kármica, en la cual el trabajo de cada uno es aprender comunicación y amor en relación con el otro. Hay tantas posibilidades. No sirve de mucho tratar de entender cuál posibilidad aplica, se puede asumir que hay una razón para su comportamiento, que es importante para ambos superar el obstáculo, cualquiera que sea, y no crear uno mayor mediante el resentimiento, la resistencia y otras emociones negativas. La comunicación honesta te puede permitir reconocer su motivación y sentir empatía y amor.
Cuando llegas a una conciencia más sutil te das cuenta de que todos estamos unidos, de que todos somos uno en espíritu y en diferentes manifestaciones. Así que si golpeas a una persona te estás golpeando a ti mismo, y esa acción volverá a ti. Si maldices a alguien, esa maldición retornará a ti, tal vez en esta vida, tal vez en otra, pero volverá.
Lo que exteriorices, regresará a ti. Cuida mucho los actos, palabras, pensamientos y emociones que pones en acción, para estar seguro de que son el tipo de cosas que quieres que se te regresen. A veces es comparativamente largo el tiempo transcurrido entre la instigación de una acción y su resultado, entre la causa y el efecto. Si robas un automóvil y sales de fiesta a los dieciséis años, y veinte años después un grupo de muchachos te roba el automóvil nuevo y te lo destroza, tal vez te resulte difícil ver la conexión, pero allí está. Es un acto tuyo que regresa.
Si por alguna razón no puedes cumplir tu karma en el plano físico, puedes hacerlo en el plano astral (que aparentemente es similar al físico). Puede suceder cuando estás soñando, y lo recordarás como si hubiera sido un sueño. O podría suceder cuando estás despierto. Te daré un ejemplo.
Hace muchos años un médico me contó una experiencia muy interesante. Me dijo que poco tiempo atrás había dado a luz mellizos.
—¿Y qué? Ese es tu trabajo—le dije.
—No dije que hubiera asistido en el parto de una mujer que tuvo mellizos; los he tenido yo.
Le pedí que me explicara con más detalles, ya que sonaba a fenómeno médico.
Me dijo que una paciente suya había quedado embarazada. A los tres o cuatro meses de embarazo se mudó.
En el momento en que la paciente estaba dando a luz, el médico comenzó a sentir severos dolores de parto. Esa era la única forma en que pudo describir lo que le había sucedido. Y no solo sintió que dio a luz a un niño si no dos. Esta experiencia quedó registrada en su oficina; la enfermera supo lo que pasaba, ya que él no estaba muy seguro de lo que debía hacer, si llamar una ambulancia e ir al hospital, o quedarse en la oficina.
Estaba seguro de no estar teniendo un ataque al corazón porque el dolor no era en el lugar indicado. Pensó que podría ser un ataque intestinal de algún tipo, pero sabía que probablemente no era eso. Padeció tremendos dolores durante largo rato. Después que el dolor pasó, habló con su enfermera.
—No me gusta decirlo, pero siento como si hubiera tenido mellizos.
—No es raro que un padre atraviese por los síntomas de dolor cuando su mujer está dando a luz.
—Pero mi mujer ni siquiera está embarazada.
Pasó la experiencia, y ambos—de cierta forma—se olvidaron de ella, hasta que se enteraron de que la expaciente que se había mudado había tenido mellizos. Vieron que el día y la hora del parto coincidían con el momento de la experiencia. El está seguro—y hay pruebasa verificables—que él se sintonizó y tuvo afinidad con la paciente y la experiencia del parto de la misma forma que ella. Revisando sus experiencias de vidas anteriores se vio que en una de ellas, en la que había sido mujer, había producido una situación kármica en un patrón muy similar, y no la había resuelto. En esta vida estaba conscientemente involucrado en romper con ese patrón de encarnación, así que la experiencia fue importante para él; le permitió terminar con ese karma, atar cabos y seguir su camino libremente. Como en esta vida era hombre y no podía tener una experiencia directa de parto, tuvo la expe-riencia de parto como una función síquica.
—Fue real, y muy doloroso— dijo.
La mujer, mientras daba a luz los mellizos, estaba anestesiada y no sintió dolor. El tomó aspirinas, codeína, calmantes para frenar el dolor, que no sirvieron porque el dolor era síquico y no físico. Esta experiencia de dolor fue parte de su disolución kármica, y fue necesaria para la experiencia. Le ayudó a conocer conscientemente la situación y el motivo, aunque el conocimiento consciente no era necesario para liberar el karma: haber tenido la experiencia y atravesarla era lo importante.
Frecuentemente ocurren cosas que no parecen tener explicación lógica. Por ejemplo, una criatura nace deforme, ciega o sorda, y causa gran dolor y angustia a la familia, y a veces a la sociedad. La acción de cumplir karma explica muchas de estas circunstancias.
Veamos otro ejemplo. En la antigüedad a veces se castigaba a una persona cortándole una mano, o la lengua.
Si quien ejecutó este castigo se involucró con la experiencia hasta el punto de hacerlo por placer, o injustamente (aún de acuerdo con la ley), tal vez en la próxima encarnación se encuentre sin una mano, o sin un brazo, o sin poder hablar. Tendrá oportunidad de experimentar la situación para saber de qué se trata y cómo se siente, y poder así cumplir la deuda kármica. Si alguien fue sádico en una vida, puede ser el hijo o el cónyuge de un sádico en la vida siguiente, o en otra vida futura. Las posibilidades son complicadas e infinitas y dependen de muchas variables en las situaciones, actitudes, intenciones, etc. Pero la ley del karma dice que habrá justicia perfecta.
Cuando conoces las leyes kármicas, sabes que cuando te ocurre algo que te parece injusto desde tu nivel de conciencia actual, puedes dejarlo ir. Sabes que si es injusto, la otra persona será responsable mediante el Espíritu. No tienes que hacer nada. No necesitas vengarte. No necesitas la revancha; no hace falta ni que pienses en ello. No tienes que aferrarte a la experiencia para nada. Sólo es necesario que aprendas lo que puedas de la situación y luego la dejes ir; continúa adelante con la próxima experiencia.
Si no te involucras en expresiones negativas de venganza, dolor, desesperación, etc., te mantendrás abierto y presente para tu próxima experiencia, que puede ser muy hermosa. Si decides entrar en los aspectos negativos puedes bloquear la próxima experiencia que se encuentra en tu camino. Es muy importante mantenerte en movimiento en tu conciencia y no aferrarte a patrones viejos y dolorosos. Déjalos ir lo más pronto posible y prosigue con el diario vivir. La vida se
te hará mucho más placentera y feliz.
3
APRENDER las LECCIONES y REGRESAR al HOGAR
La gente que elige estudiar en el MSIA, trabaja con el Viajero Místico, una conciencia espiritual que existe en todos los ámbitos de la creación de Dios. Reside dentro de cada uno de nosotros y es una guía de los ámbitos a niveles superiores del espíritu: la realidad mayor de Dios. El Viajero puede asistir a la persona a despejar karma ( equilibrar los actos del pasado) y su trabajo se lleva a cabo internamente en los ámbitos espirituales.
Los estudiantes tienen la oportunidad de liberarse de la rueda de la reencarnacion en esta vida, andar libres mientras están aquí y, al morir físicamente, elevarse en conciencia a los planos superiores del Espíritu puro. Esta es la promesa que extiende el Viajero Mísitico, esta es la forma en que se enseña La Trascendencia del Alma.
Como la expresión de la conciencia del Viajero Místico, parte de mi trabajo en relación con los estudiantes del MSIA es establecerlos en la conciencia del alma. Les ofrezco mucha ayuda para que cumplan con su karma y aprendan a caminar libres, sin acumular más. Muchas veces, cuando alguien empieza a trabajar dentro del contexto del MSIA, parecerá que tiene más problemas que antes, porque estará cumpliendo su karma con mayor rapidez. No sólo con el karma del pasado, sino con el que se crea día a día: se les devuelve rápidamente, dentro de horas o días, en lugar de años o vidas. Por ejemplo, si alguien explota y se enoja consigo mismo o con otra persona, y está que trina por dentro,
puede ser que salga en su automóvil para calmarse y quince minutos después el radiador explote, dejando salir vapor a borbotones. Karma instantáneo. Causa y efecto. Lo maneja; y ya pasó. Es muy rápido. Se acabo; se aclaró. Puede seguir adelante.
Las relaciones que se han ido deteriorando lentamente durante años pueden sufrir un colapso, forzando una confrontación, forzando a la gente a comunicarse y a aclarar las cosas. Puede ser que la relación se restablezca y sea mejor que antes. O puede terminarse. En cualquier caso, es claro que ambas personas son ahora más libres.
La Luz, que es la fuerza de energía con la cual se les enseña a trabajar a los estudiantes del MSIA, se origina en los planos elevados, positivos, de espíritu puro. Su energía es positiva. Su fuerza puede ser utilizada únicamente para amar y para el bien mayor de todos. No puede herir, dañar o destruir. Pero puede agitar la negatividad que ha estado latente desde hace mucho tiempo, traerla a la conciencia y hacer que se aclare. En realidad la Luz es la esencia indescriptible de Dios.
Cuando la gente comienza a ser consciente de estas enseñanzas, y expresa interés en ellas, se le lleva en un viaje nocturno (el estado de sueño en que la conciencia física descansa y la conciencia superior es libre de viajar a los otros planos), durante el cual se le muestran los archivos de su karma pasado y el karma con el cual trabajarán en esta vida. En ese momento deciden ya sea trabajar con las energías más elevadas, seguir este sendero de desarrollo espiritual, y trabajar conscientemente para completar su karma, o deciden continuar su modelo de vida con menos conciencia de las realidades espirituales y sin la guía directa de la conciencia más elevada.
Si uno decide trabajar conscientemente con la conciencia del Viajero Místico y aprender el camino de la Trascendencia del Alma, encontrará gran protección y gracia. Nada dañará a los estudiantes, a no ser que nieguen las enseñanzas u obstaculicen el trabajo, y aún así el daño provendría solamente del poder negativo. Cuando el Viajero Místico trabaja contigo en la conciencia superiro te guía, durante los viajes nocturnos, al plano del alma, a los planos de espíritu
puro, y luego te lleva a los planos inferiores de la ilusión para ayudarte a cumplir el karma que hayas acumulado. Los cinco planos inferiores, incluyendo el físico, son Tierras de ilusión. Es como estar en un parque de diversiones con los espejos que distorsionan, puedes confundirte y perderte en la experiencia.
Cuando el Viajero Místico te lleva a los planos superiores es como si de pronto te arrancaran del parque de diversiones y pudieras ver claramente dónde están todos los caminos, dónde comienza el laberinto, dónde termina, cuáles senderos no tienen salida. Todo se aclara y ves qué sendero quieres seguir. Cuando regresas a la conciencia física, al despertarte en la mañana, es posible que olvides los detalles específicos de dónde estuviste y qué aprendiste durante el viaje nocturno, pero la esencia permanecerá en ti y sabrás que estás en el camino correcto.
Cuando llegas al plano del alma (el sexto plano) y más arriba, no hay karma que resolver. Estás en espíritu puro. Es por eso que el Viajero Místico enseña la Trascendencia del Alma. Alcanzamos el alma y luego regresamos a través de los planos de Luz inferiores, pero todavía con la conciencia del alma. De esa manera, cuando te liberas del karma, lo haces desde un estado de pureza. Es como atravesar una pila de estiércol con botas que nos cubren hasta los muslos. El alma protege la conciencia. El alma está involucrada en la forma de cada plano para que no acumules más karma, y a la vez sigas pudiendo hacer tu trabajo.
Estás cumpliendo karma aquí, en el plano físico. Pero también tienes karma que cumplir en los otros planos. Hay karma en el plano astral, el causal, el mental y el etéreo. Puedes cumplir tu karma aquí, en el plano físico, confrontando tus situaciones kármicas. Cuando enfrentas una situación sabes que puedes pelear o huir. Pero al final tendrás que enfrentarlo todo; no puedes escaparte. Cuando hayas confrontado el “problema” o experiencia, y hayas ejercitado tu sabiduría en la elección, podrás apartarte de la situación. Pero no antes de que la manejes.
Cuando el Viajero trabaja contigo tienes oportunidad de liberarte del karma físico en los otros planos, durante los viajes nocturnos. Tal vez fuiste un conductor descuidado y causaste varios accidentes en el pasado, pero nunca estuviste involucrado directamente en uno. Los monarcas del karma pueden haber incluido un accidente serio en tu plan kármico, una lección para que aprendas a ser responsable en la carretera (recuerda que este es un plan que ayudaste a crear y que has acordado cumplir.) Si en el viaje nocturno vemos que no es necesario que tengas la experiencia física total, tal vez podamos alterarla, y permitirte tener la experiencia de un accidente automovilístico en otro plano. Puede ser que guardes el recuerdo del accidente a través de un sueño muy vívido, en el que oigas los frenos, sientas que el auto pierde el control, escuches el sonido del metal retorciéndose, el impacto, tu cuerpo arrojado por el aire, y te despiertes cubierto de un sudor frío, temblando frente a la experiencia. Esa fue tu lección, y fue lo suficientemente real como para que te quede claro que debes conducir mucho más cuidadosamente. Cumpliste con el karma, pero a través de la gracia que te fue extendida, no tuviste que experimentarla físicamente ni manejar las consecuencias físicas de un accidente grave.
Si pasaste por momentos difíciles con tus padres y te fuiste de su casa habiendo dejado muchos problemas sin resolver, puede ser que una mañana te despiertes con el recuerdo de haber estado con tus padres en un sueño y haberles dicho cuánto los amas, y haber compartido con ellos tu felicidad actual. Podría suceder que tus padres llamen por teléfono ese mismo día para decirte que te quieren mucho. No es una coincidencia, aunque lo parezca.
Durante el viaje nocturno, durante el estado del sueño, puedes dejar ir muchas heridas y resentimientos que te han acompañado durante años.
La conciencia del Viajero funciona en todos los niveles deconciencia, sobre todos los planos de la Luz y trabaja contigo para liberarte totalmente de los planos negativos. Para llegar a la conciencia del alma y establecerte en el plano del alma, para liberarte de la rueda de la encarnación, debes cumplir todo el karma sobre los planos inferiores, astral, causal, mental y etéreo y también el físico.
El plano astral puede estar pesadamente cargado de emociones porque se encuentra muy cerca de la Tierra. Es también el plano de la imaginación; cuando trabajas con el plano astral puedes tener sueños muy imaginativos. Cuando llegas al plano causal puedes tener sueños muy emocionales y el karma es también muy emocional. Los sueños del plano mental reflejarán aspectos mentales de la conciencia; puedes soñar que estás en una clase aprendiendo muchas cosas. Tal vez no recuerdes los sueños del plano etéreo porque se relacionan con el inconsciente. Si los recuerdas, serán más que nada impresiones y no imágenes claras. Para trabajar el karma se usan sobre todo la imaginación y las emociones.
Muchas veces, en el estado de sueño, creas campos ilusorios a tu alrededor que te parecerán muy reales y que te proporcionarán la estructura a través de la cual cumples el karma. Quizás no te des cuenta que ha sido creada a través de la ilusión y puede que te asustes mucho. Puedes de verdad asustarte con lo que has creado. Muchos de los temores que has creado durante el día se transforman en realidad en el plano astral. Probablemente la mayoría de tus pesadillas sean un encuentro con esos «monstruos» que has creado. Todo es una ilusión. En el instante en que te concentres en otra cosa y niegues su existencia, desaparecerán. Parte de tu entrenamiento durante los viajes nocturnos es aprender a discernir entre la realidad y la ilusión.
Cuando hayas percibido y confrontado toda la ilusión, te darás cuenta de que lo único que queda es el alma y habrás llegado invicto a la meta.
4
LOGRAR que sea un VIAJE PLACENTERO
La forma más fácil de liberarte de los patrones kármicos contigo mismo está relacionada con tu actitud. Hay muy pocas cosas en nuestro mundo que son intrínsecamente “buenas” o “malas”, excepto cuando las clasificamos como tales. Así que si quieres ser libre es importante hacer la menor cantidad posible de juicios y mantener lo más que se pueda una actitud neutral. Si has tenido un día de perros, y lo llamas un día de perros, estás poniendo energía en esa actitud sobre tu conciencia, y cosecharás lo que siembras.
Es valioso evaluar tu posición cada día. Si compraras acciones en el mercado bursátil, probablemente harías una evaluación para decidir cuáles comprar. Y, por supuesto, comprarías acciones buenas. Pero ¿cuáles son buenas y cuáles son malas?
Naturalmente, las buenas acciones suben y las malas bajan. «Bueno» y «malo» es un juicio; «arriba» y «abajo» son descripciones de lo que está pasando. Claro que te conviene comprar acciones que estén al alza, pero no te olvides que las que hoy están a la baja mañana podrían subir y transformarse en buenas.
Así que “bueno” y “malo” no son términos absolutos y se podrían llamar ilusiones. Todo lo que está pasando, realmente, es que están subiendo y bajando. Si dices que algunas son malas y empiezan a valorizarse, quizás sea difícil aprovechar la situación de alza porque ya las catalogaste de malas en tu fuero interno y tienes que defender tu forma de pensa. Así nunca funcionará. Pero si observas qué acciones están al alza y cuáles a la baja y sigues su evolución, estarás en una posición de libertad, listo para tomar ventaja de cualquier oportunidad que se te presente sobre cualquier valor en el mercado. No habrás obstaculizado ninguna posibilidad y todos los canales estarán abiertos.
Un proceso muy similar ocurre dentro de ti con otras cosas. Si clasificas algunas cosas como malas y luego empiezan a cambiar, dándote buenos resultados, será muy difícil participar en los nuevos eventos porque ya te has puesto en su contra. Si empiezas una nueva clase y no pasas el primer examen, puedes decidir que eres un fracaso y que el profesor es “malo”, “muy estricto” o “injusto”, o puedes sencillamente darte cuenta de que reprobaste el primer examen y usar la experiencia y el conocimiento para decidir estudiar más seriamente y prepararte mejor para el próximo.
Si te consideras un fracaso estás creando fracaso y quizás sea difícil pasar los siguientes exámenes. Si consideras que el profesor es malo, tal vez te sea difícil hacer las tareas con una actitud positiva y conseguir el éxito necesario en la clase. Pero si usas la experiencia de fracaso para transformarte en un mejor estudiante, es posible que te resulte mucho más fácil pasar los exámenes y aprobar el curso.
Encasillar negativamente a las personas y a las cosas puede tener ramificaciones en tu conciencia. Si has llamado a tu cónyuge sicio, bueno para nada y un hijo de tal por cual; puede llegar a ser muy difícil expresarle amor más tarde. Será duro acercarse y decirle: “Te quiero”. Tienes que conseguir librarte de la negatividad; llénate de oxígeno, sal a algún lado, camina o embo-rráchate o haz cualquier cosa. ¿Por qué, qué es lo que pasa?
Cuando insultas a tu cónyuge juzgas el amor que depositaste en él y, por lo tanto, te hieres. Rechazas tu amor, rechazas a la persona que amas. Estás lastimado porque te rechazas a ti mismo y lleva tiempo sacarse de encima un juicio contra tu amor. Más bien lo deberíamos llamar afecto, porque si fuera realmente amor estaría siempre presente, sin importar qué pasase. El afecto, en cambio, a menudo se deja envolver por el dolor y el rechazo. Así que si tuvieras alegría, paz y armonía, depositarías dentro de ti la semilla del amor puro, no del afecto, a no ser que el afecto fuese una consecuencia del amor. Entonces el afecto funciona bien, porque ha sido templado y balanceado con sabiduría y felicidad.
Muchas veces el afecto trae consigo patrones de control (o intentos de control), depresión, rechazo y dolor. Todos hemos pasado por esto, ya sabes a qué me refiero. Mientras sigas depositando esa semilla en ti, eso es lo que volverás a cosechar. Pero no tienes necesidad de recrear esta situación indefinidamente. Puedes cambiarla en cualquier momento que quieras y reemplazarla con amor puro.
Puedes empezar inmediatamente, ahora mismo. ¿Tienes mal genio? Observa lo que ocurre, evalúa lo que es. Veamos qué es el mal genio. Es un mecanismo de defensa; si alguien te ataca, el mal genio te hace saltar para protegerte o proteger a tus seres queridos. Pones dentro de ti la semilla de implacable virtud nadie puede invadirte. Luego tienes que intentar defender tu forma de pensar, y si es falsa, habrás perdido la oportunidad de experimentar lo que otra persona te ofrece y comparte contigo.
Hay muy pocas cosas en este planeta que no puedan verse como hechos concretos y sinceros. Si observas todos los puntos de vista desde una conciencia clara, puedes llegar a valorizarlos. Es por eso que tu esposa puede llegar a tener razón, la editorial del periódico puede llegar a tener razón, etc. Todos pueden tener razón desde sus puntos de vista. Esto no significa que necesariamente tengas que funcionar bajo la verdad de ellos; pero puedes reconocer por que lo ven así. Tienes el derecho, sin embargo, de vivir la vida como quieras.
Tienes el potencial de aprender de todos los que se crucen en tu camino. Hay verdad en las expresiones de todos, igual que, probablemente, hay ilusión en las expresiones de todos. Si observas y te mantienes neutral y objetivo al evaluar las circunstancias, podrás atraer las cosas que tengan valor para ti ahora y dejar de lado las que no lo tengan, sin bloquear la posibilidad de que puedan llegar a tener algún valor en el futuro. Sólo permite que la experiencia exista y lo que quieras, y lo que no quieras, déjalo pasar.
Te daré una analogía si estuvieras visitando una mina de diamantes y alguien te dijera: «Durante treinta segundos pueden tomar todos los diamantes que quieran de la banda transportadora», se verían reacciones muy interesantes. Algunos empezarían por tomar los diamantes con una mano y luego con la otra. También es una tontería, porque en cuanto tengas las manos llenas con algunos diamantes no podrás recoger más; pero si pones la mano sobre la banda transporta
dora y desvías los diamantes hacia ti durante los treinta segundos, recogerás muchos más. Después de todo, si vas a ser codicioso, es mejor que lo seas a conciencia. No seas codicioso y tonto. Recoge todo lo que puedas, para que cuando los treinta segundos se hayan terminado no te vayas lamentándote: «Si los hubiera agarrado más rápido…». Cuando lamentas, estás viviendo en el pasado. Cuando vives en el aquí y ahora, dices: «Hice lo mejor que pude. Recogí todo lo que pude». Y lo das por terminado en ese momento.
En el plano físico nada es permanente. Todo está cambiando. Mantén la flexibilidad en este ámbito. Cuando un edificio empieza a caer, no te quedes ahí parado tratando de demostrar que tenías razón. Quítate del camino. Muévete. Una de las cosas que es bastante permanente en este nivel, por esta vida, es el ser hombre o mujer. Algunas cosas son como son y es bueno cooperar con ellas. Pero otras son mucho más variables. No estoy hablando sobre las cosas físicas, como el color de los ojos (aunque esto también se puede cambiar usando lentes de contacto o no durmiendo durante varias noches. El cambio no será permanente, pero ¿crees que el color de tus ojos será siempre el mismo? Veremos
qué color tienen de acá a ciento cincuenta años.)
Muchos niveles son cambiables. La gente dice: “Cambiaste de parecer”. Es por eso que tienes cerebro, para cambiar. Es por eso que se practica el cambio, para cambiar cuando sea necesario. Si tratas de mantener una posición estática, tal vez el esfuerzo de ser autodeterminante y rígido te haga quebrar y caer. Luego lloras de dolor y sufrimiento. Si ves un tornado que se te acerca y tienes el sentido común de apartarte de su camino, sobrevivirás; pero puede llegar a ser muy difícil si dijeses: «Voy a pararme aquí, en medio de este viento, no importa con qué fuerza sople, seré fuerte». Cuando te das cuenta de que no puedes soportarlo, vuelves una y otra vez, aprendiendo a fluir con la vida. Es importante.
Una lección importante de aprender es la de ser flexibles, no necesariamente indecisos. Hay fortaleza y sabiduría en el ser flexible. Se requiere gran fortaleza para cambiar de forma de pensar cuando ya no puedes mantenerla, y decir: “Defendí una forma de pensar que ahora no es correcta”. Si alguien te dice que estás equivocado al cambiar, puedes decirles: “Si quieres llamarlo así, está bien. Ya no puedo defender esa forma de pensar; éste es mi punto de vista actual. Estoy cambiando de opinión”.
Si te toman el pelo y te ridiculizan, no te entregues a esas presiones ni a la extorsión social; no vuelvas a tu vieja forma depensar para probar algo. Demuéstrales tu fuerza manteniendo tu cambio, tu nueva forma de pensar.
Déjame que te dé un ejemplo: un marido llega a su casa y quiere llevar a su mujer a bailar. Ella no tiene ganas, pero él la convence. Ella se viste y él le dice:
—¿Vas a usar ese vestido?
—Ahora no voy nada.
Eso es chantaje; ella volvió a su posición anterior para darle su merecido. Estaba lista para salir y divertirse, y sólo para darle una lección volvió a su proceder anterior.
Con esta reacción nadie puede probar nada. Ni siquiera tú puedes probarte nada a ti mismo.
Por lo general, cuando piensas que estás lastimando a otra persona te estás lastimando a ti mismo. Y cuando te canses, cambiarás. Si te gusta ese sentimiento de miseria, prosigue y diviértete.
Continúa. ¿Te hartaste? ¿Quieres cambiar? Entonces cambia. Si la esposa desea salir a dar una vuelta en automóvil en vez de ir a bailar, y el marido se siente feliz de hacerlo, entonces qué bueno para ambos. Pueden salir
y divertirse juntos. Pero si se queda sentado en el automóvil—deprimido porque quiere ir a bailar—si quiere que ella se dé cuenta de cuán deprimido está y castigarle porque no quiere hacer lo que él quiere, qué
tonta es ella si se deja atrapar por esa situación.
Nadie debería dejarse llevar por lo que le dicta la depresión de otro. Demasiadas veces la gente adopta la actitud: “Soy dueño de la verdad y autoritario y me vas a oir”. Si le haces una pregunta y no conoce la respuesta, piensa: “Puedo responder cualquier cosa que se me ocurra, porque tú tampoco sabes la respuesta, así que no puedes probar que me equivoqué”. Esto pasa muy frecuentemente. Pero un día la otra persona averigua la verdad y dice: “Me mentiste”. Y esa semilla que plantaste es ahora tuya; la consecuencia de tu mentira es sólo tuya.
No se puede vivir con mentirosos y estafadores. No puedes tenerles confianza; no sabes nunca lo que van a hacer o decir en seguida. No podrás reconocer la verdad si te la dicen porque te han confundido con muchas
mentiras. No podrás tenerles confianza con las cosas que son sagradas para ti, pero quizás debieras mantener esas cosas privadas de todas maneras. Confía en ti mismo, no tienes que confiar en alguien más.
Permanece en los planos de la honestidad y la verdad dentro de tu conciencia: cuando lo haces, elevas a quienes te rodean. Puedes transmutar sus deshonestidades si quieres dedicarle la energía necesaria. Cuando alguien te dice algo puedes decir: “¡No me digas! Suena bien”., sin necesidad de adoptar la información. La observas cui-dadosamente y consideras si tiene algo en común contigo.
Pero asegúrate que serás feliz cuando coseches lo que sembraste. ¿O vas a involucrarte en una situación que te produzca culpa y te haga regresar a este plano de existencia para volver a trabajarla?
No te involucres en ninguna situación que te cause la más mínima molestia, que te haga sentir : “Ah, no fui suficientemente honesto”. Eso es culpa. “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda” No importa lo “pequeña” que sea la culpa, sigue siendo culpa. El grado de culpa es importante, claro, porque cuanto más culpa sientes, más intensidad pones en tu existencia; y cuanto más intensidad pones en tu existencia, más te atas al campo de fuerza de este planeta. Luego tienes que volver y evolucionar otra vez.
Una de las claves más importantes a tomar en cuenta es tu actitud. Las acciones no son ni buenas ni malas. En este preciso momento están subiendo o bajando: esa es una evaluación. Todo lo que tienes que hacer es evaluar la situación. No le agregues ningún juicio o valor moral. En el alma no existe la moralidad; sólo existe lo que es. La personalidad tiene moral. Te enjuiciará, te dirá que siempre tiene razón, te insultará, y puede agredirte. Pero el alma está tratando de
atra-vesar todos los niveles de semillas y malezas que plantaste. Muchas veces toma tiempo atravesar todos esos campos,despejarlos, limpiarlos; y recuperar el campo fértil y todo esto hay que hacerlo antes de dar el primer paso en el camino espiritual. Si hay mucha maleza tal vez no logres limpiarla toda esta vez. Pero estás en el camino, porque estás dejando de lado lo que no necesitas. No necesitas agregarle nada.
Muchos están tratando de agregar más: leer más, hacer más, trabajar más, jugar más. Otros se están dando cuenta que tienen que desaprender mucho de lo que han aprendido: en la escuela, en la iglesia, en la sociedad, en las relaciones familiares, etc. Este es el momento de mirar hacia adentro con honestidad, de descubrir qué funciona para uno y qué no. La sabiduría es usar las cosas que te funcionen (mientras funcionen) y liberarte de las que no funcionan.
El nuevo patrón es liberar las cosas que se encuentran en ti—viejas costumbres, negatividad, apegos, deseos, como quieras llamarlo—liberar todo eso y quedar libre. Al ser libre te dirigirás automáticamente de este nivel de existencia al que te pueda llevar tu libertad. Si no llegas a elevarte lo suficiente dentro de tu propia libertad, volverás otra vez a la Tierra para adquirir más libertad y así elevarte mucho más alto. Elegirás regresar, porque desde el punto de vista espiritual ves cuán perfectamente lo puedes hacer, cuánto puedes experimentar y aprender, y cuán alto puedes llegar.
Así que regresas al plano físico, y tal vez pierdas la mayor parte de esa visión al involucrarte una vez más con las ilusiones de este mundo. Pero es muy lindo saber que—sin importar cómo percibas tu vida o cómo percibas el universo—todo está en su lugar correcto, cumpliendo un papel correcto, de manera absolutamente correcta. Incluso esa pequeña sensación de depresión, ese pequeño pensamiento de suicidio que pudiste haber tenido, te hicieron despertar. Te despertaste a una mayor conciencia y ahora puedes elevarte mucho más.
El alma se incorpora al cuerpo sobre la Tierra para adquirir experiencias. Cuando hayas tenido una experiencia no tendrás que volver a repetirla, a no ser que la vuelvas a crear. Si aprendes de todo lo que ocurre, si usas todo lo que te pasa como una oportunidad para aprender y elevarte, estarás ganando tu libertad. Así que aprende de la experiencia de tu vida. Pon tus objetivos bien altos y luego encamínate hacia ellos. No dejes que nadie ni nada te desvíe de tu camino. Crea sólo lo mejor para ti.
5
PLANEANDO VIAJES FUTUROS
Me gustaría decirte cómo puedes prepararte para tu próxima encarnación. Si vas a nacer otra vez de alguna forma, tamaño o lo que sea, es mejor que sepas algo al respecto. Algunas personas que están trabajando dentro de las enseñanzas del MSIA romperán los patrones de reencarnación, pero muchos regresarán. Es obvio que no todos adoptarán las filosofías superiores no la pondrán a trabajar. No entrarán en la conciencia mística en esta vida. Existirán
dentro de los mundos síquicos y mate-riales, dentro de los mundos negativos. Pero saber la verdad sobre la reencarnación les ayudará mucho. Muchos empezarán por reconocer que no son la única forma de conciencia que existe.
En este preciso momento de tu existencia, has llegado a este lugar gracias a ciertos procesos que han sucedido en tu conciencia, tu inconsciencia o tu conciencia superior. No es necesario ir a todos esos niveles, únicamente reconocer que hay planos de conciencia y que tienen un profundo efecto sobre tu desarrollo espiritual. Todos estamos intentando constantemente ir hacia adelante, hacia algo nuevo: “¡Un año nuevo! ¡Aleluya! Seguiré mi camino y creceré de verdad”. Y haces tus resoluciones para el nuevo año. Pero a menudo el nivel de tus expectativas y el de tu realidad no coinciden. Las personas que llegan a tener un año hermoso son, por lo general, aquellas cuyas expectativas y cuya realidad coinciden y, por lo tanto, están equilibradas.
Si tuvieras que cambiar algo dentro de ti y regresar con otra personalidad, ¿quién serías? ¿Qué podrías ser? Reflexiona sobre esto. ¿Cómo sería tu próxima vida? ¿Cómo te gustaría que fuera? Observa la pantalla interior de tu mente para obtener la respuesta. ¿Qué ves? ¿Qué quieres realmente? ¿Ves grandes riquezas, una gran sensibilidad para la música o las artes, una posición de poder político, un líder religioso “salvando” masas? ¿Te ves tocando el violín o el piano? ¿Te ves como un médico o un maestro? ¿Qué cualidades necesitarías para ser esa persona? ¿En qué lugar del mundo tendrías que vivir en tu próxima encarnación? ¿Cómo sería tu entorno? Tal vez tengas la mente en blanco. Si es así, sería bueno que observaras con profundidad tu existencia ya mismo, porque podrías estar trayendo todas esas situaciones en blanco a tu vida presente.
Es el momento de concentrar la conciencia en algo, buscar una dirección y mantener la vista sobre tu objetivo. Verás que te vas acercando, y a medida que te aproximas podrás modificarlo, subirlo, bajarlo, moverlo hacia la derecha, hacia la izquierda, lo que sea necesario. Podrás cambiar tu visión a medida que vas logrando tu objetivo. Y cuando te sientas a contemplar tu futura existencia, puedes programarla. Esto puede ser peligroso si estás a punto de librarte de los patrones de encarnación, porque al programar algo, regresarás a completarlo. Así que si estás trabajando dentro de la estructura del MSIA tal vez te convenga poner cualquier contemplación de una vida futura dentro del contexto y la protección de la frase: “Señor, si esto es para mi bien mayor …”. Así te proteges.Y si es para tu bien mayor que no reencarnes, no bloquearás esa posibilidad.
¿Te acuerdas cuando eras pequeño y querías ser bombero, o conductor de trenes, o de la policía montada? Tal vez tu primer paso sea cambiar conscientemente esos deseos, porque los modelos de deseos que creaste (aunque los hayas olvidado) pueden regresar. Y entonces dices: “¡Ay, Dios!, ¿qué hice?”
A medida que aprendas a alterar tu conciencia puedes evolucionar a una nueva vida para ti, en cualquier momento, aquí y ahora mismo. Puedes adoptar y cambiar, pero necesitas tener la habilidad de cambiar tu dirección hacia lo nuevo, y esto significa desprenderte de lo viejo. Cuando estés harto de crear cosas negativas—tristeza, aislamiento, soledad y depresión—y cuando estés harto de estar harto, puedes transformar y cambiar.
A medida que atraviesas las experiencias de tu vida, presta mucha atención a lo que sucede dentro y a tu alrededor. Observa qué acciones y reacciones, qué pensamientos, qué ensoñaciones, qué palabras, etc., crean resultados negativos—ya sea física, emocional, financiera, mental, creativa o inconscientemente—en ti y en otros; y observa las acciones que producen resultados positivos. Con dirección consciente, control y disciplina conscientes, lleva tu expresión más y más hacia aquello que crea resultados positivos en ti: mejor salud (física, mental y emocional), mayor riqueza, más felicidad. Ese es el camino hacia la libertad.
A medida que creas efectos positivos irás disolviendo vínculos kármicos pasados, y no estarás creando deudas kármicas nuevas. Te irás acercando a la libertad. Esta es la razón por la cual soy tan cuidadoso con cada persona que conozco. Repito una y otra vez que solamente soy responsable por lo que yo digo y hago. Si alguien trata de involucrarme en su ilusión me oirán decir: “No formo parte de eso, no estoy involucrado”. No permito que nadie me involucre en nada. Tienes el mismo derecho.
Tienes la misma libertad. Si alguien trata de hacerte participar en algo que te pone incómodo, nada más niégate. Di: “No me siento cómodo haciendo esto. No voy a participar. Si tú quieres hacerlo, adelante; pero yo no lo haré”. Y sigues tu camino. Eres responsable por lo que creas. Es bueno tener cuidado.
6
CONO C I E N D O tus RESPONSABILIDADES
Darma es dar servicio sin egoísmo. Tu darma para contigo y para con los demás es muy, muy importante. El darma podría considerarse, de muchas maneras, como el aspecto positivo del karma, porque al cumplir tu darma estás también cumpliendo tu karma.
Antes que nada, tenemos un deber con la gente más joven que nosotros; tenemos el deber de prepararles un lugar en este mundo físico. Sean o no familiares tuyos, la responsabilidad es la misma. El Espíritu reside en todos, y tenemos un deber con ese Espíritu. Luego tenemos un deber para con nuestros amigos y conocidos, gente de nuestra edad; tenemos el deber de no juzgarlos. El juzgar produce karma, no darma. Nuestro darma para con nuestros contemporáneos es amarlos y apoyarlos, y trabajar con ellos en armonía.
También tenemos un deber y una responsabilidad con los que son mayores que nosotros; podemos respetar su sabiduría y su longevidad. La Biblia nos enseña que honremos a nuestro padre y nuestra madre para que nuestros días en este plano sean más. Se refiere en realidad a toda la gente mayor que nosotros, no solamente a nuestro padre y nuestra madre de sangre. Los respetamos por su experiencia. Tal vez no tengan toda la sabiduría del mundo, pero tienen una experiencia que es válida. Puedes acceder ese nivel de experiencia en ellos y traerla al presente, puede transformarse en tu propia experiencia. Puedes tener la experiencia a través de ellos. Es lo mismo que si tú lo hubieras hecho. Hay muy poca diferencia, porque la experiencia es la misma dentro de ti. Tiene un valor enorme, si logras usarla.
Tienes un deber para con la sociedad en que vives. Cuando cuidas a los niños, te cuidas a ti mismo, a tus amigos y a tus mayores, estás automáticamente haciéndote cargo de tu deber para con la sociedad: ya está sucendiendo. Y así
también cumples tu deber con tu nación y tu hemisferio, vayas donde vayas, cuando cumples tu darma. Y cuando completas todos esos deberes, te has ocupado de tu deber con Dios. Hay gente que cree que su deber con Dios es ir a la iglesia los domingos y no hacen nada el resto de la semana. Eso puede ser hipocresía. Darma es una manifestación vital, presente, algo que respiras diariamente. Es una forma de vida.
Tienes un deber para con quien te da empleo. Ha invertido parte de sí mismo en ti, te ha confiado un trabajo para que lo hagas en su lugar. Tu darma es mantener sagrada esa confianza y hacer todo lo que puedas para completar el trabajo correctamente. Tu darma para con tus amigos también es mantener sagrada su confianza y su amor por ti, y amarlos y apoyarlos, no calumniarlos o engañarlos. Tu deber contigo mismo es mantenerte libre y fluir con la vida,
aceptar lo que aparece en tu camino, trabajarlo, aprender de ello y progresar siempre, elevarte continuamente.
A medida que aprendes a aceptar responsabilidad por las cosas pequeñas y a llevarlas a cabo, se te ofrecerán responsabilidades mayores.
Es un proceso similar a lo que sucede en tu trabajo. Cuando le demuestras a tu jefe que mereces su confianza, que puedes llevar a cabo el trabajo que te da, te ofrece un trabajo mejor, con mayor responsabilidad, en una posición de mayor confianza. Y cuando demuestras que puedes manejar ese nuevo trabajo, te da otra promoción. La vida es así. A medida que demuestras tu habilidad de manejar responsabilidades, se te ofrecen mayores responsabilidades y oportunidades.
Aquellos que se van a liberar de su karma en esta vida, los que van a cumplir con sus deudas kármicas y van a dejar atrás los planos bajos de negatividad, deben sin duda demostrar que están preparados para manejar sus
responsabilidades, sus deberes, su darma. Es un trabajo de veinticuatro horas al día, siete días a la semana, sin vacaciones, pero las recompensas hacen que valga la pena. El trabajo requiere el compromiso total con la honestidad,
la verdad, el deber y el amor, la demostración continua de esas cualidades, y la vigilancia eterna para que nada se te pase por alto. No es fácil, por lo menos al principio. Pero a medida que pasa el tiempo, cuando comienzan a llegarte las
recompensas, no lo cambiarás por nada. A medida que creas amor, armonía, felicidad, alegría y paz, esas cualidades se te regresarán. Y el mundo se te hará un lugar más fácil y más feliz para vivir.
Cuando das, recibes, en este plano y en otros planos. No te preocupes demasiado por este plano. Tiene muchas ilusiones; las cosas aquí no son permanentes. Se rompen, se estropean, cambian. Pon tu atención y tus valores en los
planos espirituales. Las cosas de este mundo vienen y van.
Las posesiones se deterioran y se destrozan. Los cuerpos envejecen y engordan, o envejecen y adelgazan. El pelo se cae. Las máquinas dejan de funcionar. La Biblia nos dice que busquemos primero el reino del cielo, y que todo lo
demás nos será dado por añadidura. Esto es real y cierto. La persona verdaderamente religiosa y espiritual, que cumple su darma con responsabilidad, que sigue las leyes espirituales de aceptación, comprensión, empatía, perseverancia,
amor, alegría, creatividad y manifestación, obtendrá buenos resultados en este plano físico, y al mismo tiempo logrará la libertad espiritual. Cuanto más damos, más recibimos. Las dos cosas van juntas.
Elige con sabiduría qué dirección vas a seguir porque tal vez te encuentres atado a tu elección, especialmente si tu elección es una actitud destructiva. Si eliges una actitud positiva todo será hermoso; no te importará estar atado a ella todo el día porque vas a recibir sus beneficios, el sentimiento de felicidad, la alegría. Con la alegría viene la responsabilidad y el conocimiento. El conocimiento siempre proviene de la belleza. Cuando ves algo hermoso una parte tuya se siente atraída, y esa parte dice: “Ah, ¡qué hermoso es!”. Quieres saber más sobre ello. Aprender más de eso es conocimiento; y el conocimiento se transforma en conciencia. Así que tu conocimiento siempre se basan en tu percepción de algo hermoso. Lo que a alguien le parece hermoso, por supuesto, a otro puede no parecérle, porque la belleza está en los ojos de quien mira. Cuando percibes una esencia de belleza, y luego persigues el conocimiento, encontrarás que adentro hay amor; y ese amor es la esencia divina que es Dios.
Así que, finalmente, la búsqueda de la belleza, el conocimiento y la conciencia te lleva de regreso a la gracia de Dios.
No hay forma de no lograrlo. La gente que hace enormes esfuerzos en esta vida está haciendo una tontería. No es un esfuerzo; es un juego. Si estás castigando a quienes amas porque dentro de ti hay un nivel de disturbio, te has corrompido y has corrompido el amor de quienes te aman. Pero si dentro de ti hay solamente amor, no importa que expreses hacia afuera: “¡Basta! ¡No me fastidien más!”, porque ese es un papel que haces para lograr un resultado que deseas. Dentro de ti no eres ese papel; eres otra cosa. Esa otra cosa es lo que llamamos el espíritu, el amor, la belleza, la perfección de la conciencia del alma de cada persona.
Todas se despertarán, cada uno, al conocimiento de que son de naturaleza divina; que el alma que tienen dentro es una extensión directa de Dios; y que es su herencia elevar sus conciencias desde los mundos inferiores de la negatividad hacia los mundos celestiales del Espíritu.
Esa es la promesa espiritual que está preordinada en el camino de toda alma.
Acerca del Autor
Maestro y conferencista de estatura internacional, con millones de libros impresos, John-Roger ha sido una inspiración en la vida de muchas personas en todo el mundo.
Por más de tres décadas, su sabiduría, humor, sentido común y amor han ayudado a las personas a descubrir el Espíritu dentro de sí mismas al igual que salud, paz y prosperidad.
Con dos libros en co-autoría en la lista de “bestsellers” del New York Times y más de tres docenas de libros de autoayuda y de cintas de audio, John-Roger ofrece percepciones extraordinarias en una amplia variedad de tópicos.
Es fundador de la iglesia sin denominación, ecuménica del Movimiento del Sendero Interno del Alma (MSIA) que se enfoca en la Trascendencia del Alma; es canciller de la Universidad de Santa Monica; presidente de Peace Theological Seminary and College of Philosophy y fundador del Institute for Individual and World Peace al igual de de la Fundación Heartfelt.
John-Roger ha dado más de 5,000 conferencias y seminarios en todo el mundo, muchos de los cuales se televisan a nivel nacional en su programa de cablevisión “That Which Is” (Lo que es), mediante el “Network of
Wisdom”. Ha sido invitado estelar en “ Larry King Live”, “Politically Incorrect”, “The Roseanne Show” y aparece regularmente en la radio y la televisión.
John-Roger sigue transformando vidas al educar a las personas en la sabiduría del corazón espiritual.
OTROS LIBROS DE John-Roger
Abundancia y Conciencia Superior
Amando cada Día
Baraka
Despertar dentro de la Luz
Dios es tu Socio
El Camino de Salida
El Gerrero Espiritual
El Sendero a la Maestría
El Sexo, el Espíritu y Tú
La Conciencia del Alma
La Dinámica del Ser Básico
La Fuente de tu Poder
La Promesa Espiritual
Manual para el uso de la Luz
Mundos Interiores de la Meditación
Pasaje al Espíritu
Perdonar: La Llave del Reino
Proyecciones, Posesiones y Entidades
Relaciones – El Arte de Hacer Funcionar la Vida
Viajes en los Sueños
LIBROS EN COAUTORIA
Un Pensamiento Positivo: el Lujo que Puedes Darte