Perdonar es una de las maneras más rápidas y efectivas de liberar molestias, tensiones y juicios. Todo lo que tienes que hacer es perdonarte a ti mismo por todos los juicios que has hecho.

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    Paso 1

    Perdonarte a ti mismo por lo general libera la carga negativa que tienes en relación contigo mismo o la situación. Para comenzar el proceso, puedes decir simplemente: Me perdono por juzgar…”, y luego agrega alguna referencia a la persona o situación en cuestión. Cuando hagas esto, a menudo descubrirás que casi milagrosamente algo dentro de ti aflojó y sientes como si te hubieras liberado de un peso.

    Las frases de perdón pueden ser generales: “Me perdono por juzgar a mi madre”. Sin embargo, si no experimentas la liberación del juicio, puede que ayude ser más específico: “Me perdono por juzgar a mi madre por no haberme comprado los zapatos que yo quería”.

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    Paso 2

    Tal vez hayas lastimado a alguien, herido sus sentimientos, por ejemplo, pero la persona no está cerca como para pedirle disculpas directamente. En ese caso, podrías decir: «Me perdono por juzgarme por cualquier cosa que pueda haberle hecho a _______________________ (colocar el nombre de la persona) cuando _______________________ (colocar una palabra o frase que describa la situación)».

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    Paso 3

    ¿Cómo puedes saber si te liberaste del juicio? Espontáneamente, puedes soltar un suspiro o inspirar profundamente. Podrías sentir una oleada de energía o de calor en tu cuerpo, o una sensación de alivio. Cada vez que haces un juicio contra otra persona, éste se almacena en tu cuerpo. Perdonarte a ti mismo libera a la otra persona de tu campo de energía.

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    Paso 4

    A lo largo del día, haz recesos de perdón. Tómate diez segundos para sentarte en silencio y perdónate por juzgarte a ti mismo o a otros.

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