En el Movimiento del Sendero Interno del Alma, tenemos un lineamiento: siempre dejar las cosas mejor de como las encontramos. Una forma de hacer eso, es plantar columnas de Luz donde sea que vamos.

Plantar columnas de Luz es una forma de integrar una toma de conciencia específica del Espíritu en tu rutina y tu vida diaria. Cuando haces esto, estás usando tu energía espiritual en una acción positiva, que puede traer resultados positivos a este nivel. John-Roger, DCE.

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    Plantar una Columna de Luz

    Para el mayor bien, visualiza o ten la intención de que haya un embudo o una columna de Luz, llegando desde el punto más elevado que puedas imaginar, que te atraviesa y sigue hasta el mismo centro de la tierra. Es todo lo que tienes que hacer.

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    La Duración

    La columna de Luz que plantas puede durar durante dos días, treinta minutos o quince años. Su duración no importa y ni siquiera tienes que preocuparte por eso, porque realmente, es el Espiritu quien lo hace.

    Tal vez, una columna de Luz se sostenga durante dos horas, que podría ser el tiempo exacto que hacía falta en ese área.

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    Una Toma de Conciencia Específica del Espíritu

    Plantar columnas de Luz es una forma de integrar a tu vida diaria y tus rutinas una toma de conciencia específica del Espíritu. Cuando haces esto, estás usando tu energía espiritual en una acción positiva que puede traer resultados positivos al nivel físico. Cuando más y más personas están dispuestas a decir: “Soy un portador de la Luz. Llevaré la Luz adonde quiera que vaya”, sucede algo maravilloso. En tu calidad de ser espiritual, tienes la habilidad de invocar y traer la Luz de Dios a cualquier situación del medio ambiente y de transmutar la negatividad en un beneficio positivo.

    He aquí un ejemplo: para ayudar a estabilizar la tierra, puedes pedir que haya una columna de Luz en el centro de la tierra, que radíe hacia el polo norte y el polo sur. Esto puede asistir en las áreas proclives a los terremotos.

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    Visualizar la Columna de Luz

    Las columnas de Luz pueden ser grandes como un vaso de agua, delgadas como un lapiz o grandes como una casa, inmensas como toda una ciudad o como el Monumento a Washington. ¿Has notado alguna vez el sol, brillando a través de una ventana y como puedes ver las partículas flotando en el aire? A menudo, una columna de Luz puede verse de esa manera.

    Tal vez, cuando veas esa clase de energía o fuerza de la Luz, pienses que tu vision se ha trastornado algo, pero puede ser que estés sintonizándote a frecuencias más elevadas y que veas un poquito más allá del plano físico. Esas son buenas noticias. Claro que tal vez no veas las columnas de Luz y por cierto, eso no es necesario. Que no las veas, no disminuye en lo mínimo tu habilidad de crearlas. Probablemente nunca llegues a saber directamente el beneficio que trae ese trabajo, las maneras en que toca a la gente o los cambios positivos que produce. Es un trabajo silencioso, un ministerio silencioso y a la vez, muy poderoso.

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