“Dar el diezmo es poner a Dios en primer lugar en tu vida.
Pon a Dios primero en tu vida, y puedes contar con que Dios hace su parte”.
— John-Roger, DSS

 

Diezmar es una ley espiritual dada por Dios a la humanidad para ayudar a la gente a encontrar abundancia, plenitud y gratitud en sus vidas cotidianas. La ley del diezmo es dar el 10 porciento de todos tus ingresos a Dios. Estando Dios representado en el nivel físico por la fuente de tus enseñanzas espirituales, frecuentemente es la iglesia, mezquita, sinagoga o maestro espiritual que tengas. Cuando una persona diezma, el universo que trabaja bajo la ley espiritual del diezmo dice: “Si tienes todo esto para dar entonces estas abierto para recibir más”.

Cuando la humanidad cumple con su parte del convenio con Dios dando su 10 porciento, entonces Dios cumple con su parte bendiciéndonos continuamente. Asi que, tal vez quieras cerciorarte por ti mismo y con una actitud gozosa decir: “Señor, estoy abierto a recibir cualquier cosa que sea con lo que me quieras bendecir.” Y descubrir por ti mismo las bendiciones de cumplir con el convenio con Dios.

“Trae todo tu diezmo a mi bodega para que haya comida en mi casa. Pruébame en esto”, dice el Señor Todopoderoso “ y observa si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ti tantas bendiciones que no tendrás suficiente espacio para ellas”.  (Malachi 3:10 NIV)

Uno de los errores fundamentales que tenemos como seres humanos es la avaricia. Está se manifiesta primordialmente en dinero o el valor del dinero. La avaricia por su naturaleza ataca al dinero y a la riqueza dentro de uno mismo, porque parece que nunca hay suficiente aquí en el mundo. Nuestros ojos siempre tienen “hambre”.

Podemos ayudar a romper el patrón de la avaricia dando el diezmo. Dando el 10 porciento de nuestra abundancia personal. Cuando damos el diezmo se activan dos niveles. Un nivel aquí en este mundo y al mismo tiempo un nivel místico invisible. El nivel místico es una comunicación que dice: “Eres abundante y manejas bien la abundancia, así que aquí tienes mas”. El otro nivel el de este mundo es cuando vemos nuestra abundancia y damos con gozo el diezmo y estamos realmente alegres de contribuir. Con esta acción se instala un respaldo en el ser humano que es una forma de gloria y esa gloria atrae más abundancia.

Cuando una persona se libera de la materialidad es como una infección que se va hacia el lado contrario. En lugar de que la avaricia afecte a gente honesta, la gente honesta empieza a afectar a la avaricia. Lo sueltas y se lo entregas a Dios gozosa e incondicionalmente.

Es sencillo dar el diezmo, solo das el 10 porciento de tus ingresos a la fuente de tus enseñanzas espirituales. Se hace por la alegría de dar. Cuando das de esta manera la abundancia te empieza a llegar de muchas maneras.

Diezmar es en realidad una ley espiritual: dar de regreso a la fuente de tus enseñanzas espirituales. Cuando te comprometes a hacerlo, algo dentro de ti empieza a funcionar diferente desde ese día en adelante. Las condiciones del mundo físico pueden o no cambiar inmediatamente pero dentro de ti hace maravillas.