TOUR A ISRAEL     Julio 16 – Julio 31 

DIA # 12

¿Es posible que haya una sala de psiquiatría en el cielo? Dada la naturaleza humana, creo que es bastante probable. Hace unos años visitamos la región alpina de Italia y Suiza en un viaje llamado “El cielo en la tierra”. Esta vez estamos en Jerusalén, el manicomio del cielo. Pero aquí es donde entró a trabajar el mejor psicólogo del mundo, probablemente atraído por el desafío, así que como estudiosos de la psique o del alma, y seguidores del logos o de la palabra, aquí estamos.

Experimento un tipo intenso de propulsión interna aquí que puede usarse para viajar a los reinos internos o para ir a lugares en la conciencia que ningún ser humano en su sano juicio querría experimentar. Nuestra primera parada es ese bastión del caos que la gente visita para golpearse la cabeza contra las rocas: el muro occidental o «o muro de los lamentos». Está protegido por personas con ametralladoras para que las personas no roben las rocas o lastimen a otras personas para obtener acceso exclusivo a ellas.

Tienes que empujar a través de multitudes de personas, algunas de ellas vestidas con abrigos negros a 90 grados de temperatura, otras meciéndose y murmurando para sí mismas, para llegar a las rocas. Sin embargo, la gente aquí debe estar involucrada en algo de valor interno, porque hacen excelentes fotos: absortas, intensas, enfocadas en el interior y lo permanente en lugar de objetos brillantes im-permanentes (al menos las rocas son tan poco atractivas que no hay oportunidad para la tentación o distracción). Como suele decir J-R, si vas a hacer algo, hazlo al 100%. Me pierdo tanto tomando fotos que casi pierdo a nuestro grupo y tengo que correr para alcanzarlos cuando se van.

Como dijo Voltaire, “todo el mundo prefiere el olor de su propio estiércol”, y no puedo decir que el disfrute que obtengo del punto de vista del observador impersonal que se requiere para tomar las fotos sea una burbuja de locura menos trastornada que las burbujas que esta gente que está adentro. Aunque el hecho de que mi ropa se adapte al clima debe contar para algo. De hecho, dada mi herencia judía, creo que es exactamente el mismo tipo de desapego embelesado, solo que he aplicado un poco más de suavidad y estilo.

El resto de la mañana es dedido a una mayor exploración de la pila de rocas: paredes, piedras y ruinas. ¿Por qué estoy haciendo esto, y lo hago gratis, excepto por el intercambio de alojamiento y comida y un boleto de autobús; una forma de tortura análoga a la que se infligió a los mártires del tiempo de Jesús, o a la que estas personas se infligen a sí mismas? Hay una buena razón: porque la burbuja del Viajero, magnificada por la burbuja de lo que ha ocurrido aquí, es la burbuja más dulce, más indolora, más dichosa y libre de karma que he encontrado; y por la oportunidad de tener a cada paso de mi proceso, mi creatividad guiada por maestros de la Luz en lugar de mi propia torpeza; y porque servir al límite de mis capacidades y más allá, me da vislumbres de la Luz que trasciende mis limitaciones; y porque consigo experimentar el alivio de mi propia locura. Todo eso es un trato que no puedo dejar pasar.

(Sin embargo, pasé a la clase ejecutiva por mi propia cuenta, ya que creo que el puente entre la Luz y la Oscuridad que tuvo lugar en esta parte del mundo ha permitido una rara elección de nivel: de abundancia, de alegría en lugar de retribución, de libertad de elegir el placer sobre el dolor y, lo más importante, la oportunidad de obtener ganancias espirituales. Otra oferta que no puedo rechazar.)

Visitamos muchos supuestos—Jesús supuestamente fue torturado aquí en las mazmorras debajo de la casa de Caifás, Jesús supuestamente estuvo en el Aposento Alto y/o la Última Cena aquí, supuestamente el rey David fue enterrado aquí. No puedo decir si es la presencia de Jesús, o la presencia de Viajeros Místicos de otros tiempos, o la devoción de siglos de turistas, o las columnas de Luz plantadas por nuestros viajes anteriores, o los seminarios improvisados de John Morton, o el foco de Luz de nuestro grupo en el momento presente, o mi propia sintonía interna, pero entra mucha energía hermosa. ¿Y por qué me importa cuál es su origen? Después de todo, todos son lo mismo.

Si tan solo pudiera dejar de tomar fotos y disfrutar de la energía por un tiempo. Tal vez el trabajo de los maestros no esté terminado, o mi propio trabajo no esté completo, o tal vez me niego a soltar mi propio montón de rocas… y tal vez todo sea la misma cosa.

 

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