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Nuevo Amanecer

El Don de Dar

“En este tiempo de renovación de la Conciencia Crística y de nuestra conciencia de ella, ve hacia tu interior y apréciate a ti mismo y a los dones que has recibido y los dones que tienes para compartir. Sé agradecido por quién eres”. – John-Roger

Este artículo de John-Roger se publicó por primera vez en la edición navideña de Rod & Staff de diciembre de 1984.

¿Cuál es el regalo más hermoso que puedes dar? El regalo de ti mismo.

Con mucha frecuencia nos obsesionamos con intentar encontrar el regalo o la tarjeta de felicitación perfectos o encontrar las palabras adecuadas para decirle a alguien. Y aunque es lindo expresar nuestro amor de estas maneras, el regalo más simple y preciado que puedes dar reside en tu interior.

Para muchos de nosotros, eso es algo difícil de aceptar. Tendemos a mirar fuera de nosotros mismos y a entrar en el juego de las “comparaciones”. Todos los demás parecen tener más talento, dinero, felicidad, más de todo lo que creemos que queremos. Y, sin embargo, la realidad es que todo lo que alguna vez quisiste o soñaste ser o tener, está completamente intacto dentro de ti.

Incluso cuando empezamos a sentir curiosidad por el lado espiritual de nuestra naturaleza, seguimos pensando que está “ahí afuera”. Empezamos la búsqueda de lo que parece faltarnos. En MSIA, te animamos a mirar hacia dentro. El viaje interior te revelará los dones y te dará más de lo que creías posible.

Por desgracia, o por suerte, según sea el caso, podemos ser ciegos a nuestros propios dones. ¿Alguna vez has conocido a alguien que se reprende a sí mismo por una cualidad que tú admiras? Tal vez esa persona diga: “Me considero testarudo”, y tú la consideras persistente. O tal vez te juzgues a ti mismo por ser indeciso, cuando en realidad eres muy flexible y cooperador. Al mirar hacia dentro, te familiarizas con tu verdadera naturaleza y adquieres las habilidades y la confianza para utilizar esos dones inherentes.

A veces, la gente mira por primera vez hacia dentro y no le gusta lo que ve. Por eso, deja de mirar o culpa a otra persona de sus insuficiencias imaginarias. Es importante seguir adelante, seguir mirando más allá de esas primeras imágenes que se nos presentan. Nosotros hemos colocado esas imágenes allí y pueden ser falsas.

Muchas veces escucho a la gente decir: “Traté de hacer ejercicios espirituales, pero no funcionó”. Les pregunto: “¿Durante cuánto tiempo lo intentaste?” “Durante un par de días”. Luego pregunto: “¿Qué pasó?”. Es posible que respondan: “Me quedé dormido” o “No podía quedarme quieto. Los ejercicios espirituales simplemente no funcionan para mí”.

El proceso de desarrollo espiritual es un compromiso de por vida, y es tan natural como inspirar y espirar. El compromiso no es un confinamiento; es la puerta a la libertad. Si te rindes demasiado pronto, puedes perderte una visión o un descubrimiento profundo. Lo mismo ocurre con los ejercicios espirituales: cada día puede revelarte algo nuevo. Es muy importante perseverar más allá de todas las racionalizaciones, los miedos, las dudas, la inquietud, las preocupaciones, las molestias y los recelos. La perseverancia es una forma de cuidarnos a nosotros mismos y de dar el regalo del amor a quien más nos importa. Y cuando estás lleno de ese amor, los dones internos se desbordarán naturalmente hacia los demás sin ningún esfuerzo.

Cada día, en todos los sentidos, eres suficiente. Aunque tengas hábitos que te gustaría cambiar, rasgos físicos que no te gustan o una mente que divaga cuando quieres que se mantenga enfocada, lo que realmente eres brilla más que cualquier juicio que tengas sobre ti mismo. Ten la valentía de ser tú mismo.

Crea suficiente amor para aceptar cada parte de ti mismo. Y a medida que te des estos regalos, más recibirás.

Eres un regalo portátil listo para participar en cualquier momento. Puede ser regalando una sonrisa o siendo paciente. Mientras una persona tiene el don de la risa, otra persona nos bendice con el silencio y la paz que exudan. ¡Cada uno de nosotros es importante!

En este tiempo de renovación de la Conciencia Crística y de nuestra conciencia de ella, entra en tu interior y apréciate a ti mismo y a los dones que has recibido y los dones que tienes para compartir. Sé agradecido por quién eres.

Es realmente una bendición que tengamos tanto que compartir unos con otros.

Baruch Bashán

John Roger

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