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Nuevo Amanecer

Pascua y Resurrección

Estoy aquí para tener una experiencia con el Cristo. Desde mi punto de vista, no es solo una parte, sino el todo. Es parte integral de lo que todos hacemos aquí. Al ser una consciencia de Dios, nos llega de forma pura y clara. Cada uno de nosotros debe tener su propio descubrir, despertar, a lo que eso es” – John Morton

Este artículo apareció en el New Day Herald en 2010 y parece oportuno ahora que se acerca la Pascua de 2025.

Quienes, de alguna manera, estamos encargados de hablar del Movimiento del Sendero Interno del Alma, parecemos repetir una y otra vez que el reino, la presencia, nuestra divinidad, aquello en lo que nos enfocamos, está en nuestro interior. Este es el lugar de adoración. En lo que nos enfocamos y enseñamos es que debemos ir hacia nuestro interior. Debemos adentrarnos en el reino interior.

Entre el Viernes Santo y la resurrección, que es la Pascua, es el momento en que celebramos la existencia de una conciencia en el Cristo, de Cristo, que no está sujeta a este mundo. Los evangelios del Nuevo Testamento hablan del tiempo entre la muerte y la resurrección, entre el momento en que Jesús «no está aquí» y el momento en que «está aquí de nuevo». Jesús también se refirió a ello como la resurrección del templo. Esto forma parte del propio testamento de Jesús, previo a los acontecimientos. Dijo que el templo sería derribado y que, en tres días, sería reconstruido.

Hay otro aspecto de esto que sería la prueba. Para quienes presenciaron la muerte, parte de la reacción fue: «¿Este es el Rey de los judíos?». Dado que Jesús se autoproclamó de diversas maneras, hubo discusiones sobre si se estaba autoproclamándose el Mesías.

Jesús le preguntó a Pedro: «¿Quién dicen que soy yo?». Fue Pedro quien se refirió a Jesús como el Mesías. La respuesta de Jesús fue: «La carne y la sangre no te lo revelaron». En otras palabras: «Yo no te lo dije, alguien o algo más lo hizo». Así que no fue la propia proclamación de Jesús, sino la proclamación de quienes dieron testimonio de él. Lo que estaba diciendo era: «Tu conocimiento de eso, tu experiencia de eso, fue del Espíritu».

También hay un aspecto de qué y quién era el Mesías relacionado con la resurrección de los muertos, no solo como Lázaro en la tumba o el niño que murió. Si vas a la Puerta Este de Jerusalén, también conocida como la Puerta Dorada, verás un gran muro. La puerta ha sido rellenada. Si se fijan bien, pueden ver que hay un arco. Obviamente, en algún momento fue diseñada para ser una puerta. Podría decirse que tal vez fue diseñada para parecer una puerta, pero en realidad no lo es, o tal vez sea una puerta para quienes pueden atravesar cosas materiales. Pero quienes no tienen la capacidad de atravesar muros no los atraviesan, lo cual plantea un punto interesante. Quizás el Mesías sea de naturaleza espiritual o de alguna naturaleza que pueda penetrar las cosas materiales, para que no sean un obstáculo.

La Escritura dice: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» [Mateo 16:8]. ¿Qué significa eso? Cualesquiera que sean las puertas, muros u obstáculos que tenga el infierno, no podrán prevalecer contra lo que es. Consideremos simplemente que esta puerta no era realmente un problema para el Mesías. Esté o no tapiada, si el Mesías va a entrar por esa puerta, entrará, y punto. En aquel entonces, algunos predijeron que el resucitaría, aquellos que estaban atrapados en las ataduras terrenales, o tal vez en alguna forma de infierno o purgatorio. Mucha gente decidió que sería buena idea ser enterrado cerca de la puerta. Si vas allí, verás lápidas, básicamente un cementerio entero, justo al lado de la puerta.

Pensando en términos prácticos, podríamos preguntarnos si, cuando venga el Mesías, ¿irá a miles de kilómetros de distancia para resucitar a los muertos o comenzará a resucitar a gente cercana? Personalmente, me gustaría ser uno de los primeros en ser resucitado por el Mesías.

Es mucho más importante considerar quién es el Cristo o preguntar: «¿Quién es Jesús?». Mi punto de vista es que quien es, está vivo. Quien es, esta accesible. Estoy aquí para ser testigo directo de mi propia experiencia, para poder hablar con autenticidad y mantener la energía que es la conciencia de la verdad que compartimos. Esta verdad es algo que no depende de la interpretación de nadie ni de cómo la interpreto o la percibo yo.

Descubrí hace mucho tiempo que intentar expresarlo o dar evidencia concreta o empírica es inútil. Realmente no sé cómo hacerlo, y no pretendo poder hacerlo por ti. Estoy aquí para tener una experiencia con el Cristo.

En mi opinión, esto no es solo una parte, sino el todo. Es parte integral de lo que hacemos aquí. Al ser una conciencia de Dios, nos llega de forma pura y clara. Es para cada uno de nosotros el tener nuestro propio descubrir, despertar, a lo que es eso.

No pretendo tener la capacidad de prever, predecir ni profetizar. No considero que necesite tener esas habilidades. Mi intención es cooperar plenamente con la voluntad del Padre, sea cual sea su forma de actuar. También quiero hacerlo con confianza. Encuentro que, si quiero cooperar, necesito confiar. Ese es el primer paso. Me llama a profundizar y descubrir dónde me encuentro ciego y no entiendo.

Recuerdo una de las escrituras de Jesús: «El reino de los cielos está presente». ¿Qué decía El? ¿Significaba que esto era literal? ¿O quizás es invisible, pero palpable? ¿Has tenido alguna vez una experiencia así? Yo la he tenido. Se llama electricidad. Es invisible, pero la siento. Tú también. Hay muchas maneras en que tenemos esas experiencias de lo que no es aparente, de lo que es muy difícil de conceptualizar o expresar.

Consideren que entre la muerte y la resurrección se encontraba esta oportunidad de confiar y mantener la fe. Hay una parte de la historia donde Jesús le dijo a Pedro: «Antes de que el gallo cante tres veces, me negarás tres veces». A Pedro se le asocia a menudo con la fe. En realidad, Jesús estaba diciendo: «¿Dónde está tu fe? ¿Dónde está tu confianza, de modo que cuando te preguntaron si me conocías, si estabas con él, si eras uno de los suyos, dijiste que no?».

Pedro tenía una buena razón para negar. Las personas quienes lo interrogaban se parecían a las personas quienes arrestaron a Jesús. Si hubieras considerado que te arrestarían, encarcelarían, torturarían o matarían, tal vez no estarías tan dispuesto ni serías tan recto. Es fácil profesar: «Oh, yo nunca negaría. Mantendría la fe. Jesús y yo para siempre».

El mandamiento aquí es que nos amemos unos a otros. Eso es lo que se nos ha enseñado. Así sabrán si eres parte de Cristo. Así que quizás necesites dejar espacio para decir: «Lo negué, pero después llegué a la amorosidad. Me encantó lo que pasó».

En algún momento, cada uno de nosotros se encuentra solo. Confiando en alguien como maestro, intérprete o intercesor puede ser, en el mejor de los casos, una etapa de nuestro desarrollo. Es valioso recibir asistencia y apoyo en cómo llega esto a nosotros y como nos despertemos a nuestra naturaleza divina. Pero más importante es comprender que la consciencia de quién  y qué, es eso,  vive en nosotros como nosotros. Ha nacido. Esto ha nacido. Está vivo, camina y respira. Debemos responsabilizarnos de ello.

Es importante que nos demos la oportunidad de comprender y apreciar la majestuosidad y la naturaleza milagrosa de la obra de Dios. A pesar de nuestros mejores planes, los planes de Dios siempre serán los que rijan el día. Considero que eso está a nuestro favor. Dios nos dará lo que se necesite, sin importar nuestra opinión al respecto.

Permítanme dejarles esto. En la Escritura, Jesús comenzó a hablar de los discípulos que estaban cerca de él, diciendo que cuando tenía hambre, lo alimentaban. Cuando estaba en prisión, lo visitaban. Cuando estaba enfermo, lo cuidaban. Cuando estaba desnudo o sin ropa, le traían ropa. Entonces los discípulos tuvieron uno de esos momentos y pensaron: «¿De qué está hablando?». Le preguntaron: «Jesús, ¿cuándo estábamos haciendo esto?».

Jesús dijo: “Cuando lo hicieron con uno de ellos, mis hermanos, me lo hicieron a mí”.

Baruch Bashan

Bendición de Buena Voluntad

Señor, por tu Bienamado Jesús,
quien ha preparado nuestro camino a través de Cristo,
te pedimos comprensión,
que Tu presencia esté con nosotros de nuevo.
Te pedimos que te arraigues en nosotros como forma de ser y de expresarte.
Te respiramos.
Libéranos de nuestras dudas y nuestros miedos una vez más.
Permítenos acercarnos a Ti como tus hijos,
como quienes se reúnen contigo en nuestra inocencia,
que hemos sido purificados.
Nos hemos revestido en lo que es limpio, puro y hermoso.
Nos has preparado un lugar hermoso
donde festejamos y celebramos.
Nos reunimos como quienes se aman los unos a los otros como Tú nos has amado.
Ahora te recordamos de nuevo.
Por nuestra fe, ponemos nuestra confianza en Ti
y damos gracias
por todo lo que has hecho para prepararnos y marcar el tono.
Dejamos a un lado el clamor y la confusión del mundo
para ser quienes vienen en paz,
para tener buena voluntad hacia todos,
para tener generosidad de espíritu,
un lugar en nuestra mesa, una mano dispuesta.
Damos gracias por un lugar hermoso como este,
que nos reúne en Tu Bienamado Espíritu.
 

Baruch Bashan

 

PASCUA 2025 EVENTOS CON JOHN MORTON

John está participando este año, en tres eventos el fin de Semana de Pascua:

Seminario de Viernes Santo

Taller de Pascua: Ejercicios Espirituales en Linea

Taller de Pascua: Ejercicios Espirituales en Persona

Pascua, Seminario del Pacto de Resurreccion

Información acerca de alguno de estos eventos, sus pre-requisitos, y como registrarse, esta disponible en el calendario de https://www.msia.org/eventos/e/

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