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New Day Herald

Karma y Destino

¿Acaso pretendo desestimar el sufrimiento de la gente diciendo: «Bueno, es su karma»? Para nada. La gente necesita tu amor y compasión, tu cercanía y  cariño, y siempre es útil dejar de lado los juicios y decir: «Realmente no sé qué está pasando».
– John-Roger

Este artículo de John-Roger se publicó por primera vez en el New Day Herald en octubre de 2012.

Cada hoja que crece te dirá… Lo que siembras dará fruto. Así que, si tienes algo de sentido común, amigo mío, no plantes nada más que AMOR.
~Rumi

¿Qué es el Karma?

El karma es la ley de causa y efecto: lo que siembras, cosechas. En pocas palabras, lo que das, recibes. La ley del karma, más allá del contexto de una sola vida, es la base de la reencarnación. A menudo, los desequilibrios que has creado no se pueden compensar en una sola vida, por lo que la conciencia regresa a este nivel físico para saldar las deudas contraídas y equilibrar la acción. La ley del karma es un sistema justo y perfecto que garantiza que quienes evolucionan hacia la conciencia del alma, un estado positivo y liberado del ser, posean un conocimiento profundo y verdadero de todos los niveles de conciencia.

La gente suele usar la palabra karma para referirse a algo difícil o perturbador, pero también existe lo que se puede llamar «buen karma», donde una acción positiva conduce a un resultado positivo. Sin embargo, aquí me referiré al karma como un desequilibrio de una época, que aún necesita ser aclarado o equilibrado.

La Ley de Causa y Efecto

A menudo hay un lapso de tiempo relativamente largo entre la instigación de una acción y su resultado. Esta es una de las razones por las que a veces es difícil para las personas reconocer la relación entre la causa y el efecto. Por ejemplo, si robas un coche y sales a dar una vuelta a los dieciséis años, y veinte años después unos chicos te roban tu Cadillac nuevo y lo destrozan, puede que te cueste ver la conexión. Pero ahí está. Es simplemente tu acción que regresa a ti.

Esto también aplica de una existencia a otra, y tu alma probablemente haya tenido muchas existencias físicas y no físicas antes de esta. Sin embargo, puedes considerar con seguridad que casi todo lo que tienes en esta vida está conectado de alguna manera con tus experiencias en existencias pasadas. A veces, la conexión es grande y obvia; otras, es sutil. Pero en realidad no importa mucho si algo es «kármico» o no, porque aún necesitas gestionar la situación en esta vida.

Antes de encarnar, tienes libre albedrío y lo ejerces; después de encarnar, tienes libre elección. Antes de encarnar, eliges libremente las diversas circunstancias de vida con las que nacerás, como tus padres, país, raza, sexo y otros atributos físicos, así como muchos escenarios posibles. Después de encarnar, eliges y sigues eligiendo cuál de estas muchas posibilidades deseas seguir.

Mucha gente se ve como la suma del pasado, el resultado de todo lo que ha acumulado a lo largo del camino, incluso de existencias pasadas. Yo prefiero ver la vida desde otra perspectiva: la persona que soy hoy está perfectamente posicionada para mi futuro.

En mi opinión, es el futuro, no el pasado, lo que nos ha puesto a cada uno donde estamos en este momento, en este lugar, en esta posición de nuestras vidas, para que podamos alcanzar el potencial que nos espera. En esto reside una gran libertad, una gran responsabilidad personal y una gran oportunidad para aprender.

¿El Karma es “Bueno” o “Malo”?

La Tierra es un aula y todos aquí somos estudiantes. Las experiencias que se te presentan, los problemas que se te presentan, son tus lecciones. Así que cada persona que conoces es tu maestra. Si puedes tener esto presente en tus actividades diarias, podrás lograr cambios significativos y crecer rápidamente en tu consciencia. Los problemas son hermosos porque cada vez que los manejas o superas, tu sabiduría y conocimiento crecen. Cada vez que superas algo, creces. Los problemas te dan fuerza para seguir adelante, y tus situaciones kármicas son tus peldaños. Así que ama tu karma. Es tu oportunidad de aprender y adquirir sabiduría. Al amar incluso tus creaciones negativas, puedes transformar su energía y liberar karma.

Cuando empiezas a comprender el karma, puedes empezar a darte cuenta de que algunas acciones que parecen «malas» pueden ser acciones que cumplen con el karma y, por lo tanto, correctas y apropiadas dentro de ese marco. Por ejemplo, en una vida anterior, una madre abandona a su hijo y lo deja en manos de personas que realmente no lo cuidan. Debido a que la madre se negó a aceptar y asumir su responsabilidad, este creció sin amor, abusado, maltratado y viviendo una vida infeliz y amargada. Luego, en algún momento, el niño reencarna, crece y tiene un hijo propio, que resulta ser su madre de la vida anterior. Puede que no sienta amor por su bebé y lo abandone, dándole la oportunidad de vivir la misma experiencia y aprender lo que es ser abandonado y sin amor.

Las personas que observan esto podrían juzgar a esta madre por abandonar al niño, cuando en realidad está completando el karma y entregando a la otra consciencia la experiencia necesaria para liberarla del karma que creó en esa otra vida. Así que, a menos que puedas leer los registros kármicos y ver lo que hay en el corazón de cada persona, es mejor no juzgar ninguna acción que parezca inusual o cruel. Podría ser una acción que esté saldando una deuda kármica.

¿Acaso pretendo ignorar el sufrimiento de los demás diciendo: «Bueno, es su karma»? En absoluto. La gente necesita tu amor y compasión, tu cercanía y tu cariño, y siempre es útil dejar de lado los juicios y decir: «Realmente no sé qué está pasando». Cuando comprendas cómo funciona la ley del karma, podrás ser aún más tolerante, comprensivo y amoroso. Y cuando puedas aliviar el dolor ajeno, hazlo. Esto se aplica tanto a las personas directamente relacionadas con tu vida como a las que te rodean. A veces puede implicar simplemente ser amistoso y hablar con amabilidad, ofrecerte para llevar a alguien, escuchar con aceptación y ponerse en el lugar del otro. Por supuesto también puedes sentirte llamado a ayudar a otros más allá de tu círculo inmediato.

¿Cómo Puedo Estar en Armonía con el Karma?

Una cosa que siempre puedes hacer para ayudar es amarlo todo: la situación, las personas involucradas, tu propia angustia o malestar, todo el asunto. Digamos que estás molesto por la violencia en el mundo. Cuando estás en cualquier tipo de angustia por eso, estás en el karma. Cuando puedes expandirte más allá de eso (es decir, elevarte por encima de él), puedes atraer el amor. Esas no son solo palabras. En tu consciencia, en realidad te mueves por encima y te expandes más allá de eso. Te alejas de tus pensamientos sobre eso y tus emociones sobre eso y vas a la parte más grande de ti mismo (el Alma), donde solo hay amor para todo: la violencia, las personas que la perpetran, aquellos que están en el lado receptor de ella, tu angustia por ella, tus juicios de que incluso eso está permitido, todo. Solo a través de más amor se pueden sanar más cosas. Y si, en algún nivel, te sientes responsable por lo que está sucediendo en el mundo, puedes dejarlo ir.

Sentir el dolor del mundo no disminuye el dolor. Pero tú amorosidad en medio del dolor, sólo puede ayudar.

El Alma ve cada situación como una oportunidad para adquirir más experiencia y no juzga nada como bueno o malo. Cuando vemos las cosas desde un punto de vista ajeno al Alma, o cuando nos identificamos con algo ajeno a ella, podemos experimentar sufrimiento. Cuando nos identificamos con el Alma (que es quienes realmente somos) y vemos las cosas desde su perspectiva, y realmente conocemos su verdad, podemos experimentar la alegría del Espíritu en medio del sufrimiento en otro nivel, por ejemplo, la pena, el dolor físico, etc.

No tenemos que sufrir para llegar a Dios; sin embargo, nuestro sufrimiento puede tener un propósito, ya que puede incomodarnos tanto que digamos: «Debe haber algo diferente», y así recurrir a Dios. El ego y la personalidad son conciencias restringidas, y no pueden acceder a Dios, aunque Dios sí puede entrar en ellas. Cuando empezamos a renunciar a esas conciencias restringidas, sus exigencias y deseos, podemos sentir dolor y sufrimiento en esos niveles, pero es solo porque aún nos aferramos a la restricción y no nos adentramos en la libertad del Espíritu.

Es importante aprender a aceptar y trabajar con lo que sucede en tu vida, sin emitir juicios excesivos ni autorecriminaciones. Cuando aceptas, es fácil porque aceptar no es resistir; es dejar pasar las cosas y decir: «Gracias, Señor, por otro día maravilloso». Cuando puedes hacer esto, se vuelve mucho más fácil liberarse del karma. Así que no te juzgues ni te menosprecies. Simplemente vive la experiencia, sal de ella lo más rápido posible y sigue adelante. No mires atrás; no ayuda. No te cargues con culpa y remordimientos que quizás tengas que afrontar más tarde. Simplemente déjalo ir.

Aunque todos tenemos karma, podemos mantener nuestra casa en orden, ocupándonos de las cosas inmediatamente, cuando surgen. Esta vida es realmente muy fácil:

  • hacer y completar,
  • hacer y completar,
  • hacer y completar,
  • Hazlo y complétalo—no hay karma.
  • Decir que vas a hacer algo y luego no hacerlo: karma.
  • Empezar a hacer algo y luego no terminarlo: más karma.
  • Siéntete mal por todo eso: más karma.

Y cuando algo te perturbe de verdad, levántate al instante y libéralo. Si es con otra persona, acércate a ella y acláralo. Si es algo dentro de ti, trabaja contigo mismo para cambiarlo y equilibrarlo, para que te sientas feliz y cómodo contigo mismo. La clave para gestionar cualquier karma, sin importar el área o la persona, es ser amoroso y perdonador.

Si aprendes de cualquier perturbación, te liberarás de ella. Si no aprendes, la experiencia podría repetirse una y otra vez, dándote la oportunidad de despejarla y liberarte. Debes ser libre para acceder a los reinos espirituales y a la consciencia de Dios y probablemente sabrás si tu karma en una situación o con ciertas personas está completo, si hay neutralidad o claridad sobre la situación o la persona en tu interior.

Y ciertamente puedes liberarte del karma mediante la risa. Incluso en tu vida diaria, si puedes reír en lugar de ofenderte por lo que dicen o hacen los demás, ya eres libre en ese momento y la situación no puede apegarse a ti.

Abandonando el Pasado

Cuando conoces la ley del karma, también sabes que si alguien te hace algo que consideras injusto, puedes simplemente dejarlo ir. Sabes que, si es injusto, la otra persona será responsable por ello, a través del Espíritu. No tienes que hacer nada. No tienes que buscar venganza ni intentar desquitarte. Ni siquiera tienes que pensar en ello ni aferrarte a la experiencia en absoluto. Simplemente puedes aprender lo que puedas de ello, dejarlo ir y pasar a la siguiente experiencia.

Una actitud que te ayudará es darte cuenta de que las personas, incluyéndote a ti, hacen lo mejor que pueden en todo momento, considerando con qué trabajan y dónde se encuentran. Cuando alcanzas una consciencia superior, comprendes que todos somos un solo Espíritu en muchas manifestaciones diferentes. Así que, si atacas a alguien, te atacas a ti mismo, y esa acción regresa a ti. Si maldices a alguien, esa maldición regresa a ti; tal vez en esta vida, tal vez en una futura, pero regresa. Así que quizás quieras analizar con mucho cuidado las acciones, las palabras, los pensamientos y las emociones que emites para asegurarte de que sean lo que deseas que te devuelvan.

Somos responsables de nuestras acciones en todo momento y, al mismo tiempo, no hay necesidad de obsesionarse con las acciones del pasado. Despertar al Espíritu implica prestar atención a lo que haces en el momento, no juzgar tus acciones y hacer lo mejor que puedas en ese momento. Si recuerdas acciones negativas del pasado, puedes perdonarte por ellas y por cualquier juicio que te hayas hecho y luego tener cuidado de no caer en esas áreas donde sabes que podrías volver a meterte en problemas. Si no recuerdas el pasado, e incluso si lo haces, simplemente ámate en el presente y disponte a vivir la vida con la certeza de que lo correcto y apropiado ocurrirá.

Todo lo que una persona hace genera karma positivo y negativo, aunque rara vez por igual. Tu actitud es más importante que la acción; de hecho, probablemente más que cualquier otra cosa, la culpa que sientes después de hacer algo te traerá karma. Y en todo lo que hagas, sé amoroso y elige sabiamente. La acción perturbadora crea karma. La reacción perturbadora lo perpetúa. Cuando cambias la acción perturbadora por una acción amorosa y la reacción perturbadora por aceptación y comprensión, puedes experimentar amor, alegría, paz y plenitud. Estos atributos divinos ayudan a mantener la armonía de la creación de Dios. Podemos crear miseria, dolor, miedo, venganza u odio, o podemos crear felicidad, armonía, confianza, paz y alegría. Y cada uno de nosotros toma estas decisiones muchas veces al día.

Cuando estás lidiando con cualquier patrón o situación kármica, es mejor emplear tu tiempo y concentración en amar todo en tu vida actual y no en tratar de volver atrás y descubrir cualquier cosa en el pasado que pueda estar conectada con la situación kármica.

El Espíritu está presente en cada paso que das y en cada movimiento que realizas. Si te percatas de ello cada segundo, te beneficias mucho más de lo que harías si intentaras buscar causas, razones, etc. en el pasado. Y, por supuesto, si surge algún recuerdo, puedes perdonar lo que necesites, traer amor al recuerdo y a ti mismo y luego seguir adelante con tu vida, amando todo lo que hay en ella.

Gracia

La idea de tener un equilibrio perfecto entre todo es la idea de «ojo por ojo, diente por diente» (Éxodo 21:24). La acción de Cristo, a través de Jesús, transformó eso en Gracia. La clave de la Gracia es el perdón —perdón continuo— y continúa hasta el último aliento. Perdonar constantemente es estar en Gracia.

Estar bajo la Gracia sería algo así como: «No lo sabía, o lo habría hecho mejor. Ellos no lo sabían, o lo habrían hecho mejor. Y en eso, me perdono y los perdono. Me amo, los amo, y ahora seguimos adelante». La energía del Alma entonces se presenta y lo suspende. No solo se neutraliza. Se suspende mediante la Gracia y la actitud amorosa lo disuelve. Así que, puede que no tengas que equilibrar cada detalle con exactitud.

Dios mora en ti, como tú; solo necesitas despertar a esa presencia y una manera de hacerlo es escuchar en tu interior la guía amorosa de Dios. Pide que la voluntad de Dios se manifieste a través de ti y luego escucha su voz que habla en tu corazón espiritual. No tienes que preocuparte por ti mismo. Todas las cosas están siendo cuidadas. Tu verdadero ser te impulsa hacia tu destino divino y no tienes que mirar tus acciones pasadas.

Tu destino final, y el destino final de cada persona, es ser consciente en todos los niveles en todo momento y conocer tu propia divinidad, vivir y estar en la presencia del Dios vivo y saberlo.

Al hacer esto, también conoces la divinidad en todas las cosas y comprendes que todo es Uno. Entonces, lo que haces en tu vida depende de ti. Puedes hacer cualquier cosa y aun así cumplir tu destino de conocer a Dios.

Ejercicio

Cómo hacer lo siguiente que tienes frente a ti y luego vivir tu vida tan amorosamente como puedas:

  • Ora para ser guiado por Dios y ser consciente de esa guía.
  • Pide que la Luz (la energía positiva del Espíritu) se manifieste.
  • Mantén tus ojos abiertos para ver qué es lo que la Luz está iluminando para que le prestes atención de inmediato.
  • Lee esto en voz alta:

Tengo la oportunidad de cambiar el flujo kármico de mi vida gracias a mi capacidad de amar. Al amar al Dios en mí y en los demás, puedo avanzar hacia un mayor desarrollo. En lugar de analizar los factores de mi vida y decir: «Ese es mi karma, así que no puedo evitarlo», di: «Ese es mi karma y lo cumpliré para ser libre». No tengo que culpar al karma de las dificultades de mi vida. A través del amor, puedo completar mi karma.

Baruch Bashan

 

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