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Nuevo Amanecer

Como Encontré el MSIA

 

Nora Valenzuela, iniciada y ministro, llegó al MSIA en octubre de 1994. Nora cuenta su historia de cómo encontró al MSIA y cómo las enseñanzas le salvaron la vida.

Antes de encontrar al MSIA, estaba pasando yo por una depresión muy grande. Todos mis proyectos de vida habían fracasado y cada día me sentía más sola.

Un domingo me levanté esperanzada y dije: «Hoy voy a encontrar mi respuesta».

Pasé a una librería y encontré un libro de Marianne Williamson, llamado «Volver al Amor». Lo compré y me lo leí en un par de horas. Hablaba de que el amor era la respuesta a todo el sufrimiento humano. Lo más asombroso fue que en el libro venían sugerencias de organizaciones donde se ponía en práctica la propuesta de la autora, y entre las organizaciones figuraba el Insight.

Yo había escuchado de estos cursos y de cómo cambiaban la vida, así que no dude en tomarlo. Al final de mi primer Insight I, supe que había encontrado la respuesta que toda mi vida había buscado. El amor que sentí presente en mí y en todos los participantes fue inmenso y perdura hasta el día de hoy. Aún conservo una hermosa amistad con muchos de ellos.

Tome el Insight 1 y el 2 y cuando había finalizado el 3, alguien menciono que venía a Chile el creador de Insight, y yo dije: «Tengo que conocer a quien me salvó la vida». Así que dije en Insight que quería conocerlo. Era John-Roger que venía a Chile e iba a dar un seminario para personas en Disertaciones.

En Insight me dijeron que no podía asistir pues no estaba leyendo Disertaciones. Dije: «¿Qué son y dónde se compran?». Me dijeron dónde y partí inmediatamente a comprarlas. Abrí el paquete y comencé a leer la Disertación No. 1 en el bus de vuelta a casa.

Al día siguiente llegaba J-R a Chile y yo ya me consideraba activa en Disertaciones y por lo tanto podría participar en su seminario, pero no. Cuando quise inscribirme, me dijeron que tenía que haber ido a al menos un seminario en casa o haber leído por lo menos tres Disertaciones. Eso ya era imposible, pues no había seminarios en casa en ninguna parte esa noche y me habían advertido de leer solo una Disertacion por mes.

Pero como yo estaba decidida a conocer a “mi salvador”, al día siguiente me paré en la puerta del salón donde sería el seminario y vi venir a un señor sonriente rodeado de lo que me pareció varios guardaespaldas. Me acerqué a él y le dije que yo quería entrar y el señor dijo: «Esta bien. Que pase».

Y así fue como conocí a John-Roger. Luego, cuando se dispuso a contestar preguntas, yo levante la mano antes que nadie y me sacó adelante. Yo temblaba como una hoja. Le compartí mi temor más grande en la vida. Aquel que me daba pesadillas y por lo que había sufrido toda mi vida: mi temor a la muerte.

Si cuando empecé a compartir con él sentía un diez de miedo, cuando salí de allí, me quedaban solo dos. J-R se llevó la mayor parte de mi miedo en ese compartir. En algún punto del compartir me pregunto: «¿En qué Disertación vas?», le dije que en la No. 1. Todos se largaron a reír. Él protestó: «¿Cómo dejan entrar a gente tan nueva al seminario?». Todos rieron de nuevo pues había sido él mismo quien me había dejado entrar. Entonces me dijo: «Cuando estés leyendo la Disertación No. 8, vas a tener la experiencia de la Luz.

Yo sabía que había conocido a mi maestro y que finalmente había llegado a mi hogar. Seguí leyendo Disertaciones y al tiempo vino alguien del staff de U.S.A. a Chile y dio un seminario al cual asistí. Me sentí profundamente conectada con todo lo que el facilitador decía y al rato empecé a ver una Luz radiante en todo el salón. Yo sentía una claridad total respecto a todo. Cuando llegué a casa y tome mi Disertación del mes para leerla, era la No. 8. Ahí me acordé de las palabras de John-Roger.

Todo se había cumplido tal cual como él me lo había dicho. Amo a John-Roger con todo mi corazón y estoy enormemente agradecida de él. Mi vida cobro sentido en el momento en que entre al MSIA y conocí a J-R.


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