Cuando comencé a reunir a los voluntarios para este evento me emocionó comprobar el compromiso actual de los que servían antes de la Pandemia, cada miércoles en Prana. Moisés Oceguera fue el primero en aceptar y el primero en llegar al evento, ese día y se encargó de servirnos al estar en el portón de entrada dirigiendo a los que llegaban.

La reunión comenzó con María Elia Velásquez, invocándonos a la Luz, seguido de Nuestra Canción de Amor de J-R. Luego de esa maravillosa oración, hicimos Ejercicios Espirituales por unos 20 minutos, esto preparó la energía para lo que seguiría. La Paz presente era exquisita. Éramos 25 personas en total, y de éstas 5 venían a los Jardines por primera vez y expresaron su asombro por la belleza del lugar y el amor presente.

Después de dos años de vernos solo en una pantalla, costaba creerlo, pero Sí, era real, estábamos allí en los jardines de Prana. La alegría era indescriptible; volver a abrazarnos, mirarnos a los ojos y celebrarnos.

En el tiempo de compartir abierto los que se sentían llamados contaban sus experiencias. Y como parte de eso escuchamos dos bellos poemas escritos por antiguas participantes de MSIA, que agudizaron la devoción y el recogimiento presente.  Luego dedicamos tiempo para que cada uno escogiera entre caminar el Laberinto, ir al Jardín de Meditación, el cual tiene paisajes y espacios maravillosos de recogimiento o simplemente sentarse y disfrutar del momento. El tiempo se pasó volando y a pesar del calor agobiante todos nos quedamos hasta el final.

El entusiasmo y la amorosidad presentes eran palpables. Se vendieron dos juegos de Disertaciones del Primer Año y recolectamos $50 en donaciones. Además, se vendieron 10 libros promocionales de $1 c/u.

Mis agradecimientos a Claudia Olguín por ejercer como la persona encargada de que el grupo se mantuviera dentro de las regulaciones de los Jardines y el Laberinto de Conciencia de Paz; también nuestros agradecimientos a Nélida Chavez por hacerse cargo de la mesa de Productos y a quienes se sumaron a ayudar en el momento.

Damos especialmente las GRACIAS a nuestro querido Paul Kaye, a la Presidencia y a la Administración por permitir que este evento tuviera lugar.

Nos amamos los unos a los otros, nos contuvimos, apoyamos, nos divertimos y así damos testimonio de lo que nosotros entendemos  que Jesús el Cristo pidió a sus discípulos y tambien de lo que indican en las enseñanzas nuestros Viajeros, John Roger y John Morton.

Y lo mejor está aún por venir…