Piensa que puedes contribuir a esta vida de tal manera que el mundo sea mejor que cuando llegaste al cuerpo, hazlo específico para esta vida. Puedes decir: “Estoy muy bien con eso. Eso me inspira. Tengo interés en hacer algo para ayudar”. – John Morton
Este artículo proviene de un Seminario de Preguntas y Respuestas en la Recaudación de Fondos que tuvo lugar en Abril de 2024, con John.
Piensa que puedes contribuir a esta vida de tal manera que el mundo sea mejor que cuando llegaste al cuerpo, hazlo específico para esta vida. Puedes decir: “Estoy muy bien con eso. Eso me inspira. Tengo interés en hacer algo para ayudar”. Hazlo práctico.
Asegúrate de incluir tu encarnación. A eso lo llamamos cuidar a ti mismo. Me refiero a cuidarte verdaderamente para que Dios lo note. “Esta es mi hija o mi hijo en quien estoy muy complacido”. ¿De dónde salió esa voz?
Es como si mi hijo o hija hubiera recibido el bautismo y estuviera a punto de hacer lo que vino a hacer al mundo y marcará la mayor diferencia. Voy a establecer el récord mundial de ayuda. Es: “Venga tu reino y hágase tu voluntad”. “Hágase tu voluntad” es lo que sigue a “venga tu reino”. Está aquí, se ha entregado, y tú estás en él.
Si nos desmoronamos, nos tambaleamos en el suelo, giramos, somos golpeados o asesinados por el espíritu, ¿es eso realmente práctico? Puede ser incómodo porque hacer cualquier cosa en el mundo tiene una incomodidad. Es ese tipo de mundo. Si estás aquí, estás desequilibrado. ¿Cómo recuperamos el equilibrio? El Espíritu.
El espíritu que entra en el cuerpo de la conciencia del alma se aferra voluntariamente a la voluntad de Dios. Hay una perfección aquí. Está en las enseñanzas. No hay nadie que nazca o muera en el mundo sin que el espíritu lo clarifique. Es una acción clara. Se expresa en términos muy simples. Se trata de que nos amemos unos a otros.
Nos convertimos en la encarnación del Amor de Dios. Me gusta el sonido de eso. ¿Me pregunto si soy el primero en decir que nos convertimos en la encarnación del amor de Dios? No importa quién lo haya dicho primero si es la verdad. Estoy viviendo la verdad. Somos la encarnación del amor de Dios. Para eso estamos aquí.
En este mundo, es como si el poder negativo con toda su autoridad y habilidad gobernara el mundo. Sin embargo, Dios está en control. Dios creó el poder negativo. Todos hemos sido enviados como la encarnación del hijo/hija Bienamado (a) de Dios. Sin embargo, hacemos cosas que se oponen al amor de Dios y se nos permite tener esa experiencia. ¿Qué estamos haciendo? Si hacemos daño y abusamos, esto regresara a nosotros en la medida exacta de una ley perfecta de Dios.
Lo extraño es que no lo recordamos y no necesitamos recordarlo. No necesitas poder explicarlo, entenderlo o preguntar: “¿Por qué tengo estos sueños o deseos? Siento que estoy en una especie de conciencia loca”. En cierto modo lo estás, pero está saliendo. Si no es el amor de Dios, simplemente déjalo ir.
¿Es la verdad de Dios? Me refiero a la verdad de Dios, que sería la verdad para todos. No, “Estoy haciendo la verdad para mis elegidos, pero estoy decepcionado con esa gente de allá. Ellos no son elegidos. Son horribles y los voy a maldecir y castigar”. Ese no es el amor de Dios. El amor de Dios, en el nivel de quién eres realmente, tu corazón y tu alma, lo sabes. Lo sabes completamente.
Mira lo que hiciste cuando olvidaste tu amor por Dios. Dios se olvida de eso porque es “na-da”. Esta es la locura de la condicionalidad de estar en un mundo negativo. Se nos presenta como si fuera la verdad. Pero no permanece. Es solo una condición que se disuelve por completo. Cuando salimos de este mundo, se borra. Nunca fue una cosa. No hay registro de tu pecado porque nunca hubo un pecado en el Espíritu.
Parece que no tiene sentido, pero es la verdad del espíritu. Se mantiene clara. No entra en el campo de la imperfección. ¿Qué es? Un sueño o una pesadilla. Se va a disolver. Te vas a despertar. ¿Qué era todo eso en forma negativa? Es “na-da”. No tenemos un registro de ello en el espíritu. No cruza al otro lado. La negatividad se queda en el otro lado, en este mundo. Pero en el espíritu, no hay registro de ella. Está limpio.
La conciencia que llamamos Cristo puede ser como una toalla que se aplica y lo disuelve. Si pedimos: “Límpiame, Señor”, entonces se nos pregunta: “¿Quién eres tú?”.
Si respondes o te relacionas contigo mismo como algo menos que el Bienamado de Dios, estás equivocado. Es así de simple.
Eres la encarnación del Amor de Dios.
Baruch Bashan
La Bendición
Comenzamos recordándonos que, por nuestra naturaleza humana, somos un instrumento para el Alma y que todo lo necesario está en su lugar gracias a nuestra humanidad. Así, cada vez que recibimos otro aliento, estamos recibiendo la confirmación de que somos un lugar para que el Alma ilumine, un punto de anclaje para el Alma y el propósito de Dios.
Y esto también es cumplir el propósito del Viajero en este mundo, anclar la Luz y el amor que es el Cristo, la unción del Espíritu de Dios que viene con el Alma.
Esta chispa de lo Divino ilumina cada cuerpo y cada conciencia que camina en este mundo. Pedimos que esta bendición se vuelva más iluminada en cada respiración, para que seamos más conscientes de nuestro propósito divino, para que tengamos el ingenio para mover nuestra conciencia hacia la Luz superior, hacia el propósito superior que es el Alma y el amor que siempre mora en cada parte de la creación de Dios.
Pedimos que tengamos la gracia de hacer una pausa para encontrar el silencio que también es consuelo y el sustento que nos diría que esperemos y le demos a la gracia de Dios la oportunidad de iluminar ante nosotros como una visión de saber qué propósito divino está teniendo lugar, para que podamos comprender plenamente.
Lo que consideraríamos esperanza llega a nosotros como el amanecer de un nuevo día y un recordatorio de que la oscuridad no es permanente. Es simplemente una condición temporal. Nos damos cuenta de que todas las formas de negatividad que nos saludan o nos encuentran o que llevamos dentro son temporales.
Descubrimos que podemos tomar esta chispa de lo Divino e iluminar nuestra conciencia una vez más. Como Almas en este plano de existencia, podemos cumplir con nuestro deber de traer iluminación.
La iluminación es necesaria para nuestra realización como Almas individualizadas y forma parte de darnos cuenta del propósito para el cual vinimos a este mundo. Podemos volvernos más conscientes de este propósito del Alma y mantenerlo como una conciencia que es un faro en este mundo, que todo es recibido en amor, todo es aceptado.
Buscamos el bien mayor. Con este propósito, no nos volveremos contra nadie ni contra nada, porque todo es apreciado en la Luz de Dios.
Baruch Bashan
La Bendición se puede encontrar en las páginas 116-117 del libro de John, Tu eres las Bendiciones, disponible en msia.