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Nuevo Amanecer

Dejar ir (Soltar)

Cada vez que sueltes algo (dejar ir), probablemente descubrirás que has creado un espacio para que suceda algo más grande. Cuando dejes ir el resentimiento, tendrás más energía para apreciar. Y cuando dejes ir tu apego al resultado, tendrás más energía para disfrutar y participar en este momento. ~ John-Roger

Este artículo de John-Roger se publicó por primera vez en Rod & Staff, otoño de 1983.

Probablemente haya un momento en la vida de todos en el que nos hemos sentido cautivos, ya sea en un trabajo, una relación, una situación financiera, una creencia o un patrón de hábitos. Cuando observamos este proceso de cautiverio y vemos quién nos retiene y qué no nos deja ir, a menudo nos excusamos diciendo: “No puedo dejar mi trabajo porque si lo hago, ¿qué me va a pasar?” o “No puedo dejar a mi familia; podría hacerles daño”.

Este es el momento de plantearse algunas preguntas clave: “¿Qué me hace quedarme dónde estoy? ¿Y cuál es el precio que estoy dispuesto a pagar para salir de esta situación?”.

Según las circunstancias, cada uno de ustedes debe decidir por sí mismo el precio que está dispuesto a pagar. La decisión puede significar que perderás dinero, a tus amigos, una relación o que también puedes obtener muchas nuevas responsabilidades. Si vale la pena para ti, entonces hazlo. Puede que valga la pena deshacerse de algo que te ha estado atando física, mental, emocional o financieramente. Puede que sufras una gran pérdida, pero si vale la pena salir de ella, entonces esa es la pérdida que debes estar dispuesto a aceptar. Cuando pueda hacerlo con una sonrisa, se irá diciendo: “¡Libre!”.

Es muy importante tener la voluntad de seguir adelante donde nadie se atreve a ir. ¿Tienes que dejar de lado a la familia? No. ¿Tienes que estar dispuesto a dejarlos de lado? Sí. ¿Tienes que estar dispuesto también a llevar a la familia si quieren ir contigo? Absolutamente. Esta actitud es muy importante en el proceso de “dejar ir”. Ahí es cuando experimentarás el éxito en tu vida.

Todas las cosas que te mantienen en cautiverio hoy son las mismas que te mantendrán en cautiverio mañana. Tienes que lidiar con ellas AHORA. Puede que te duelan hoy cuando las enfrentes y ese puede ser el precio que tengas que pagar: sufrir o tener sentimientos heridos. Y puede ser precisamente lo que te traiga la alegría por la que has estado orando en tu vida.

Cada vez que lo sueltes, y dejes ir, probablemente descubrirás que has creado un espacio para que suceda algo más grande. Cuando dejes ir el resentimiento, tendrás más energía para apreciar. Y cuando dejes ir tu apego al resultado, tendrás más energía para disfrutar y participar en este momento.

Para poder ver el rostro de Dios, debes ser capaz de ver el rostro del sufrimiento, la desesperación y la angustia de este mundo. Entonces podrás avanzar, no hacia ellos, sino a través de ellos y luego liberarte de ellos.

Baruch Bashan.

 

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