“Cuanto más te sientes y entres en tu interior, más será lo que sea que es eso que sabe cómo respirarnos, dormirnos, despertarnos, digerir la comida, curarnos y hacer surgir el amor, estará allí cada vez más como un realidad presente, cotidiana y continua”. ~ John-Roger
El siguiente artículo está tomado de un seminario que John-Roger impartió en 1992 llamado “Desde el Silencio”. También se puede encontrar como extracto en vídeo en la compilación Amor Viviente – La Puerta de la Consciencia del Alma.
Observa los patrones que tienes en tu mente, porque obtendrás más de ellos. Si quieres enojo, mantén un patrón de enojo y muy pronto el enojo comenzará a apoderarse de ti. Empiezas a tener patrones de amor; muy pronto el patrón del amor comienza a sostenerte.
Pero antes de que pueda sostenerte, probablemente tendrás que pasar por la desesperación, por tu frustración, por tus sentimientos de humillación y, ciertamente, por el sentimiento de vergüenza que tenemos por algo. Lo sé, todos debemos haber hecho algo malo, que está mal, por el cual deberíamos sentir vergüenza. Bueno, mira, simplemente no puedo aceptar eso, porque ninguno de nosotros se nos entregó un libro guía que dijera «así es como diriges tu vida». ¿Alguien consiguió eso cuando llegó al planeta? ¿Venías con alguna garantía donde pudiéramos devolverte?, o… Bueno, la única que sé que probablemente sea la mejor es la Biblia Y le digo a la gente: «Léela, pero no te vuelvas loco por ella».
Y también hay otro buen libro. Se llama Kabala. Y podría revisar todo tipo de lugares religiosos diferentes y decir: «Aquí hay algunos Libros guías bastante buenos». Pero es posible que descubras que lo tuyo no está ahí. Y entonces, lo que tienes que hacer es tomar de ellos la guía que es para ti.
Hice esto hace años y años y años y años y años atrás, y descubrí que es muy fácil acceder a la guía interior. Es muy fácil. Jesucristo dijo: “No recibís porque no pedís”. Ahora escucha, o vas a convertir al tipo en un mentiroso, y si lo haces, entonces no sigas sus preceptos. Y lo conviertes en un mentiroso cuando dices: «No creo que eso sea cierto», o cuando no haces lo que él dijo, allí lo conviertes en mentiroso al decir: «No creo que eso sea cierto». De cualquier manera, estás hundido.
De modo que una vez él dijo: “Esto que yo hago, tú lo harás y más aún”, dije: “Créele en su palabra y haz eso y más aún”. ¿Y dijeron cómo? Dije: «Bueno, no recibes porque no pides». Entonces preguntas.
Ahora bien, si preguntas sabiendo que no lo vas a conseguir, ¿adivinen qué va a pasar? No lo vas a conseguir. Es casi seguro. ¿Y luego qué hay de las veces que preguntaste, pensando que lo ibas a conseguir, y aun así no lo obtuviste? La vida es así. Se llama karma. Si pudiéramos conocer todo nuestro síndrome de causa y efecto, justo hasta este segundo, lo siguiente que fuéramos a hacer, no lo juzgaríamos, porque sabríamos que es inútil hacerlo. Mira, la mayoría de los problemas que tenemos ahora mismo dentro de nosotros provienen básicamente de juzgar. Sería fácil si simplemente saliéramos y dijéramos: «Oye, tu persona fea», porque ahora al menos lo hemos expresado…
Lo que hacemos es hacerlo internamente, y luego comenzamos a tomar esta energía que es nuestro espíritu, y llamémoslo el espíritu de Dios, y esperamos ser parte de todo eso, y comenzamos a retenerlo y contenerlo. Si podemos retener y contener la energía físicamente, entonces no puede salir, debe ir a algún lugar, porque aquí no existe el simple vacío.
Aprendes a entrar en el silencio, dentro de ti. Y te digo, después de entrar un poco allí, escuchas tarareos, escuchas tambores, escuchas voces y ves cosas. Si cierras los ojos, realmente puedes alucinar una existencia. Sin embargo, simplemente te sientas allí durante el período de tiempo que has designado. Y lo llamamos, por supuesto, tiempo de ejercicio espiritual, en el que cantas y luego te quedas en silencio, escuchas y observas. Eso genera energía, simplemente comienza a filtrarse algunos hermosos campos de energía dentro de ti. Nunca lo sabrás a menos que lo hagas. Y lo haces poniendo el asiento del pantalón sobre el asiento de la silla.
No sé si lo sabes, pero muchas veces, cuando éramos jóvenes, y no sólo yo sino mucha gente, cuando éramos disciplinados (entonces se llamaba castigo) nuestros padres nos castigaban. Y nos colocaban en una habitación donde reinaba el silencio. Y a veces en un salón de clases, ponían a una persona, frente a la pared y le ponían un sombrero de burro en la cabeza. Así era, ya sabes, parecía un verdadero insulto y todo, excepto por una cosa. Los campos de energía que se liberaban sobre esa persona eran profundos. Muchas de esas personas resultaron ser líderes gigantescos en su campo, y ellos recuerdan que los hicieron parecer el tonto en la sala sentados frente a un rincón.
Pero te diré algo. Ve a sentarte a un rincón y mira hacia la esquina y simplemente siéntate allí con los ojos abiertos y mira la pared donde no hay nada, y muy pronto comienzas a descubrir que la estimulación, esta intrusión ocular que tienes, se calma. Y de repente en ese rincón encuentras paz y tranquilidad. A veces te llevaban y te metían en un armario y cerraban la puerta diciéndote que no podías salir hasta… y te sentabas ahí hasta que te quedabas muy tranquilo, y cuando venían a buscarte, estabas profundamente dormido y tuviste un descanso tranquilo, porque inconscientemente aprendiste, a adentrarte en él.
Ahora estamos diciendo, que, para ayudar al planeta, para ayudarte a ti, para ayudar a todos los seres que existen, a pasar a otro nivel, tienes que aprender a hacer conscientemente lo que ya sabes hacer inconscientemente. Y lo haces, trayendo presente la energía del silencio.
Mientras más te sientes y entres en tu interior, más estará allí lo que sea que es aquello que sabe cómo respirarnos, dormirnos, despertarnos, digerir la comida, curarnos y hacer surgir el amor…, va a estar allí como una realidad cotidiana y continua.
Baruch Bashan
John-Roger
