Tienda
LANGUAGE

Nuevo Amanecer

¿Cómo vemos las bendiciones en el derrame de petróleo en el Golfo?

Article imageTraducción de Gabriella Grigorescu

Si quieres ayudar al Golfo de México, a nosotros mismos, y a nuestro mundo, te aliento a que te enfoques en el poder del amor divino y tengas fe en él. Cuando nos dedicamos a manifestar el bien mayor es cuando puede producirse el regreso al orden natural de las cosas, que crea prosperidad y abundancia.
El Dr. Masaru Emoto, científico japonés que investigado en profundidad las características del agua, publicó recientemente una oración en pro del Golfo de México. Sugirió enviar «energía de amor y gratitud hacia las aguas del Golfo de México y todas las criaturas que lo habitan, así como a sus alrededores». La propuesta del Dr. Emoto dice que si mantenemos una intención de paz hacia el agua — «pensando, hablando y actuando manteniendo una intención de paz hacia el agua — el agua puede traer paz a nuestros cuerpos y al mundo, y así lo hará».
Somos creadores, y hemos nacido con el don de ser co-creadores con Dios y de desempeñar esa función. Como co-creadores, podemos buscar las bendiciones presentes en la situación del Golfo y reclamarlas. Aprecio el valor que tiene una oración simple y directa que surge espontáneamente de la intención y voluntad de toda persona, de pedir ayuda a través de la conciencia que sirve a la totalidad, independientemente de sus condiciones o de cómo hayan sido creadas. En lugar de centrarse en la culpa, deberíamos enfocarnos en lo que se puede hacer para mejorar la situación, inclusive al más pequeño de los niveles, como sería sacar de a una cucharada a la vez. La asistencia divina aumenta y recompensa los pensamientos y acciones correctas al punto de que éstas son multiplicadas de una manera inexplicable. Si un millón de personas sacaran una cucharada por segundo en una hora, eso de por sí podría revertir la situación. Cuando se tiene una intención y disposición de hacer algo para ayudar, como de a una cucharada por vez, eso podría general la capacidad de convertirlo en un millón de barriles por minuto. Algunas personas me han mencionado que tal vez nuestras oraciones no se pueden responder porque lo que se esta pidiendo no es para el bien mayor de todos los involucrados. Ellas sugieren que aceptemos simplemente lo que está pasando en el Golfo. Si bien la aceptación es el primer paso y la primera Ley del Espíritu, la situación demanda cooperación para evitar que el petróleo se siga derramando en el agua, para que se recolecte el petróleo que ya está en el agua, y para limpiar todo lo que haya sido contaminado.
En vez de decidir aceptar simplemente las condiciones presentes, luchemos por contribuir más con el orden natural de las cosas, que siempre sale adelante. Cuando nuestros hijos se enferman, no los dejamos tal cual o nos conformamos simplemente con la situación. Nos esforzamos para hacer lo que podamos para que ellos vuelvan a estar sanos y contentos, que es su manera natural de ser, cuando la perturbación y la enfermedad han cedido.
En cualquier situación, podemos optar por ir más allá de la aceptación y cooperar plenamente con las condiciones que están presentes, y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mejorarlas. Esto nos lleva a comprender mejor lo que sucede y nos brinda resolución y nos revela soluciones a largo plazo. No hace mucho había lagos y ríos inundados de contaminación que hacía imposible la vida silvestre en ellos. Esos mismos lagos y ríos han sido limpiados y recuperados, y la vida silvestre ha vuelto a florecer en ellos.
No hay límite para las bendiciones que pueden manifestarse otro que la cantidad que podamos manejar y, más importante aún, las que elijamos ver. Así que, vamos a considerar este momento como otra prueba más, especialmente para aquellos involucrados y afectados por la situación en el Golfo de México. Cómo cada persona responda, independientemente de las condiciones, es lo que determinará la experiencia resultante y las consecuencias que transformarán las alteraciones en un bien mayor. Mediante nuestra cooperación, podemos elegir la recuperación y renovación de la condición perfecta, que favorece un florecimiento, y contribuir activamente en ello.
Cuando la tierra se remece y se modifica mediante un cataclismo y un cambio profundo, surge la posibilidad de sembrar lo que será cosechado. En esta situación y en todas ellas, encuentra las semillas de lo que tú quisieras llegar a ser — dentro de ti, dentro de los demás, y con Dios. Visualiza en qué quieres que se convierta la situación. Para ello, tienes que recordar que en primer lugar debes conectarte con la fuente divina, a través de la oración y la comunión interna, con cada respiración, con cada pensamiento y con cada acción. Confiemos en que dentro del orden divino se encuentra todo lo que se necesita, no sólo para sobrevivir sino también para prosperar. Lo que debemos es estar abiertos a comprender qué se puede reabastecer y resolver y, a continuación, hacer lo que sea necesario para crear las condiciones para que las bendiciones puedan manifestarse.
Confía en que esto también pasará, y que un nuevo día está por venir, trayendo vida nueva, abundante en belleza y gracia. Deja que lo que tenga que pasar lo haga en paz para que ahora podamos contemplar ese nuevo día. Decidamos ver todo lo bueno que puede surgir del derrame de petróleo en el Golfo y resolvámonos a ayudar con las bendiciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2014 Movimiento del Sendero Interno del Alma