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Nuevo Amanecer

El Regalo de Cristo

“El mensaje que  nos trajo Jesús, es el mensaje de toda la eternidad. La esencia detrás de este mensaje es la Fuente de todo. Es la energía mediante la cual las mismas células de nuestro cuerpo se energizan y se renuevan «. – John-Roger 

Este artículo de John-Roger se publicó por primera vez en el periódico del Movimiento en Noviembre de 1981.

La Navidad – la Misa de Cristo  –  es una celebración de la Vida de Jesús el Cristo y el regalo de la vida eterna que Él trajo a la humanidad. Celebramos la Navidad de muchas formas y quizás algunas de las mejores maneras en que celebramos esta temporada es enfocarnos en nuestra naturaleza divina, al reconocer los dones que se nos han dado a través de la gracia infinita de Dios y al dar a los demás desde el Espíritu amoroso dentro nosotros.

La tradición navideña que celebramos y el mensaje que se ha dado tantas veces es que Jesús nació en un pesebre como el Hijo de Dios, se convirtió en el Mesías, el Salvador, y tomó los pecados del mundo sobre sí mismo en perfecto amor y sacrificio. Con su muerte en la cruz, Él liberó esos pecados y prometió vida eterna a todos los hombres. El trabajo que yo hago se basa en que Su obra tuvo lugar.

Algunas personas dicen que la vida de Jesús es mitología y yo les digo: «Entonces lo que les digo es un cuento de hadas porque está basado en esa mitología». Dicen: «Entonces, ¿por qué tu cuento de hadas es tan práctico y por qué funciona tan bien?» Y la respuesta es que la acción de Cristo, a través de Jesús, no es mitología. Fue una experiencia física, terrenal, real.

Cualquier mujer que haya tenido un bebé y todo hombre que haya participado en esa experiencia, sabe lo real, física y terrestre que es esta experiencia. A eso me refiero cuando digo que la vida de Jesús y el trabajo que hizo en este mundo fue real. No fue algo simbólico, aunque de él surgió un simbolismo para toda la humanidad.

El mensaje que  nos trajo Jesús, es el mensaje de toda la eternidad. La esencia detrás de ese mensaje es la Fuente de todo. Es la energía mediante la cual las mismas células de nuestro cuerpo se energizan y se renuevan. Es la Fuente. Detrás de Jesús estaba la Fuente invisible, la energía presente, la Presencia invisible que es Dios. Estaba allí entonces, y está igualmente presente hoy. Está detrás de mí y activa el trabajo que hago. Está detrás de ti, también. Para conocer su Presencia, debes volverte a ello en tu corazón. Allí es donde vive. No lo encuentras escondiéndote o huyendo de la vida. Tu vida es para ser vivida, que significa estar involucrado en ella y recordar que tú y Dios están funcionando juntos como co-creadores en este planeta.

Dios es tu poder y tu fuerza. Puedes corromper ese poder si quieres. Si lo usas para la destrucción, te destruirás a ti mismo. Tus pensamientos negativos, tus dudas, tus intentos de justificar posiciones que son falsas, para empezar te destruirán. El poder que tienes se volverá contra ti y te golpeará en la cabeza. Así que toma el poder y úsalo para facilitar aquellas cosas que son buenas, alegres, elevadoras y útiles para ti y para los demás.

¿Sabes que toda gran religión y civilización que se vino abajo, cayó porque olvidaron un principio fundamental que subyace en todo en este planeta? Se olvidaron de recordar que eran parte de Dios. Se olvidaron de que eran una creación de Dios. Perdieron su gratitud, su agradecimiento. Perdieron su gratitud. Cuando esas cualidades desaparecen, queda poco más que envidia, codicia, malicia y otras cosas que no son muy agradables.

Todas las religiones y civilizaciones fueron construidas por personas que tenían comunión con Dios, contacto con Dios, una relación de agradecimiento a Dios. Así se construyeron las cosas y así se construyen hoy. Cuando haces cosas que aumentan tu comunión con Dios, encuentras que tu vida se eleva. Las cosas se vuelven más fáciles. Gente agradable se acerca a ti.  A tu jefe le gusta el trabajo que haces. Tus amigos quieren llevarte al cine. La vida se vuelve divertida. Pero cuando te estableces como la máxima autoridad en todas las cosas y declaras que no hay nadie más grande que tú, ni siquiera Dios, ¿quién quiere estar cerca de eso? Te encuentras bastante solo.

¿Alguna vez has estafado o mentido a la gente? ¿Has engañado a la gente? ¿Intentaste manipularlos para salirte con la tuya? ¿Tomaste lo que querías de ellos y diste poco o nada a cambio? ¿Alguna vez has hecho esas cosas debido a una mala gestión y emociones equivocadas? ¿Alguna vez has hecho esas cosas a propósito, sabiendo lo que estabas haciendo? Esos momentos llegan a ser difíciles de manejar. Cuando te involucras en robos o engaños a cualquier nivel (financiero, físico, emocional, mental o espiritual) – comienzas a morir espiritualmente. Empiezas a alejarte de la esencia de Dios en ti, que se llama Cristo. Ahí es cuando realmente duele porque estás apagando la Fuente de tu vida. Estás negando el Espíritu de Dios que vive en ti. Estás destruyendo tu Ser.

Muchos de nosotros tenemos esas heridas dentro de nosotros y pueden ser muy, muy profundas. Pero déjame decirte las buenas noticias. No hay nada tan profundo ni tan malo que Dios no pueda ir allí, descender más y más abajo, más allá de todo, tirar de ti y sacarte de eso. Así que no juegues el juego de la desesperanza. Ni siquiera necesitas tener esperanza. Lo que necesitas hacer es levantarte y empezar a participar en tu vida. ¿Por qué? Porque que Dios puede estar ocupado, y si yaces en el fondo del pozo, sin moverte, sin mostrar ningún signo de vida, puede que parezca que Él no tiene tiempo para bajar y llegar tan lejos; pero si te levantas y comienzas a moverte, estarás mucho más alto y Él podrá verte más fácilmente. Es posible que pueda agacharse y levantarte muy rápidamente. Date un respiro. No puedes perder. Levántate y haz lo mejor que puedas en cada momento y encontrarás una tremenda cantidad de ayuda que viene hacia a ti.

El Espíritu Santo ahora más que nunca en la historia espiritual de este mundo; se derrama por todo el planeta. Está en todas partes, aprovéchalo. Pídele al Espíritu que esté contigo. Pide la bendición de Dios. Eres bendecido simplemente porque estás aquí, pero puedes bloquear tu conciencia de esa bendición si tu así lo eliges.

No puedes sacar ventaja de tus bendiciones aludiendo tontería, estupidez, fantasía o el egocentrismo sobre eso que es. Si niegas y luchas contra lo que es verdad en tu vida, probablemente no sentirás a Dios de tu lado ni conocerás Su Presencia, aunque Él seguirá ahí. Si intentas dejar de hacer esas cosas que te corresponde hacer, podrías no sentir la Presencia del Espíritu en tu vida. Pero si te sientas y te mueves a un lugar tranquilo dentro de ti donde puedas sentir tu corazón, puedes preguntarle al Espíritu qué debes hacer. Y si no hay respuesta, no te rindas. Pregunta de nuevo más tarde.

No hay nada en tu vida con lo que Dios no pueda lidiar. No hay nada que no tenga una respuesta que te eleve. No hay nada aquí diseñado para lastimarte. ¿Te presta Dios atención cuando le pides orientación? Cuando le prestas atención a Dios, Él te presta atención. Entonces te vuelves uno con Dios, en ese enfoque positivo. Es muy, muy poderoso y dinámico. Cuando le pides a Dios que participe en tu vida, prepárate para aceptarlo. Prepárate para hacerlo con Él. Prepárate para renunciar a tu punto de vista físico, personal e insignificante y ver más allá de este nivel hacia el infinito.

Cuando el Espíritu Santo te toque, verás que tus ojos se iluminan, sentirás que tu piel comienza a brillar y sabrás que estás irradiando Luz. Otras personas verán esa Luz y querrán estar cerca tuyo. Querrán más del Espíritu que ven presente. Ninguno de ustedes puede tener la menor idea de lo que está pasando y si intentan comprenderlo, perderán; pero cuando la gloria de Dios se presente y brille a través de ti, experimentarás un gozo que no tiene nada que ver con este mundo.

Esa es la Presencia de Cristo. Esa es la esencia detrás de Jesús. Es la esencia invisible que reside detrás de todos nosotros. Cuando estás en comunión con esa esencia te transformas en el mismo Espíritu que fue Jesús el Cristo.

En ese momento vas al Padre no solo como un hijo, sino como un amigo. Y vas a Jesús, no solo como el Señor, sino como su amigo. Esa es la mejor oferta, amigos míos. No hay nada que se compare con eso en ningún nivel de existencia. Es un camino directo al Corazón de Dios y es tu herencia. Se te ha prometido. Todo lo que tienes que hacer es recibir.

Misa del Cristo Santisimo. Baruch Bashan.

 

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