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Nuevo Amanecer

Todos Somos Hijos de Dios

“Jesús nos dijo que todos somos hijos de Dios (y eso se aplica por igual a hombres y mujeres) y que la conciencia de nuestra propia divinidad y nuestro propio Dios es nuestra herencia. Esto es tan cierto hoy como lo era entonces”. – John-Roger

Este artículo de John-Roger se publicó por primera vez en el Periódico del Movimiento en Diciembre de 1980.

Aquel que hemos estado esperando ya está aquí y ha estado aquí por mucho tiempo. Parte del gozo de la temporada navideña es que podemos, una vez más, afirmar que sí, que Cristo mora en nuestros corazones. Y en esta comprensión y afirmación, todas las cosas se hacen nuevas una vez más. Podemos evocar al Cristo dentro de nuestra conciencia. Es fácil de hacer porque todos somos hijos de Dios. Todos somos herederos de esta divinidad. Participar de ella se convierte en nuestro derecho de nacimiento.

Jesús representó una de las más altas manifestaciones del Cristo. Y sólo por esto lo llamamos el hermano mayor. Tomó la Conciencia del Cristo, la elevó, la demostró, la ejemplificó y nos la dio a todos. Él nos hizo Uno en la hermandad de Cristo. A través de esta línea del Cristo, nos hemos convertido en un solo cuerpo, que mora dentro de la conciencia de Dios. La línea del Viajero Místico desciende a través del centro de la Conciencia Crística y sobre este planeta Tierra. En otros planetas el Viajero puede no venir a través de la acción de Cristo; puede venir a través del Todo en el Todo o el Ello de Sí Mismo. Las palabras no importan. El mensaje es el mismo.

Cada uno de los Viajeros trae a la humanidad el mensaje de la Luz y el Sonido. No hay nada nuevo en el mensaje. Sin embargo, la gente olvida el mensaje y lo corrompe. Entonces, cada Uno que está divinamente dotado con este conocimiento viene a reafirmar el mensaje antiguo y a presentar la demostración de ese mensaje en el tiempo y en el ambiente particular. Cada Viajero hace nuevo el mensaje, en función de la época y el tiempo en que vive.

Cuando te sintonizas con el Viajero, te sintonizas con una línea de energía que va directamente al corazón de Dios. Jesús el Cristo dio su mensaje como hijo de Dios. Cuando hizo eso, declaró que todos eran hijos de Dios. ¡Es tan fantástico darse cuenta! Cada Viajero que transmitió el mensaje para su tiempo, transmitió el mensaje para nuestro tiempo, para este tiempo ahora. El mensaje antiguo es aplicable ahora mismo, hoy. Todo lo que tenemos que hacer es recoger el mensaje y aplicarlo al día de hoy.

Jesús nos dijo que todos somos hijos de Dios (y eso se aplica por igual a hombres y mujeres) y que la comprensión de nuestra propia divinidad y nuestro propio Ser-Dios es nuestra herencia. Esto es tan cierto hoy como lo era entonces. Y, sin embargo, todos todavía clamamos a veces en nuestras vidas y decimos: «Oh, Dios, ayúdame». Cuando nos separamos, cuando nos vemos a nosotros mismos como “no buenos” y no dignos, pero vemos al otro tipo allá arriba, en el pedestal como digno, ahí es cuando creamos nuestra dificultad. Cuando decimos: “Tú eres un hijo de Dios, pero yo no ” blasfemamos y mentimos, y perdemos nuestro derecho divino. Abandonamos nuestra propia conciencia Crística. La negamos por dentro. Y perdemos.

A veces miras a otras personas y piensas que, de alguna manera, son mejores que tú. Los ves cómo más exitosos, parecen tener más posesiones y parecen más felices. Miras todos esos puntos de referencia y te ves como carente. Entonces te juzgas a ti mismo y te menosprecias, y ahí es cuando pierdes. Eres un hijo de Dios, tan seguro y tan completamente como cualquiera que veas. Es eso, o Jesús mintió. Él dijo: “El que cree en mí, hará también las obras que yo hago, y mayores obras que éstas hará.” (Juan 14:12) Esta herencia nos pertenece a cada uno de nosotros.

Cada Alma tiene la fuente del mensaje divino dentro de sí misma. Cada alma tiene ese mensaje divino dentro de sí. El mensaje no reside en la personalidad, ni en la mente, ni en el cuerpo, ni en las emociones. El mensaje reside en esa parte que es el Cristo. Nuestro trabajo es despertar a esa parte Crística dentro de nosotros para que podamos conocer el mensaje divino. ¿Cómo despertamos a eso? Cuando alguien habla desde ese centro del ser que es el Cristo, la energía de la Palabra alcanza y agita la conciencia de nuestra Alma. Es por ese movimiento de energía interior que nos despertamos a una mayor comprensión de Cristo.

La humanidad se encuentra ahora en la cúspide de las profecías. De ahora en adelante, no hay necesidad de profetas. En este tiempo, la Conciencia del Viajero Místico y del Preceptor se presentan y dicen: “Sí, estas promesas se han dado y estas promesas se han cumplido”. El profeta Joel dijo: “En los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne”. (Joel 2:28)

A medida que Dios derrama sus bendiciones y su amor sobre la humanidad, incluso aquellos cuyos corazones han sido duros se volverán tiernos y amorosos.  En esta nueva era, este es el mensaje ahora. Este es un tiempo de cumplimiento de la profecía. Dios está, de hecho, derramando su Espíritu sobre cada uno de nosotros, en cada momento.

Es nuestro derecho participar de Dios. No es nuestro derecho definir a Dios o juzgar a otros por su experiencia de Dios. Cuando haces eso, te comprometes a ti mismo. A veces la tentación es exigirle a Dios, exigirle que te pruebe Su existencia. Pides una señal. ¿De dónde crees que vienes? ¿Cuál crees que es el origen de tu Espíritu, tu conciencia trascendental? Ya sabes, los niños pequeños que no entienden nada sobre el oxígeno y el aire y el sistema respiratorio todavía hacen un buen trabajo al respirar. No tienen que tener una definición para todo eso.

Y no necesitamos definiciones de Dios ahora, porque esta nueva era es la era del amor viviente. Ahora estamos entrando en el amor que es el corazón espiritual y el mensaje es que el amor de Dios se manifiesta ahora aquí, dentro de cada uno de nosotros. No hay nada que hacer, excepto sacar adelante ese amor, expresarlo, demostrarlo, ejemplificarlo y vivirlo.

Amar es del corazón espiritual. El amor es de Dios. El amor también puede ser de las emociones y la mente y el cuerpo, cuando esos niveles se utilizan para reflejar y expresar el amor espiritual. Cuando alcanzamos el corazón amoroso y expresamos externamente esa esencia amorosa, habremos cumplido todas las leyes, profecías y escrituras sagradas. Entonces tenemos la Misa de Cristo plenamente presente en nuestras vidas.

Cuando hablamos desde nuestros corazones, no proviene de nuestras “bocas”. Cuando hablamos de nuestros corazones, no proviene de nuestras mentes ni de nuestras emociones. No proviene del ego ni de la ira. Nos presentamos ante el Dios de nuestros corazones en humildad y ello estamos abiertos al Amor de Dios. Cuando no amas, no vives. Cuando no vives, Dios no derrama sus energías a través de ti en el mundo. ¿Cómo puede el hombre volverse tierno y amoroso, en su corazón, a menos que conozca a Dios en su amorosidad y a Cristo en su manifestación?

Da de tu amor y despierta al corazón que es más grande dentro de ti, el corazón espiritual donde vive Dios. La Navidad está sobre nosotros. Los patrones de energía del año anterior están llegando a su fin. Lo nuevo está a punto de ser introducido. Tómate este tiempo para elevarte, para nacer de nuevo en el Cristo que está dentro de ti. Deja que lo viejo desaparezca. Despierta a lo nuevo. Mira el rostro del amor, el rostro de la Luz. Sé el prometido para ti mismo.

El Cristo en ti no es negado por el Padre. Tómate el tiempo para estar en compañía del Cristo que está dentro de ti. Si necesitas cosas para ti en este próximo año, ponlas en manos de Dios y déjalas ser. Si son para ti en este tiempo, aparecerán. El plan es perfecto; y todos encajamos dentro del plan. No puedes estar en ningún lugar que no esté abarcado por la conciencia de Dios. Incluso cuando pareces salirte del plan; aun cuando entres en la desesperación y la soledad de tu conciencia; incluso cuando te separas de ti mismo y de tus amigos y familiares, todavía estás dentro del cuerpo de Dios.

Cuando te sientas lejos de Dios, sabe que todo lo que tienes que hacer es girarte hacia adentro de ti y te encontrarás cara a cara con Dios. El retorno puede ser difícil y puede haber momentos de dolor, confusión y desconcierto. Está bien. No tienes que ser perfecto. No tienes que hacer todas las cosas a la perfección para ser digno de Dios. Eres digno de Dios porque eres un hijo de Dios. No hay nada que tengas que hacer para alcanzar ese estado. ya es tuyo.

Los aspectos negativos de tu personalidad y tu expresión son las ilusiones. Ellas no son tú. Cuando te mueves más allá de las demandas del cuerpo, las preocupaciones de las emociones, la confusión de la mente y el velo de la inconsciencia, eso eres tú, lo que queda. Eso es el Alma; ese es el Cristo; eso es amor. Con amor eres despertado al Cristo y en ese despertar, eres Uno con toda la humanidad. Todos podemos lograr al Cristo. Es la herencia del hombre y todos somos parte de ella.

En esta nueva era que llamamos Era de Acuario, el hombre está despertando cada vez más al amor dentro. Está transmutando su naturaleza básica en la naturaleza dorada. Es lo más valioso que está sucediendo en el planeta hoy.

Al celebrar la Navidad, recordamos quiénes somos. Recordamos que nuestra naturaleza es divina y que somos herederos del Reino de Dios.

Baruch Bachan

 

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