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Nuevo Amanecer

Somos los Bienamados de Dios

Si no obtenemos nada de este Movimiento Espiritual excepto  estar más sonrientes, estar más alegres y felices unos con otros, entonces estamos en lo que esto es como una acción del Cristo. Que es el Bienamado  de Dios. Que nace este día en nuestro corazón. Podemos volvernos hacia él y simplemente dejarlo salir. – John Morton

Este artículo está tomado del compartir de John en el Seminario de Nochebuena del MSIA 2019 realizado en Santa Mónica, California.

 

Todos  somos Bienamados hijos de Dios, y eso no tiene excepciones. Pruébalo durante una hora, durante un día, que puedes amar a todos y a todo. Hazlo abiertamente, de buena gana, sin ninguna resistencia ni contracción, incluso en el nivel de la mente.

Considera que la mente es el lugar donde nos metemos en más dificultades y problemas. Cuando algo te llegue a la mente, revísalo con tu corazón. Esa podría ser tu forma de orar. Podría ser simplemente la forma cómo eres. No tiene que ser una práctica formal, pero a menudo es una práctica formal. Es algo así como, “Santo Padre, Querido Señor…”. ¿Tienes ese valor, esa conexión? Es una llamada directa e inmediata que no lo pone en lista de espera ni está disponible, por lo que debe volver a llamar más tarde.

Si no estamos conectados, podemos pensar que no somos dignos de que Dios tome la llamada. Profundiza en tu corazón. Encuentra ese lugar de amor en tu corazón. ¿Qué está haciendo Dios en tu corazón? Hay una oportunidad de darnos cuenta de lo que Dios está haciendo con cada uno de nosotros. Si escuchas el silencio, Dios está contigo en ese silencio. Si es ruidoso y está lleno de charlas o distracciones, entonces eso también es lo que Dios está haciendo contigo.

La oportunidad es, “¿A dónde te gustaría ir con Dios, con tu co-creador? Todos tenemos ese cargo. Podemos llevarlo a donde queramos. Los animo a que consideren que tienen una autoridad, un poder interior para presentar lo que quieren y lo que eso sería.

También hay un Dios, un co-creador, que está «a cargo», por lo que estará sirviendo al mayor bien de todos los involucrados, sin importar cómo resulte. Hay mucho espacio para la variación. Si no es de nuestro agrado, tenemos la oportunidad de cambiarlo como una experiencia continua en cada momento.

Sigue avanzando hacia lo que quieres. Si quieres amar a alguien, entonces ama a alguien. Si deseas ser amado por alguien, entonces permanece disponible para ser amado por alguien. Hazlo de tal manera, como “¡Oye, aquí hay amor! ¡Tengo amor disponible y estoy buscando compartirlo con alguien!”.

Jesús el Cristo dijo: “La forma en como  sabrán que ustedes son mis discípulos, es porque aquellos  que están siguiendo lo que yo estoy haciendo, es que se van a amar unos a otros”. No encontré ni escuché ninguna excepción en eso. Jesús lo llevó a una declaración muy clara: “Ama a tu enemigo”. Ama a los que no parecen estar llenos del amor de Dios.

Considera que es una oportunidad para unir lo que sea que esté dentro de ti. Hay momentos donde nuestra vida se refleja y nos lleva a un mayor conocimiento. Podemos amar a cualquier persona y a cualquier cosa porque eso es quién es Dios, y ese es Dios en este mundo.

¿Tienes preocupaciones, temores o sientes miedo a veces? Tal vez no tienes mucha confianza en ti mismo. Quizás las cosas que querías crear realmente no las creaste. O no te gusta lo que creaste. Considera que puedes amarte a ti mismo en tu preocupación, en el miedo y en la duda sobre tu vida. Ese puede ser un regalo de Dios.

Aunque ya hayas recibido regalos de Navidad, en la Misa del Cristo pide otro regalo. Tenemos un dador gozoso, una fuente divina que no tiene  límites. El bien supremo podría servirse de maneras que estén más allá de las limitaciones que cada uno  tengamos. Una de las grandes oportunidades es liberar las limitaciones. Dejar ir nuestras dudas, nuestros miedos y nuestros juicios. De eso  se trata el perdón.

La palabra “perdonar” tiene dos significados. Perdonar puede ser «rendirse», así que lo dejas ir. No lo llevas como una forma para relacionarte con tu vida. Perdonar es también soltar cualquier juicio que tengas.

Una de las grandes bendiciones que todos tenemos se ha mencionado como: «Suéltalo. Libéralo. Ríndete”.  Cualquiera que sea tu perturbación o tu molestia, deja que se vaya. Déjala ir y entrégasela a Dios. Dios lo puede amar, lo puede perdonar y lo puede bendecir.

¿Alguna vez tuviste una experiencia donde algo que sucedió en tu vida fue como el cumplimiento de un sueño o de un deseo? ¿En realidad excedió lo que imaginabas que cualquiera podría manifestar o experimentar? Considera que en realidad es así todo el tiempo. Cada vez que estamos dispuestos a jugar al nivel de Dios, Dios tiene todos los tesoros, todos los dones, todas las bendiciones plenamente  disponibles, dado que podemos manejarlos. No se nos da lo que no podemos manejar.

Parte del problema en nuestras vidas podría ser que estamos en una limitación. No se nos da lo que desearíamos para el bien supremo, porque no permitimos que la apertura coopere y reciba lo que es. Una de las enseñanzas que John-Roger señaló enfática y claramente es que cuando “dejas a Dios hacer”, estás en paciencia. Es un movimiento de paciencia. Estás dispuesto a aguantar y esperar a que ese proceso entre en un determinado orden.

John-Roger también nos dijo: “Él o ella gana porque persevera hasta el final”. Si vale la pena tenerlo, ¿cuál sería el mayor regalo y la mayor bendición en tu vida? ¿Estarías dispuesto a aguantar lo que sea necesario? Puedes invocarlo porque está en el orden de Dios, ya que sirve al mayor bien de todos los involucrados. Si no es así, entonces serías llevado a la conciencia de cuál es el bien supremo.

Todo lo que nos molesta o nos perturba, todo lo que hacemos que está mal o no funciona, cuando eso sucede tiene el propósito de corregirnos y ajustarnos a lo que funciona y sirve para el bien mayor. Si te relacionas con lo que es, te darás cuenta de que es un orden divino. Requiere que entremos en un estado mayor de quiénes somos. Ese orden divino es implacable y absoluto de la forma como funciona.

Sin embargo, hay algo llamado misericordia. Si llegamos a un punto en el que no sabemos cómo manejar algo y no queremos responder, ni darnos por vencidos, y no hacer lo que se necesita, o queremos pelear o luchar, eso no funciona. Eso se nos señalará todas y cada una de las veces, sin importar el tiempo que tome. En algún momento no podemos soportarlo más.

Estoy seguro de que todos hemos tenido algo en nuestra vida donde nos dimos cuenta de que «No importa cuánto luche, cuánto me oponga, evite o niegue esto, es implacable». Considera que esa es una bendición, es tu regalo del Cristo.

Este mundo está diseñado a tu favor. También está diseñado para enseñarnos cómo convertirnos en co-creadores en un salón de clases. La clase siempre está en sesión y las pruebas siguen llegando. Si aprendes a manejar las pruebas correctamente, en algún momento se convierte en un aprendizaje superior y en un estado superior de lo que está en proceso para ti.

En última instancia, a donde sea que eso te lleva en este mundo es al servicio. El Servicio es el estado más alto al cual podemos movernos hacia nosotros mismos, por lo que estamos incluidos en eso. Estamos al servicio de lo que Dios nos está trayendo a través de nuestra vida. Podemos hacerlo. A menudo, lo que experimento sucede de forma silenciosa y sagrada, y es supremo.  Es la oportunidad de hacer algo bueno. Una de mis llamadas de apoyo es: «¡Salgamos y hagamos algo bueno!» Cuando realmente entendemos qué es eso, experimentamos entusiasmo diciendo: “Salgamos y mejoremos”.

Si tropiezas con “cosas” en el lugar donde vives porque necesitas alguna mejora, es posible que desees comenzar allí. Si quieres ir a enseñarle a tu vecino sobre la paz, pero no tienes paz en casa, tal vez quieras hacer un poco de paz en casa primero. Entonces sabrás más sobre lo que es la paz cuando vayas a compartirla con tu vecino. Eso es algo de lo que Cristo habló desde el principio. No es solo un asunto histórico relacionada con Jesús. Está abierto en términos de esa conciencia del Bienamado que está despierto espiritualmente.

Quienquiera que haya estado en el planeta ha sido grande entre nosotros. Hay muchas formas de acceder a lo que es. Los animo a estar en esa conciencia del Bienamado este día, dondequiera que estén, con quienquiera que estén.

Puedes dirigirte a alguien ahora mismo y decir: «Hola bienamado «. No tienes que limitarlo a una sola persona. Si estás solo en algún lugar, puedes encontrar un espejo y decir: «Hola bienamado». ¿Estarías dispuesto a entrar en un ascensor y decir: «Hola bienamado» a quienquiera que esté allí?

La próxima vez que le des las llaves de tu auto a alguien, ¿podrías decir: “Hola bienamado”? Si estuviéramos haciendo más de esto, podríamos entrar en nuestra forma de relacionarnos de una manera excelente, en la forma de amarnos unos a otros.

Hay otras formas de decir: “Hola bienamado”. Cuando nos vemos, se convierte en una sonrisa. Podemos sonreír más, incluso en el espejo. No necesitas una razón para sonreír. John-Roger me contó una historia de cómo solía practicar sonreír en el espejo porque necesitaba sonreír más.

Si no obtenemos nada de este Movimiento Espiritual excepto poder sonreír más, estar más alegres y felices unos con otros, entonces estamos en aquello que es como una acción del Cristo. Que es bienamado de Dios. Que nace este día en nuestro corazón. Podemos volvernos hacia él y simplemente dejarlo salir.

Ese bienamado de Dios, esa acción del Cristo, quiere salir de tu interior, a través de tus ojos y tu sonrisa. En el Cristo, hay una conciencia que ama a todas y cada una de las personas, incluso a las más desagradables. Consideren que este es el momento, esta Misa del Cristo, esta es nuestra liberación. Finalmente encontramos que todo en nuestra vida es adorable. Seguimos al Cristo y nos amamos unos a otros en el gozo de nuestro Señor.

Baruch Bashán

 Una Bendición de Liberación

Señor, te pedimos Tu bendición, que se extienda a través de nosotros como un regalo.

Como aquellos que se extienden en su propósito de expresar sus bendiciones,  pedimos que nos visites personalmente a cada uno de nosotros en este momento, para trabajar con nosotros en nuestra relación con este mundo.

Te pedimos que traigas tu gran Luz que es el Espíritu Santo, a través de aquel que conocemos como el Señor de todos nosotros, para que se siente con nosotros, nos visite en el lugar donde vivimos, nos mire en cada rincón, en cada aspecto de lo que hemos creado.

Te pedimos esto a través de todo lo creado, que tengamos un equilibrio aquí y ahora, que se despeje lo que ya no es necesario, y que tu Gracia nos llegue.

Reclamamos que las deudas sean pagadas, a través de esta acción de Tu Bienamadado que viene y se sienta con nosotros ahora, que somos el Bienamado, y participamos de estas bendiciones, al elevar la deuda.

Reclamamos la sanación, el equilibrio para nosotros, para aquellos a quienes hemos enredado con acciones innecesarias.

Y ahora afirmamos que nos estás liberando nuevamente y enderezando nuestra conciencia, para que vivamos de acuerdo con lo que es verdadero, con lo que es Tu amor y es incondicional para todos.

Establecemos este propósito supremo, llevándolo en nuestros corazones, santificando nuestra dedicación, actuando de nuevo de acuerdo con nuestra devoción, dejando de lado nuestros apegos y nuestras distracciones, llevándonos a nuestra sabiduría de que actuaremos fieles a nuestra naturaleza divina, y encontraremos la manera directa que has puesto ante nosotros, la claridad, la fuerza y el conocimiento.

Damos gracias porque llenas nuestros corazones, porque lo afirmamos con nuestro aliento en cada momento. Respiramos las bendiciones. Exhalamos nuestros dones, nuestro sacrificio, de manera voluntaria, abierta y libre para todos. Engrandécenos  cada vez más, para que podamos expandirnos más allá de toda limitación, reconociendo la trascendencia y conociéndonos en el Alma.

Aceptamos Tu paciencia, la paciencia que siempre perdura y vence.

Aceptamos Tu paz, la paz que es el entendimiento de que es Tu voluntad la que se cumple.

Baruch Bashán

 

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