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Nuevo Amanecer

Invocar al Cristo: Un Enfoque Radical a Perdonar

«La vigilancia eterna es la contraseña para el perdón. Es un estado constante de alerta en el que nada de lo que se diga o haga tiene mala intencion. Entonces eso se convierte en una línea espiritual de energía».~ John Roger, DCE

Alguna gente piensa que fue la muerte de Jesús lo que trajo el Perdón como un mecanismo para regresar ea Dios. Sin embargo, en realidad, fue su Resurrección la que lo hizo todo. La resurrección, la transformación, es la que se está haciendo cargo de todo el “pecado”.

El Evangelio de Juan es la historia del Cristo interno de cada persona, que es Luz y vida en el mundo. Jesús fue crucificado entre un mentiroso y un ladrón, que son las personalidades que habitan en el mundo. El Cristo es siempre crucificado entre el mentiroso y el ladrón. Y en el último instante, uno de ellos no se arrepentirá y el otro lo hará. Uno morirá con el pecado en sus manos y el otro morirá con el perdón. Eso es reencarnación.  Cuando ambos mueren en el perdón, entonces no hay nada por lo cual volver y rectificar. Recuerda esa es la historia que guardasen tu Alma y que estás equilibrando.

Ese libro de Juan fue escrito como si estuviéramos en un estado de sueño. Cada uno de nosotros puede decir: “El Cristo soy yo y todo lo demás es la gente que yo puse ahí dentro y las cosas que hago y no hago al Cristo en mí. Y en alguno punto, yo o algún otro crucificará al  Cristo dentro de mi.”

Cuando eso suceda, alguien que también ha sufrido la crucifixión y la resurrección se adelantará, mirará dentro de tus ojos, invocará al Cristo desde su tumba funeraria y lo resucitará desde dónde se encuentra en el sitio detrás de los ojos. El Cristo todavía está  en su tumba porque está en la cabeza, pero debe ser liberado de allí para que inunde al ser completo. Este es quien verdaderamente somos.

No podemos eludir la responsabilidad de invocar siempre al Cristo en todas las personas, donde sea que vayamos.  Y solo tendremos al Cristo verdaderamente despierto cuando empecemos a verlo en los ojos de todo el aquel que nos mira.

El Perdón no logra eso; es un proceso el que te trae a eso. Entonces tú debes, desde tu propia voluntad, ingresar al Cristo una vez más y convertirte en Dios manifestándose en el mundo otra vez como esta personalidad, como el Cristo en ti que es la verdadera extensión directa de Dios expresando a Dios.

La auto-crucifixión probablemente es la más engañosa con la cual tratar porque el ladrón y el mentiroso a cada lado del Cristo niegan que eso alguna vez sucedió o que les está sucediendo. Pero todos se someterán a la muerte de la personalidad y entrarán en ello. En cuanto haces eso, de hecho, estarás dando a luz al Cristo, como un niño dentro ti.

Algunas personas falsearan la sinceridad, la honestidad y la veracidad porque son maestros de la mascara que se ponen para protegerse a sí mismas en el mundo. Aquellos que miren dentro de sus ojos podrán ver  al Cristo atrás en la tumba. Nuestro trabajo es seguir invocando al Cristo desde la tumba en ellos mediante el amarlos a través de todo. Tal vez es no hacer nada; tal vez es sin hablar. No tienes que participar. Jesús caminó por un pueblo y nunca participó con la gente de allí.

En la Biblia dice que hay que “orar incesantemente.” Quizás por lo que estamos orando es por el perdón. Y el perdón, visto como un acto compasivo, debe también ser visto desde el otro lado, como un acto radical. ¿Cuándo somos perdonados por Dios? Cuando hacemos cosas a la manera de Dios. ¿Y cuándo somos perdonados por Cristo? Cuando nos acercamos a Cristo y nos volvemos como Cristo o hacemos cosas a la manera de Cristo. Ese es un enfoque radical al perdón.

Los únicos que conocen lo que Cristo es, son los que están conscientes y saben eso espiritualmente. Todos los demás se expresan desde de su ego, del ladrón y el mentiroso en ellos y   «te lo mentirían » y robarían de ti al mismo tiempo. De modo que la vigilancia eterna es la contraseña para el perdón. Es un estado constante de alerta en el que nada de lo que se diga o haga tiene mala intencion. Entonces eso se convierte en una línea espiritual de energía.

Las personas que tienen una clara intención de lastimar bajo el disfraz de un nombre divino se están condenando a sí mismas, yo me mantendría lejos de ellos porque no sabes cuando este gran gusano de la tierra los alcanzará, agarrará, y tomará parte de tu pierna con ellos. Cuando yo sé que hay una enfermedad contagiosa destrozando un área, nunca viajo hacia ella. Hay una buena posibilidad de que no obtenga la enfermedad  – pero ¿qué hay si me contagio? Solo al entreteneme con ese pensamiento me he  dejado vulnerable a recibirla. Yo no quiero nada de eso. Así que encuentro a la gente que va por donde yo voy y pasamos el rato juntos. Y si nadie va por ese camino, eso está bien. En tanto, seas resucitado en tu conexión con la divinidad importa muy poco, porque un día todos irán por ese camino.

Baruch Bashan.

 

Originalmente publicado en el NDH de Mayo/Junio de 1990.

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