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Nuevo Amanecer

¿Cómo puedo abrirme a un mayor recibir?

Article imageTraducción: Andreina Garban

Pregunta: ¿Cómo puedo abrirme a un mayor recibir?

Respuesta: En la Biblia dice: «El que siembra escasamente, también cosechará escasamente; y el que siembra generosamente, cosechará también generosamente» (2 Corintios 9:6). Cuando nos colocamos en alineación con el Espíritu o Dios como lo conocemos, entonces Dios colocará quien Dios es y lo que Dios tiene en alineación con nosotros.

Si estás sembrando a Dios, si estás colocando tu energía y tu vida hacia Dios, entonces Dios es lo que llevas. Dios es la fruta de las frutas que viene a ti. Es una idea simple, y, por supuesto, no es único para cualquier persona ni nuevo. Está escrito en la Biblia, «Más bien busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». Esta es la promesa de Dios para todos nosotros.

A fin de que podamos siquiera entrar en la existencia humana, nuestra conciencia debe tener la capacidad para dar y recibir. ¿Cuál es la más importante? ¿Cuál viene primero: el recibir o el dar? En realidad, son uno y lo mismo. No puedes tener el dar sin recibir. No puedes tener el recibir sin dar. Ellos coexisten. Son polaridades que vienen de la misma fuente divina. Por lo tanto, es la dinámica del dar y recibir la que es importante, lo que significa que uno requiere del otro para que existan.

A medida que entras a una mayor conciencia, vas a ser llamado a un mayor recibir y un mayor dar. ¿Podría ser que tu dar se incremente mientras tu recibir disminuya? No, por supuesto que no. Recibir y dar se incrementan mutuamente. Crecen juntos.

A medida que avances en esta conciencia, hay un punto en que le das de regreso a Dios. Realmente estás haciendo una contribución. En la consciencia espiritual que estamos despertando, nos referimos a esto como convertirse en un Portador de Luz, sostener la luz, conducir la luz y ser un instrumento de Dios. Todo esto es parte de la misma progresión de consciencia. Estamos aprendiendo como dar más libremente y comportarnos de acuerdo al Espíritu.

«Confía que tu vida es siempre una oportunidad para conocer mejor y entender lo que Dios está haciendo contigo y con todos aquí en este mundo. Puedes confiar en que Dios comprende que quieres más gozo, que quieres contribuir y participar en hacer que tu vida funcione en formas que sean felices y gratificantes. Ese proceso está ya en movimiento y convirtiéndose en la realidad de tu vida. Ya está ocurriendo, y tienes permiso para participar plenamente de tu destino. Cuando participas plenamente, puedes experimentar una mejoría en las condiciones en las cuales vives y elevarte internamente. Cada nueva experiencia contribuye a tu sabiduría y crecimiento.

Sin embargo, la realidad es que somos abundantes, a pesar de cómo participemos o de las condiciones presentes en nuestras vidas, y que cada uno de nosotros ha sido abundante desde el principio. Aunque eso no necesariamente tenga sentido en tu mente, considera tu experiencia en su totalidad. Hay una progresión dinámica. Puedes aprender a aceptar y entender que las cosas son perfectas como son y que otras están en proceso, a pesar de cualquier condición negativa que surja. Las condiciones negativas en el mundo son todas temporales. Las condiciones de Dios están siempre disponibles para el mayor bien y están creadas para convertirse en el mayor bien. La voluntad de Dios es una progresión hacia un estado superior que trasciende lo que sea que encontremos en este mundo. Está realizada a través de lo que es verdad en el Espíritu.

No hay ningún apuro. Nuestras necesidades ya están resueltas. Las condiciones en el mundo están en inherente perfección de la manera en que son y potencialmente serán siempre mejores, a través de una mayor manifestación de aquello que vendrá. Podemos relajarnos y participar en las bendiciones que todavía están por manifestarse, sabiendo que, con Dios, todas las bendiciones no sólo son posibles, si no que ya existen».— Tú eres las bendiciones.

«La Biblia también menciona que la razón por la cual no recibimos abundancia es porque no pedimos», John Roger escribe en Cumpliendo la Promesa Espiritual: «Cuando pides, en tu corazón, que tu voluntad esté alineada con el Espíritu, eso pasará. Sé paciente y amoroso contigo y con otros, y estarás en el buen camino para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios».

Baruch Bashan

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