EL CAMINO A LA TRANSFORMACION

En el contexto multidimensional del ser humano, el sendero espiritual ha tomado vital importancia en mi vida. Convirtiéndose en la elección que soporta mis acciones para entender, actuar y contribuir en la construcción de relaciones que han mejorado mi calidad de vida y la de quienes me rodean.

Hace unos 30 años, conocí el Movimiento de Sendero Interno del Alma, que a partir de sus enseñanzas me ha llevado a tener una verdadera transformación. Los últimos tres años han sido de vital importancia en este proceso puesto que tuve la oportunidad de hacer un Doctorado en Espiritualidad Práctica. La intención inicial que me llevo a tomarlo fue la búsqueda de la prosperidad. Pero son tantas las propuestas que ofrece el programa del Doctorado en Ciencia Espiritual para apoyar al estudiante a continuar con el propósito de crecer, aprender y avanzar. Que aprendí a ser un Científico Espiritual practicando de forma consiente las herramientas como: el observar, probar, medir y experimentar los cambios que impactan la calidad de mi vida puesto que me traen al presente moviéndome hacia la expansión sacándome   de la angustia, el estrés y las limitaciones que bloquean el camino de la prosperidad.

Para llegar a esta transformación hubo un proceso que resumo de la siguiente manera:

Durante el primer año de estudio, aprendí a cuidar mi cuerpo, siendo una manifestación de amor hacia mí misma. Mejoré hábitos alimenticios, y dediqué un espacio diario para hacer ejercicio físico.

En el segundo año, aprendí a trabajar con métodos y beneficios. Puse en práctica la técnica de rastrear los métodos, o incorporar hábitos, que utilicé para cambiar o avanzar y desde luego tener un beneficio que lleva a la transformación.

El tercer año lo describo como una bella bendición de amor, expansión y elevación hacia mi ministerio, ya que mi Bendición Ministerial se convirtió  en una fuente de inspiración. De forma consiente, ahora sé que quien pilotea mi existencia es Dios: ¡Dios es mi Socio!

Una vez observé mi viaje del Doctorado en Espiritualidad Practica y poniendo en práctica las herramientas del científico espiritual pude establecer que el mayor beneficio que recibí fue el haberme movido de la CONTRACCIÓN A LA EXPANSIÓN.

Esto es como haberme ganado el premio mayor que me llevó a tener los siguientes cambios:

Moverme de la angustia al gozo.

Moverme de la carencia a la tranquilidad.

Moverme de la depresión a la acción

Por Connie Torres

 

EXPERIMENTANDO MI VERDADERO SER  

Mi intención al cursar el Doctorado en Ciencia Espiritual se basó en un deseo profundo de mi corazón por descubrir y saber quién soy realmente. De experimentar aquello que se nos ha dicho a lo largo de las Enseñanzas del MSIA: Somos divinos y que solo debemos mover nuestra consciencia a dicha realidad. Y aunque mi mente, mis emociones y otros niveles de este ser multidimensional que soy, no me permitían experimentarlo realmente, puedo decir con emoción y entusiasmo, que gracias a todo el trabajo realizado en el Doctorado pude lograrlo a lo largo del proceso. Y es algo que quiero traer más presente a mi vida y por lo cual seguiré trabajando.

Y la pregunta ahora es ¿Cómo lo logré? y a ésta la acompaña otra pegunta: ¿qué debo hacer para experimentarlo más a menudo? Creo que este es un proceso constante de estar presente, de estar en el Ahora, pues allí es donde logré experimentar mi verdadero ser, dejando que Dios viva en mí, sin las prevenciones de mi mente y emociones porque en cada momento puedo redescubrirme como ser divino. El trabajo consiste, adicional a los Ejercicios Espirituales, en observarme, en estar alerta y encontrar a su vez, aquello que no me deja ver que soy este ser divino y esta chispa de Dios.

Cuando entro en la inconsciencia o el olvido de esta realidad me alejo nuevamente de ello y vuelvo a entrar en mis patrones negativos para seguir trabajando en despejarlos. Soy más que un cuerpo físico, una personalidad, una mente, un cúmulo de emociones o sensaciones, mi cultura o mis creencias y gracias al Tratado Práctico desarrollado en el Doctorado, tengo las herramientas para trabajar en cada una de estas áreas y recordarme cómo volver a sintonizarme y estar en disposición de estar presente para mí, para mi verdadero Ser.

Cuando estoy en este estado Presente, esa consciencia de que yo no soy yo y que mi cuerpo no es mío sino de algo superior que a la vez Soy Yo, me llena de paz. Son microsegundos cuando la mente y las emociones llegan a un estado irrelevante y se precipita el Ahora como un estado indescriptible. Y al querer ponerles palabras o de darle un sentido me salgo inmediatamente. Así que mi intención es permanecer mucho más tiempo experimentando mi verdadero Ser. Quiero seguir ampliando esos microsegundos, quiero vivir con el anhelo de ubicarme en esa consciencia y realmente sanar la parte de mí que está en resistencia o acostumbrada a vivir sin estos chispazos de gozo.

Siento alegría y emoción de permitirme experimentar esos momentos en los que vislumbro mi alma y traer o precipitar esta energía, ese estado de ser, a estos planos de luz reflejada. Es el momento de decir que todo el trabajo que he realizado para lograr esos breves y pequeños instantes de SER han valido completamente la pena y sé que puedo traer más de ello a mi vida.

Ya soy todo lo que quiero y necesito Ser. Todo está dentro.

 

Marcos Toledo