«Desde lo mas sagrado dentro de mi hoy digo Gracias, Gracias John M, Gracias Leigh, Gracias David, Gracias a cada uno de los que permitieron que este viaje fuera posible».  

La información llegó en el 2019 y yo convencí a mi amiga Eugenia que necesitábamos estar allí, y ella aceptó. Teníamos fecha límite para inscribirnos y pagar. Creo que compramos los dólares al precio más alto que el mercado lo ha ofrecido en 5 años. Pero nuestra convicción, especialmente de Eugenia, era que queríamos ser partícipes de este evento. Y vino el año de pandemia y nos quedamos con dólares y sin viaje. Por eso cuando en el 2022 nos llegó el correo del Tour del Viajero 2023, no tuve dudas, yo quería estar allí. Volví a llamar a mis amigas Eugenia, Paula y Miriam. En un principio fue un No rotundo de ellas, lo que fue cambiando con el paso del tiempo y de las conversaciones.

Yo no tenía ninguna duda y me había inscrito después del primer llamado, sabiendo que ya había comenzado en mí el proceso de acuerdo unánime. Tome algunos PTS, aumenté el tiempo de mis EEs y salía a caminar para prepararme.

Después de un año, había llegado el día de partir, Eugenia, Paula y yo nos dirigíamos emocionadas y alegres a esta aventura que comenzaba en Tel Aviv.

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Gloria Jury, Paula Copetta y Eugenia Sanhueza.

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En una preciosa reunión con John Morton, Leigh y un grupo maravilloso de asistentes, gente de sonido, fotografía, salud, de asistentes del retiro “El Acuerdo Unánime” guías turísticos y por supuesto las facilitadoras del retiro. No conté cuantas personas, solo que ya ese día me quedo claro que en este viaje nada era al azar, que estábamos absolutamente protegidos y contenidos en todo sentido, me recordaba lo que yo les decía a mis pacientes “Dios no da puntada sin hilo” Y es omnipresente en este viaje llamado vida…… y mi sensación fue esa en cada minuto del viaje…. JM tenía una mirada en 360 grados sobre nosotros y cada uno de estos asistentes eran esos ángeles enviados a contener, proteger, sanar, escuchar, resolver no importa que nos pasara, desde situaciones tales como: ‘se me agotaron las pilas’, hasta ‘mi maleta no está en mi cuarto’.

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John Morton con nosotros.

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En esa reunión fuimoss asignadas al grupo naranja, el grupo de habla hispana, bajo el liderazgo de David Jaramillo y la contención de Ani Pacheco. Allí conocimos a Yoci, Carla y Gabriela de México, a Margarita de Colombia, Charlie y Ricardo de Argentina, Margarita de Los Angeles, Ca, el reencuentro con Alicia que vive en Nueva York originaria de Chile, Eugenia, Paula y yo, desde Chile más nuestras traductoras María José y Karen.

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Grupo Naranja, Comunidad Latina.

La experiencia de viajar con el Viajero es tan profunda, que cuesta describirla, pues en todo momento sentí que estaba haciendo un viaje a lo mas profundo de mí, a esos lugares aun no sanados, a esos espacios aun sensibles por el dolor o por el miedo o por el apego, pero en un espacio de protección, perfectamente guiado y en donde los lugares visitados iban reflejando mi grado de sanación.

Cesárea Marítima, el imperio romano en judea, observar su extensión y majestuosidad era como atreverme a mirar todo aquello que no era del Cristo dentro de mí.

El templo Bajai: Recordar que junto a ello ya había construido un templo a Dios desde cuya grandeza y belleza  podía dominar gran parte de mi interior.

Monasterio de Muhraqa (donde Elías se enfrenta y vence a los dioses de Baal) y desde donde se observa la tierra de Armagedón. Ese fue un lugar en que necesite estar más cerca del Viajero.

Y llegamos a Galilea, Nazareth, la gruta de la Anunciación, empezar a nacer y crecer como la hija de Dios. Empezábamos Pat “Un Acorde” o “Acuerdo Unánime”.

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Mientras profundizaba en mi propio acorde, recorría las calles y la historia del Maestro que se hacía cada vez más real. Sfat, la iglesia de las Bienaventuranzas, Magdala, Capernaum, La iglesia de la Multiplicación, El mar de Galilea, la Iglesia de San Pedro, Tiberías. Todo lo que nos llevó hasta el bautismo en el rio Jordán.

Ya estábamos listos, ¡Que momentos preciosos! y todo simplemente en un viaje, un viaje sagrado y gozoso, profundo y sutil, lleno de alegría, compañerismo y por sobre todo AMOR y AGRADECIMIENTO. Nos sentíamos amados los unos por los otros, por el Viajero, por la vida, por Dios.

Terminando PAT, nos encaminamos hacia Jerusalén pasando por Jericó, El monte de la Tentación, Qumran (el lugar de los Esenios) y otros, siguiendo Su obra y poniendo columnas de amor y paz.

No fue banal la perdida de mi maleta desde El kibutz, sede del PAT a Jerusalén. Muy acorde a los lugares visitados. Una prueba de impecabilidad, de confiar en mí, de responsabilidad, de aprender a recibir y sobre todo de hacerme cargo de mis limitaciones. Una prueba que cada uno en el grupo la vivió como propia y con sus contenidos personales. Fueron solo 18 horas en que esa maleta que tenía mis medicamentos, pasaporte, dinero y enceres personales desapareció. Pero fueron suficientemente movilizadoras. La presencia, confianza e impecabilidad de JM, de Leigh y de cada uno de los asistentes se hizo presente. La solidaridad de todos y muy en especial de cada miembro de mi grupo me conmovió muy profundamente. Estábamos en un acorde, vibrábamos como un solo cuerpo y la Luz y el amor eran tangibles, necesitábamos aprender y confiar.

Dejar atrás todo aquello que nos impidiera subir a la Habitación Superior, al Cenáculo, escuchar al Viajero en el Jardín de Getsemaní, como en cada lugar sagrado y visitar con Él la tumba de David y el Domo de la Roca. Hacer la Vía Dolorosa y celebrar la resurrección en el lugar que JR celebró su último cumpleaños.

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Desde lo mas sagrado dentro de mi hoy digo Gracias, Gracias JM, Gracias Leigh, Gracias David, Gracias a cada uno de los que permitieron que este viaje fuera posible, a cada uno de los asistentes, gracias a cada participante Gracias Eugenia, Gracias Paula….y me hago eco de las palabras de muchos que al llegar a casa escribieron:

 

Rudy: Gracias a todos por su amor. Guardo este viaje como una experiencia interior maravillosa. Extraño subir y bajar del autobús para caminar con todos ustedes. Extraño a alguien que me guarde un asiento para el almuerzo o la cena. Extraño las risas y la espera de que se suban los últimos. Extraño a Leigh traernos las historias de los profetas y discípulos como si estuvieran presentes con nosotros. Extraño al Viajero que nos une para un viaje de ‘nuestras almas’.  Extraño la amistad y el apoyo que vi en tantos ayudándose unos a otros.

 

John H.:. ¿Cómo expreso a todos el agradecimiento que siento por una experiencia tan sentida, profunda y conmovedora? Para las personas que ya conocía y llegué a conocer aún más. Para aquellos que se hicieron nuevos amigos. A John, Leigh y demás que siempre me hacen sentir especial. A todos los que son y se convirtieron en familia en este viaje. La historia increíble, recuerdos especiales, lugares y mi fe renovada. La sensación de estar tan cerca de Jesús y el privilegio de ver los lugares en los que vivió y experimentar su vida de una manera tan mágica y casi surrealista. A todos los que organizaron este viaje con tanto amor, cuidado y dedicación. Gracias. Por la luz y el amor y el sentimiento de la burbuja especial que todos sentimos.

Gabriela: Mis bienamados, todos, doy gracias a Dios por tan extraordinaria vivencia, por haberme llevado a Israel con el Viajero y el grupo hermoso de personas que tuve la oportunidad de volver a ver, de conocer y de tratar. Gracias.

Sals: Mi más profundo agradecimiento a John y Leigh por este viaje a Tierra Santa que abrió el corazón. Noté su toque personal y profundo amor por esta tierra y su gente. Sí, sí, Jesús y los profetas también caminan allí. Pero recorrimos esa tierra siguiendo sus pasos como grupo de una manera majestuosa. Derramamos nuestro amor y luz por dondequiera que íbamos. Dios nos bendiga a todos. Estoy muy orgulloso de quiénes somos y de lo que representamos. Y sí, como diría John, lo mejor está por venir.

Marcelo: Mientras escribo en profundo silencio, escucho un «zumbido» en mis oídos, mientras sigo flotando en las olas de nuestra experiencia. Parece como si (y ahora lo es) no soy la misma persona que era hace 4 semanas. Sabía que visitar Israel con nuestro grupo no sería un viaje a Israel, sino un viaje del alma multidimensional. Y así fue. Muchas gracias a todo el personal, sabiendo cuánto se necesita no solo para organizar todo, sino también para ejecutar el plan y lidiar con los cambios en el camino. Muchas gracias a todos los que se unieron al bote y flotaron juntos, compartiendo el corazón de tantas maneras diferentes, en Un Acuerdo. No extraño nada, ya que lo llevé todo dentro de mí. Este fue un viaje grabado y guardado en mi corazón.