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Nuevo Amanecer

El Alma Siempre Gana

¿Cómo logras alcanzar el nivel por encima de ti si el mecanismo y las herramientas que tienes ahora no pueden ver hacia arriba y no te pueden llevar allí? Hay Portadores de Luz, y Guías que señalan el camino, que vienen a mostrarte la visión de la iluminación, la visión de la trascendencia del Alma. —John-Roger

¿Cómo recibes la iluminación? ¿Cómo sucede? De muchas maneras. ¿Lo entiendes? Sí. ¿Lo logras por ti mismo? Siempre. ¿Qué pasa si no sabes dónde conseguirlo? Aquellos que están iluminados pueden señalar el camino. Su gran valor es que pueden señalar el camino, no son maestros, sino que señalan el camino.

Algo que puede resultar desalentador e inquietante es que las personas que se mueven hacia la iluminación —pero que aún no están en ella— pueden contraer la «enfermedad del hombre santo», que es: «Mi iluminación es mejor que la tuya». Y realmente ¿cómo se puede medir eso? ¿Entre cincuenta y noventa está bien? ¿Entre treinta y cuarenta solo se está haciendo? No creo que pueda calificarse de esa forma. Si se pudiera, eso permitiría que algunas personas se sintieran muy seguras creyendo que, si usan cierto vocabulario, pueden tener la certeza de tener a Dios de su lado. «Ve a la página treinta y dos … y ahí está Dios.» No sucede de esa manera en absoluto.

Cuando llegas internamente al entendimiento de que necesitas encontrar a Dios ¿cómo lo haces? Encuentras a Dios a través de ti mismo. Lo encuentras por tu cuenta. Las personas que están siguiendo a Jesús pueden decir: «Jesús te salvará».  No lo voy a discutir, pero ¿quién tiene que dar el primer paso? Tú tienes que dar ese primer paso hacia tu propia salvación. Debes comprometerte y dejar que Jesús te salve. En esencia, eso es salvarte tú mismo. Siempre debes asumir la responsabilidad contigo.

La gente dirá que sus gurús los van a salvar. Pero ningún gurú, ningún maestro trabajará contigo hacia la iluminación a menos que le digas que estás interesado. Entonces acude a un maestro y dile que estás interesado; y pídele que te salve. Él puede decir: «Bien», pero también dirá: «Entonces haz estas cosas que te pido». Jesús dijo: «Haz estas cosas». Todos los maestros dicen: «Hagas estas cosas», y todos están hablando de la unidad que subyace en todo. Cada uno de ellos te dirá que existe una causa y que hay efectos, que tú eres la causa y tú eres el efecto, y que puedes trascender la rigidez que tu cuerpo parece colocar sobre ti.

Aquellos que viajan por el Camino del Surat Shabd saben que en MSIA tratamos con la Corriente del Sonido de Dios. Ese es nuestro sendero. La Biblia nos dice que la Palabra  —que es el Sonido— se hizo carne. Otros lo llaman el Logos. No importan las palabras que se usen: es con la esencia de Dios con lo que estamos trabajando.

También trabajamos con la Luz de Dios. Pero si sigues cualquier camino y no encuentras el Amor de Dios en ese camino, entonces déjalo y busca uno que te tenga al Amor. Debe haber Amor de Dios y Amor por Dios. Debe haber Amor por la Conciencia de la Luz que viene a través de todas las personas, porque eso es Dios. Si dices que amas a una persona, pero no a otra, no puedes decir que amas a Dios. Puedes tener amor hacia todo, pero preferir a ciertas personas cerca de ti —y aun así amas a Dios. Tu responsabilidad es vivir en preferencias y en discernimiento.

Cuando disciernes tus niveles de preferencia, no discriminas al resto. Y no se trata de un juego de palabras, tampoco. Es una realidad. Una vida de preferencias es una vida de discernimiento. No puedes establecer preferencias a menos que tengas la capacidad de discernir. Y no puedes discernir claramente a menos que tengas algún conocimiento del tema que se trata. El cuerpo físico discierne cuerpos físicos, y los seres básicos disciernen a otros seres básicos. Las emociones pueden discernir a las emociones y la mente puede discernir a la mente. El Alma discierne al Alma y todo lo que está debajo de ella. Pero el nivel en el que estás, rara vez discierne algún nivel por encima de él.

¿Cómo logras alcanzar el nivel por encima de ti si el mecanismo y las herramientas que tienes ahora no pueden ver hacia arriba y no te pueden llevar allí? Hay Portadores de Luz, y Guías que señalan el camino, que vienen a mostrarte la visión de la iluminación, la visión de la trascendencia del Alma. Puede que no conozcas su realidad, y es posible que no puedas decir si son farsantes o embaucadores, pero de todos modos puedes trabajar con la información que traen y ver si te despierta.

El desafío está presente. Independiente de quién te lo diga, e independiente de que lo creas o no, si puedes trabajar con esa información y elevar tu propia conciencia, estarás avanzando hacia la iluminación. Sin embargo, tienes que ir a esos niveles del Espíritu para obtenerlo. No puedes ir a un libro de matemáticas para discernir al Espíritu. (En realidad, podrías, si entendieras que, en todas las ecuaciones, estás tratando con el infinito. Si te quedas corto, ante ese concepto, estas atrapado entre los números y las figuras, y eso no es del Espíritu).

Para discernir al Espíritu, debes sintonizarte al Espíritu y a aquellos que conocen al Espíritu. Es una lucha eterna, porque en este nivel tienes el cuerpo, las emociones, la mente, el inconsciente y el subconsciente, todos empujando para atar al Alma a este nivel. En este nivel, el Alma es el elemento más débil, lo cual explica por qué nos derrumbamos a veces. Sin embargo, aquello que es lo más débil en este nivel, dura más tiempo. Cuando subes al Alma, el Alma se convierte en el elemento más fuerte. Las reglas cambian: el Alma gana. Siempre ganará porque el Alma perdura más allá de todo. El Alma, en el reino del Alma, es energía positiva, en un reino positivo, y su fuerza no puede ser igualada. Pero, aquí, en la tierra, el Alma es energía positiva, en un reino negativo, y los elementos negativos parecen tener mayor fuerza.

Mientras sostengas las ilusiones de los centros del chakra inferior, te quedarás atrapado en ellos. Eso no es malo; puede ser que la causa y el efecto con el que estás tratando te mantengan en el plano de la Tierra para unas cuantas lecciones más, para unas cuantas experiencias más. No condenes tus experiencias. Ámalas. La clave para liberarte es amarte y amar cada experiencia que se te presenta, ya sea que parezca negativa o positiva. Ámalo todo por igual.

Si alguien se te acerca y te dice: «No creo que seas tan inteligente», ama a esa persona. Ella no puede hacer mucho cuando se enfrenta al amor puro. Puede que no ames lo que hace o dice; puede que no ames su expresión, pero creo que en algún lugar dentro de ti, aún puedes amar a esa persona. Puedes amarla muy lejos de ti. Está bien. Tienes derecho a elegir a quién quieres cerca de ti. Puedes amar a las personas y no tenerlas a todas en el cuarto de enfrente. Puedes amarlas en sus propios cuartos de enfrente.

Ser espiritual no significa que tengas que ser indeciso ni débil. El camino espiritual no es necesariamente fácil. Puede ser difícil. Y a menudo es un juego abierto para cada persona religiosa, agnóstica, atea y para todas aquellas que no entran en esas categorías. Se necesita una gran fuerza para caminar por el sendero espiritual en la verdad y la honestidad de tu propia conciencia.

Con una mayor conciencia espiritual viene una mayor responsabilidad con el Espíritu, y eso significa ‘con el Espíritu en todas partes’. Es tu responsabilidad es ser fiel a la esencia espiritual que has descubierto en tu interior. Se ha dicho, en todas las Escrituras —en la Biblia tanto como en las Escrituras de las religiones orientales— se dice; Deja que tu Luz brille entre los hombres y deja que tus buenas obras hablen por ti.

Tienes la responsabilidad de ser amoroso. Y a menudo puedes hacerlo de manera más efectiva en silencio, de lo que puedes hacer verbalmente. Eres amoroso en cualquier situación en la que te encuentres. Incluso entre esposos no tienen derecho a lastimarse entre sí. No se casaron con ese propósito. Se casaron para convertirse en una fortaleza, posiblemente para criar a sus hijos, para convertirse en una familia, para crear un retiro del mundo, de modo que todos puedan regresar a esa área y obtener la fortaleza necesaria para volver de nuevo al mundo, y aprender a trabajar con la energía y a romper el condicionamiento que aparece sobre ellos. Si vienes a casa después de un día «infernal» en el trabajo y te enojas con tu esposa o esposo, eso es realmente un infierno. Entonces no vas a querer volver a casa para nada. Tu responsabilidad es ser amoroso, no permitirte sacar ventaja de los demás —sino ser amoroso en todas tus relaciones.

El amor es la clave para despertar al Espíritu interior. A veces ni siquiera sabes cuándo duermes. Se necesita discernimiento para reconocer el nivel de nuestra iluminación y luego buscar a aquellos que puedan mostrarte el siguiente nivel. Esa parte que está despierta es el Alma. Ella nunca duerme.  Está en un estado constante de conciencia pura. La mente duerme, las emociones duermen, el cuerpo duerme. A medida que te das cuenta de eso, te preguntas si realmente eres tan bueno como a veces piensas que eres.

No eres bueno en el sentido de la participación del ego, pero en el Alma eres mucho más grande de lo que crees que eres. Los pensamientos no pueden concebir la grandeza del Alma. Entonces, todo lo que puedes hacer es soltarlo y decir: «Está más allá de mi capacidad mental». No puedes encontrar la majestad del Alma en libros de ciencia ni en libros de matemáticas. Puede que incluso no puedas encontrarlo en libros espirituales, pero puedes encontrar una clave que despierte algo dentro de ti, un poco más, que antes.

Permanece con las personas que se están elevando hacia el Espíritu. Déjalos compartir contigo, pero ten en cuenta que el «viaje» de cada persona, en todos los sentidos, es especial para esa persona. No compares los niveles de lo que llamamos espiritualidad. Siéntate, escucha y apoya a cada persona con tu amor y tu gozo por ellos. Y luego regresa a tu propia verdad, a tu propio trabajo, a tu propio ser. Dentro de ti está el reino de Dios. Tú tienes la llave. Y a medida que despiertas más plenamente a la conciencia de Dios, descubres que no hay amor ni amante. Solo está el Bienamado.

Si encuentras que amas a Dios, estás separado de Dios. Si encuentras que Dios te ama, estás separado. Pero cuando descubres que eres el Bienamado, entonces te conviertes en el camino. Te has convertido en la Luz, la Verdad, el Camino; y no existe separación. Sólo existe el Bienamado.

 

Baruch Bashan

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